Lex sacó ahora su propia pistola y se dirigió directamente a Nikolai y le puso el cañón de la pistola contra la frente del guerrero. Bruñó, su brazo temblando por la ferocidad de su rabia. Renata estaba inmóvil, horrorizada realmente de que apretara el gatillo. Ella estaba desecha, una parte de ella quería creer lo que Nikolai dijo – que él era inocente- y temerosa de creerle. Lo que había dicho de Lex simplemente no podía ser verdad.
“Lex,” ella dijo, el único sonido en el cuarto. “Lex… no hagas esto.”
Ella estaba a menos de un respiro de golpearlo con algo como a Nikolai cuando el arma lentamente bajó.
Lex gruñó, finalmente dejándolo tranquilo. “Me gustaría una muerte más lenta para este bastardo que la que soy capaz de darle. Llévenlo a la sala principal y conténgalo.” Les dijo a los guardias. “Después alguien y encárguese de cuidar el cuerpo de mi padre. Uno de las hembras en el otro cuarto y sáquenlas de la propiedad. Quiero todo este caos sangriento limpio inmediatamente.
Lex se volvió con una mirada oscura hacia Renata cuando los guardias comenzaron a arrastrar a Nikolai fuera de la habitación. “Si el trata cualquier cosa, dale todo lo que tienes al hijo de puta.”
Traducido por Aletse
“Pardonnez-moi, Monsieur Fabien. Hay una llamada telefónica para usted, señor. De un Monsieur llamado Alexei Yakut".
Edgar Fabien hizo un gesto despectivo al macho de la Raza que le servía como su secretario personal y continuó admirando el corte nítido de sus pantalones ligeros hechos a la medida en el espejo del armario. Él estaba siendo equipado para un traje nuevo, y, en este momento, nada de lo que Alexei Yakut tuviera que decirle era lo suficientemente importante como para justificar una interrupción.
"Dile que estoy en una reunión y no puede ser molestado".
"Discúlpeme usted, señor, pero ya le he informado de que usted se haya disponible. Él dice que es un asunto urgente. Uno que requiere su inmediata atención personal”.
Con una cavilación Fabien miro hacia atrás furiosamente por debajo de sus pálidas, cejas arregladas. Él no intento ocultar los signos externos de su irritación creciente, que se mostraron por el destello color ámbar de sus ojos y en la repentina, agitación de los colores de sus dermaglifos que se arremolinaban y formaban un arco sobre su pecho desnudo y hombros.
"Basta", él lanzo un golpe al experto sastre enviado de los almacenes de Givenchy del centro de la ciudad. El humano se echo hacia atrás inmediatamente, recogiendo sus alfileres y la cinta de medir y obedientemente alejándose a las órdenes de su maestro. Él pertenecía a Fabien – uno de los muchos Subordinados que el vampiro de la Raza de segunda generación empleaba alrededor de la ciudad. "Fuera de aquí, ustedes dos."
Fabien se bajo de la tarima del armario, y se acercó a su teléfono que estaba en el escritorio. Él esperó hasta que ambos sirvientes habían abandonado la habitación y la puerta estuvo cerrada detrás de ellos.
Con un gruñido, tomó el auricular y pulsó el botón que parpadeaba para así conectarse a la llamada propiedad de Alexei Yakut. "Sí", susurró él con frialdad. "¿Cual es este asunto urgente suyo que simplemente no puede esperar?"
"Mi padre está muerto."
Fabien se balanceó sobre sus talones, realmente tomado con la guardia baja por la noticia. Él exhalo un suspiro con la intención de sonar aburrido. "¿Qué tan conveniente para usted, Alexei. ¿Tendré que ofrecer mis felicitaciones, junto con mis condolencias?"
Él heredero forzoso de Sergei Yakut ignoró el pinchazo. "Había un intruso en la mansión esta noche. De alguna manera él se las arregló para colarse sigilosamente en el lugar. Él mató a mi padre en su cama, a sangre fría. Oí la perturbación y trate de intervenir, pero… bueno. Por desgracia, era demasiado tarde para salvarlo. Estoy desconsolado, desde luego-"
Fabien gruñó. "Por supuesto".
"- pero yo supuse que usted querría ser notificado del crimen. Y también sospeché que usted y la Agencia de Imposición querrían venir aquí inmediatamente para detener al atacante de mi padre."
