– Interesante-. Arrugando la frente, Eve hojeó los papeles en el archivo sobre la mesa. -Nada de eso está en mi archivo. ¿De dónde sacaste esa información? -
– Mi padre me lo contó todo. La forma en que le quitaron la vida antes de matarla, la forma en que destrozaron a nuestra familia porque la policía la chantajeó para tratar de conseguir los productos para ellos. -
– Así que… la policía de Chicago chantajeó a tu madre para infiltrarse con los sementales.-
– MacMasters lo preparó. Ella consumía cuando salió de la cárcel, y él utilizó eso. Lo hizo con esa juez corrupta, y la hizo hacer de comadreja para él o la volvería a enviar adentro-
– Pero ella murió en Chicago.-
– Trató de escapar, de llevarme lejos, pero la siguió, y la puso con la policía de Chicago.-
– Debió haber estado muy obsesionado con ella para tomarse todos esos problemas.-
– Esa es la forma en que fue.-
– Tu padre te dio toda esta información.-
– Él me tenía que criar por su cuenta, porque la mataron. La humillaron, la encerraron lejos, la violaron. Ella era hermosa, y la mataron. -
– Y la amaba-, dijo Peabody, con un toque de simpatía. -Ella se sacrificó por ti.-
– Ella vivía para mí. Teníamos una buena vida. No se tenía que jugar por las reglas de nadie más. -Darrin apretó los puños sobre la mesa. -Ella era libre, y hermosa. Es por eso que MacMasters la quería, por qué la forzó. Entonces tuvo que cubrirse. Hicieron que esa perra me lleve lejos. -
– Jaynie Robins -.
– En el bolsillo de MacMasters, al igual que el resto de ellos. Trataron de mantenerme lejos mi padre, pero él luchó para hacerme volver. Le prometió a mi madre que él se ocuparía de mí. -
– ¿Y el supervisor Robins, la APA, el juez, el resto?-
Su cara se puso fría otra vez, otra vez en blanco. -Eran todos responsables, de una manera u otra.-
– Así que tú y tu padre trabajaron para que tú vengaras a tu madre, para que los que le hicieron daño lo pagasen.-
– ¿Por qué deberían salirse con la suya? ¿Por qué tienen que hacerlo sus vidas, sus familias?-
– Así que tu padre, -Vance- eligió el orden. Eligió a Deena como el primer objetivo, la primera muerte. -
– Lo decidimos juntos. Somos un equipo, siempre hemos sido un equipo. -
– Así uno podía hacer algunas de las investigaciones, acechar a un objetivo mientras el otro trabajaba a otra. Muy eficiente-.
– Somos un equipo-, repitió Darrin. -Siempre hemos sido un equipo.-
– Además, él podría ir a Colorado a investigar a la APA, mientras tú te quedabas aquí para trabajar a Deena. ¿Cómo decidieron matar a la hermana allí, y no la madre, por ejemplo? -
– Por el amor de Cristo, a la hermana en Nueva Jersey. Es geografía básica. -
– Hizo el anteproyecto de acecho allí entonces, ¿no? Hasta el contacto. -
– ¿No le digo que somos un equipo? Él empezó en el campo y el trabajo electrónico, reunió los datos, entonces yo… -Su rostro apretado. -No voy a decir nada acerca de mi padre.-
– Muy bien. Protégelo como tu madre. Se baja, camina. Hay un déjà vu. Sólo que no te vas a ir por un año y medio como lo hizo ella. Vas a estar lejos por dos cadenas perpetuas, sin posibilidad de libertad condicional, con el extra de veinticinco por la intención de la señora Mimoto-.
