Lo miró, una firme mirada que no buscaba simpatía. “Su misericordia era que no forzaba a Mira a ver lo que me hacía. Pero Sergei me dijo que si ella o yo tratábamos de escapar otra vez Mira pagaría de la misma forma en que yo lo había hecho. Prometió que sería peor para ella, y sabía que lo decía en serio… así que me quedé, y lo obedecía, y cada hora de cada día rezaba por un milagro que eliminara a Sergei Yakut de mi vida.” Se detuvo, acariciando su rostro. “Entonces llegaste y todo cambió. Supongo que en muchos sentidos, eres mi milagro.”
Nikolai capturó su mano y plantó un beso en el corazón de su palma.
“Los dos somos afortunados.”
“Me alegra que Sergei este muerto,” confesó ella suavemente.
“Debió sufrir más,” Niko dijo, sin intentar de ocultar el tono oscuro de su voz. “Pero se ha ido.”
Renata asintió. “Y ahora Lex esta muerto también. Los guardias de Yakut. Todos ellos.”
“Para esta hora de la mañana, el y los demás en la guarida no son más que ceniza,” Niko dijo al estirarse a enganchar uno de sus cabellos e color negro brillante detrás de la oreja. “Después de que te dormiste ayer por la noche regrese y abrí todas las persianas para que entrara la luz del sol. También llamé a Boston para darles los números en el celular de Lex. Gideon nos llamará cuando haya hecho el rastreo para darnos los detalles.”
Otro asentimiento, su voz suave esperanzada. “Esta bien.”
“Mientras estaba ahí, te traje algo que pienso que podría faltarte.”
Se inclinó hacia el alijo de armas y otros instrumentos de los que se había surtido y recuperado y recogió el paquete de seda y terciopelo que le pertenecía a Renata.
“Mis dagas,” – dijo ella, su rostro se iluminó de alegría cuando tomó el paquete en sus manos. Desató las cintas que las aseguraban y desenrolló todo el terciopelo que cubría cuatro puñales grabados de forma personalizada.”Jack me los dio…”
“Lo sé me dijo que los había hecho para ti, un regalo. Me dijo que no estaba seguro de que los hubieras conservado.”
“Son muy apreciadas para mí.” Murmuró, siguiendo el labrado de la empuñadura a la punta con el dedo.
“Le dije que aún las tenías. Se alegró al escuchar lo mucho que significan para ti.”
Su mirada llena de gratitud lo bañó. “Nikolai… gracias. Por hacer eso por Jack, y por regresármelas. Gracias.”
Ella se acercó a él y lo besó. La suave presión de sus labios fue algo profundo. Nikolai tomó su cara entre sus manos, acariciando su mandíbula con los pulgares, el delicado ángulo de sus pómulos. Ella separó sus labios mientras su lengua recorría la comisura de sus labios, soltó un dulce quejido cuando se adentró en su interior.
Sus colmillos se extendieron puntiagudos por la lujuria que corría a través de él como fuego. Entre sus piernas, su sexo era una columna de granito, pasando rápidamente a la idea de tener a Renata debajo de él. Cuando su mano se arrastró hacia abajo más allá de la cintura del pantalón para tocarle, su polla codiciosa saltó, aumentando más bajo el calor de la palma de su mano mientras ella lo acariciaba.
“Qué hora es?” murmuró ella contra su boca febril.
Él gruñó, demasiado absorto en sus tormentosas caricias como para procesar de inmediato su pregunta. A través de su respiración entrecortada logró responder. “Es temprano. Probablemente alrededor de las nueve.”
“Bueno, diablos, supongo que es muy temprano.” Ella murmuró, moviendo lejos la boca y dejando un rastro de besos a lo largo de su garganta, jugando sobre el montículo de la manzana de Adan. “No puedes salir a luz del sol, verdad?”
“Nop.”
“Hmm.” Sus labios húmedos descendieron, sobre su pecho desnudo. Se recostó sobre sus codos mientras ella seguía el contorno de de sus dermoglifos con la punta rosada de su lengua, trazando los arcos y remolinos alrededor de su pezón y a través del plano de su estómago. Cuando habló, su voz vibraba en todos sus huesos. “Así que, supongo que eso significa que estamos atrapados aquí por un rato, huh?”