Cada célula en el cuerpo de Fabien se detuvo. "¿Qué estas diciendo – que tu tienes a alguien en custodia? ¿A quién?"
Una sonrisa baja se escucho en el otro extremo de la línea. "Veo que finalmente tengo su atención, Fabien. ¿Qué dirías si te dijera que tengo a un miembro de la Orden sometido y esperando por usted aquí en el albergue? Estoy seguro de que hay algunas personas que tendrían en mente que un guerrero menos alrededor para luchar, seria excelente."
"¿Tu no estás realmente tratando de convencerme de que este guerrero es responsable de la muerte de Sergei Yakut, verdad?"
"Yo solo estoy diciendo que mi padre esta muerto y estoy al mando de sus dominios ahora. Te digo que tengo a un miembro de la Orden en mis manos, y estoy dispuesto a entregarlo a usted. Un regalo, si usted quiere."
Edgar Fabien guardó silencio durante un largo momento, considerando el inmenso premio que Alexei Yakut le presentaba. La Orden y sus miembros activos tenían a pocos aliados dentro de la Agencia de Imposición. Menos aún dentro del círculo privado al cual Fabien pertenecía. "¿Y qué espera usted a cambio de este… regalo?"
"Ya lo he dicho, cuando nos conocimos antes. Quiero entrar. Quiero un parte en cualquier acción de lo que usted esta tratando de hacer. ¿Una parte grande, usted entiende?" El rio entre dientes, tan lleno de sí mismo. "Usted me necesita a su lado, Fabien. Creo pensar que eso es obvio para usted ahora."
La última cosa que Edgar Fabien o cualquiera de sus socios necesitaban a su lado era aun codicioso mierda como Alexei Yakut. Él era un cabo suelto, uno que tendría que ser tratado con cuidado. Si Fabien tuviese que elegir, el optaría por una exterminación rápida, pero tendría que ser alguien mas en ultima instancia el que tuviese que hacer aquella elecciòn.
¿En cuanto al miembro cautivo de la Orden? Ahora, eso era intrigante. Era una buena bendición digna de considerar, y las muchas atractivas posibilidades que esto representaba hacia que el corazón de cuatrocientos años de edad de Fabien – latiera un poco más rápido.
"Tendré que hacer unos cuantos… arreglos", dijo él. "Esto puede llevarme una hora o menos para alinear los recursos y hacer el viaje hasta el recinto para recuperar al prisionero".
“Una hora", Alexei Yakut aceptó ansiosamente. "No me hagas esperar más tiempo de ese".
Fabien se trago su respuesta de ácida y terminó la llamada con un conciso "te veré entonces".
Él se sentó en el borde de su escritorio y miró hacia fuera por la línea del horizonte nocturno que brillaba intermitentemente en la distancia más allá de su finca Darkhaven. Entonces él se dirigió hacia su caja fuerte y torció la cerradura de la combinación, tomando el mango de manivela para abrir la asegurada caja de almacenamiento. Adentro había un teléfono celular reservado solo para llamadas de emergencia. Él golpeó en un número programado y esperó a que la señal cifrada se conectara. Cuando la voz asfixiante del otro extremó contesto, Fabien dijo, "Tenemos una situación".
Las cadenas pesadas rodeaban su torso desnudo, atándolo a una silla de madera tallada. Nikolai sentía restricciones similares en sus manos, que estaban agarradas detrás de él, y en sus pies, que estaban atados por los tobillos y sostenidos con fuerza contra las patas de la silla.
Él había recibido un infierno de la paliza, y no sólo de la ráfaga mental debilitante que él había obtenido por cortesía de Renata. Gracias a ese golpe demoledor, él había estado dentro y fuera de la conciencia durante algún tiempo, luchando sólo para levantar sus párpados, incluso ahora. Por supuesto, parte del problema allí era que su rostro estaba golpeado y arruinado, con los ojos hinchados, sus labios reventados y amargos con el sabor de su propia sangre. Él había estado demasiado débil para presentar una verdadera lucha cuando Lex y sus guardias habían trabajado con él como un saco de boxeo mientras ellos le quitaban hasta su ropa interior y lo llevaban arrastrando hacia el gran cuarto de la residencia para esperar por su destino.
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