– Mucho tiempo-, comentó Peabody, -cuando entras tan joven. Ya sabes, Dallas, apuesto a que Vance preparó coartadas para sí mismo cada vez que el niño se fue a matar. Ese es su patrón. -
– No importa, el viejo no tiene ninguna bola. Tenemos al pez grande aquí, y él puede flotar y nadar a la orilla solo. -
– Si crees que voy a vender mi padre, estás loca. Y nunca lo encontraran. -
– No podría importarme menos. Eres todo lo que necesito, Darrin. Eres joven, y eso me da ganas de cantar y bailar. Porque eso significa que vas a estar en una jaula, en una roca fuera del planeta durante aproximadamente un siglo. Vas a tener un muy, muy largo tiempo para pensar, para averiguar cómo has sido atornillado. -
– ¿Crees que me asusta? Valió la pena, sólo por ver a MacMasters allí de pie, y a su hija muerta en una caja. Es mejor, incluso mejor, porque ahora sabe por qué. Él sabrá por qué, todos los días que respire, que mató a su propia hija el día que mataron a mi madre. -
– Te voy a dar el bono. Hacerlo sufrir aún más. Camina con nosotros a través de lo que le hiciste a Deena. -
Sus labios temblaron en una sonrisa. -Tenías razón. Ella fue fácil. -
La puso enferma, volvió su estómago una masa cruda, sacudida de repulsión. Ella lo había visto, la mayor parte de ello, en su cabeza ya. Pero ahora hablaba para el registro, transmitiendo todos los detalles. No, deleitándose con ellos, notó Eve. De alguna manera su pragmático -paso a paso- era peor que su alegría.
Él había hecho lo que tenía que hacer. Lo que creía, para lo que había sido preparado.
Cuando terminó sobre el asesinato de Deena y Karlene, su marco y las intenciones de asesinar a los otros, él se echó hacia atrás, con los ojos fijos en Eve en voz baja.
– ¿Es eso suficiente para ustedes?-
– Ya hemos terminado. Esto te llevará de nuevo a una celda. El tribunal nombrará a un abogado para ti si no seleccionas un abogado propio-.
– Yo no necesito un abogado. No necesito un juicio. Sus leyes no significan nada para mí. Soy joven, como usted dijo. Con el tiempo voy a encontrar mi camino, mi camino de regreso. Y voy a terminar lo que empecé. -
– Seguro que lo harás.- Eve se levantó. -Registro apagado. Peabody, conseguir a alguien que lleve a Darrin de vuelta a su jaula. -
Esperó hasta que Peabody salió. -Te configuró, Darrin, este hombre que adoras. Torció tu mente desde el momento en que eras un bebé, para poder cubrir sus propias acciones, tal vez su propia culpa. Te configuró, como a tu madre, su hermano. Él puso a tu madre, aquí en Nueva York, y otra vez en Chicago. Porque quería dinero rápido. Porque él quería que ella haga el trabajo. Porque él era y es un cobarde. -
– Eres una puta mentirosa.- Escupió en ella, con esa sonrisa viciosa.
– ¿Por qué iba a mentir? Tú te preguntarás con el tiempo. ¿Vance Pauley? Es un usuario. -
– Usted no sabe una mierda.-
– Más de lo que puedas imaginar-, dijo, pensando en los primeros ocho años de su vida. -La razón por la que estoy diciéndote esto es porque en algún momento de las largas décadas, el tiempo que estarás en esa jaula de concreto, vas a pensar en ello. Vas a pensar, y te preguntarás, y tal vez te darás cuenta de la verdad. Realmente espero que te des cuenta de la verdad. Porque te hará sufrir. Tu padre mató a tu madre. -
– Eres una mentirosa.-
Ella se limitó a menear la cabeza. -No gano nada con mentirte. He cerrado este caso, y está terminado. Tú tendrás mucho tiempo para pensar en eso.-Se volvió hacia la puerta, asintió con la cabeza a la par de los uniformados que entraron. -Lleven a esta mierda sin valor de regreso a su jaula. -
Eve se quedó donde estaba, se llevó las manos a la cara. Se la frotó duramente como si fuera a depurar una película de recuerdos feos.
Se volvió hacia MacMasters cuando abrió la puerta. -Siento que haya tenido que escuchar eso.-
– No sé. Ella era mía, y yo necesitaba saber… todo. Lo necesitaba saber. Vas por el padre ahora. -
– Sí, voy.-
Él asintió con la cabeza. -Esto es suficiente para mí, tiene que ser. Estoy teniendo un permiso. Mi esposa y yo necesitamos tiempo. Ella me pidió que le pidiera disculpas. -
– No hay necesidad.-
Su rostro era insoportablemente triste, insoportablemente cansado. -No, para ella. Le ruego que las acepte. -
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