“Sip.” La palabra salió como un jadeo. Su beso viajó despacio hacia abajo, más allá de su ombligo, aun siguiendo las líneas de sus dermoglifos, sudando por el esfuerzo, palpitando por la necesidad de sentir sus labios húmedos y calientes apretarse a su alrededor.
“Supongo que estamos atascados aquí hasta la lo noche.”
“Uh – huh.” Ella tomo el extremó del cordón de sus pantalones entre sus dientes y le dio un fuerte tirón. El nudo cayó suelto, y le bajó los pantalones lo suficiente para que la cabeza de su polla desnuda saliera ansiosa. Ella lo lame, observando su rostro mientras arremolina su lengua diabólica alrededor de su carne, succionando una gota del líquido que salé de ahí.
“Ah, Cristo…”
“Así que,” ella murmura, su aliento flotando a través de su piel húmeda, atormentándolo aún más. “Qué vamos a hacer aquí todo el día mientras esperamos a que se haga de noche?”
Niko rió entre dientes. “Cariño, puedo pensar en cientos de cosas que me gustaría hacer contigo.”
“Ella sonrío desafiante. “Sólo cien?”
Antes de que pudiera darle una réplica inteligente, ella envolvió sus labios alrededor de su pene y lo tomo profundamente dentro de su boca. El cuerpo de Niko hizo explosión nuclear de placer, se encontraba rezando para que el tiempo y los días a solas con esta increíble mujer – su mujer – pudieran extenderse para siempre.
Traducido por Lizeth
Renata camino hacia la puerta trasera del alojamiento y se detuvo justo en el umbral. Habia dejado a Nikolai en el refugio, decidiendo que su mayor prioridad era un baño, una ducha caliente, y una muda de ropa que realmente le quedaba era mejor que su resistencia de permanecer incluso de nuevo bajo el dominio de Sergei Yakut.
Ahora dudaba. A tempranas horas de la tarde el sol era una presencia calidad en su espalda, alentadoramente complaciente, pero dentro del alojamiento era oscuro y frio. Sombras jugando sobre el derribado mobiliario y extendiéndose a través de los ordinarios tablones del suelo. Avanzo y camino hacia el lugar donde Lex habia caído.
Su cuerpo se habia ido, la sangre también. Nada más que el pequeño rastro de ceniza dejado atrás – justo como Nikolai habia prometido. Las persianas sobre la ventana de la habitación estaban abiertas de par en par, pero el sol ya habia pasado. Una fresca brisa llevo el aroma de resina de pino y el aire fresco del bosque en la calma húmeda del lugar. Renata respiro profundamente en sus pulmones, dejando la fragancia de un nuevo día impregnar sus recuerdos de toda la muerta, la sangre y la violencia que habían cubierto el albergue anoche.
Hoy, en esta nueva luz, parecía tan diferente para ella.
Ella misma parecía diferente, y sabia la razón del por qué
Estaba enamorada.
Por primera vez en mucho tiempo, tal vez en toda su vida, sabía el verdadero sentido de la esperanza. Acomodándose en su corazón – creyendo que su futuro mantenía algo más que la mera supervivencia, que podría en algún momento medir la felicidad de años, no en raros y fugases momentos. Estar con Nikolai, siendo en sus brazos o parada a su lado, le hacían creer que muchas cosas fueran posibles.
Renata camino en la grande sala, apoyándose en el hecho de que esta sería la última vez que necesitaría ver el lugar.
Esto era un adiós.
Cuando ella y Nikolai salieran de aquí para continuar su búsqueda de Mira, este albergue, el terrible granero y el corral que se encontraba en la parte de atrás, incluyendo Sergei Yakut, Lex, y todos los demás que marcaron los últimos dos años de su vida seria historia. Dejaría todo aquí, la fealdad y el dolor desterrados de alguna parte de su futuro.
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