ANTHONY HAMPTON USABA ROPA DE OFICINA CASUAL, una remera ajustada, y zapatillas de buena calidad. Saludó a Eve y Peabody con una sonrisa rápida, y una mirada agobiada en los ojos verdes que destacaban contra la piel de color café.
– Damas. ¿Qué puedo hacer por ustedes hoy? -
– ¿Anthony Hampton?-
– Sí, ese soy yo.-
– Soy el teniente Dallas, NYPSD, con mi compañera, la detective Peabody.
– ¿Policías?- Su sonrisa se apagó mientras estudiaba las insignias. -Es la primera vez. ¿Hay algún problema en el edificio? -
– No, señor. Nos gustaría entrar-
– Bueno, sí, pero…- Él miró detrás de él. -Estamos en medio del caos por aquí. Me voy a casar el sábado. -
Eve sintió el apretón en su intestino, pero entró. Lo duro, se dio cuenta, acaba de convertirse en brutal. Y lo brutal siempre debe hacerse rápidamente. -Sr. Hampton, lamento informarle de que su COHAB, Karlene Robins, está muerta. -
– ¿Qué? Jesús, eso no es gracioso. Si esto es una broma enferma de Chad…
– Sr. Hampton, el cuerpo de la Srta. Robins fue encontrado esta mañana. Ella ha sido oficialmente identificada. Siento mucho su pérdida. -
– Vamos, vamos, eso es una maldita mierda. -La ira lo golpeaba mientras él agarraba el brazo de Eve, la empujaba hacia la puerta. -¡Fuera de aquí-.
– Sr. Hampton. -Eve se soltó del agarre, empujó al hombre una silla. -Karlene fue asesinada en un loft en el Soho, donde creemos que ella llevó a un cliente para una demostración. ¿Llevó a un cliente ayer para una demostración? -
– Eso es lo que hace. Eso es lo que está haciendo ahora mismo. -Sacó su vínculo del bolsillo-. -Ahora mismo-. Pulsó una sola tecla. Y empujó su cabello cuando una voz musical le informó que Karlene no estaba disponible. -Karlene, tengo que hablar contigo. Maldita sea, Karlene, ahora. Hagas lo que hagas, tengo que hablar contigo ahora. -
– Anthony-. Peabody se agachó, puso una mano sobre la suya. -Lo sentimos mucho.-
– Ella me llamará. Lo hará. -Su respiración empezó a levantarse y engancharse. -Solo está ocupada. Es una semana de locura. -
– ¿Cuándo fue la última vez que habló con ella?-
– Yo… Ayer, cuando salió para el trabajo. Pero, me mandó un mensaje de texto un par de veces. -
– ¿Ella vive aquí, pero no regresó a casa anoche?-
– Tenía un trabajo, un cliente atrapado. Y luego ella iba a ver a la Consejera para hacer algunas cosas de la boda. Ella se quedó con la conejera anoche. La consejera. Voy a ponerme en contacto con la consejera, y después… -
Eve le permitió hacerlo, llamar al amigo, le escuchó decirle que no había visto ni oído de Karlene. Vio cómo la ira y la incredulidad se transformaban en un dolor horrible.
– Ella- ella está en el trabajo. Ella está en el trabajo. Puedo contactar con su jefe, y la pondrá, ella…
– Anthony-. Peabody repitió su nombre, de la misma manera suave.
Sus ojos cambiaron, llenos de dolor desesperado. -Pero ella no puede estar muerta. Eso no puede ser verdad. -
– ¿Cuándo le envió el texto?-
– No recuerdo exactamente. Aquí. -Él empujó el enlace hacia Peabody. -Está registrado. Está justo ahí. -
Cuando Peabody tomó el enlace, se apartó para verificar su registro, Eve sacó una silla para enfrentarse a él, se sentó. -Sr. Hampton, míreme ahora. La Detective Peabody y yo necesitamos su ayuda. Karlene necesita que nos ayude a encontrar quien le hizo daño. -
– ¿Cómo murió? ¿Cómo?-
– Creemos que aquel que llevó a la vivienda la mató. ¿Sabe usted quién era el cliente? -
– Eso no puede ser. Todo esto es… no es real. -
– ¿Quién era el cliente?-Repitió Eve.
– Era un tipo rico. Un aspirante a artista de una familia rica. Un chico joven.-
– ¿Usted lo conoció?-
– No. Pero…
– ¿Sabe usted su nombre?-
– Probablemente me lo dijo. No lo sé. -
– Tendría un libro notas aquí, un libro de citas.-
– Ella tiene uno aquí, uno en su bolso, uno en el trabajo. En la oficina. -Él miró fijo la cara de Eve, intensamente, como si tuviera que centrarse en ella para formar cada palabra. -Compartimos la oficina aquí. Yo trabajo en casa. Yo trabajo en casa, y a veces ella lo hace. Nos íbamos a casar el sábado. -
– ¿Podemos obtener su libro, tomar su libro?-
– No me importa.-
Eva señaló Peabody. -¿Sabe usted cómo este hombre, el que estaba con ella ayer se convirtió en su cliente?-
– No estoy seguro. Ella ha estado buscando el lugar adecuado para él por un par de semanas. Un pez gordo. Ella dijo que era un pez gordo. El loft del Soho. Que acaba de aparecer de nuevo. Ella estaba tan emocionada. Era la propiedad correcta para él, dijo. Exactamente lo que quería, y la comisión sería extrema. Tenía que actuar con rapidez. -¿Dónde está Karlene?-
– Vamos a cuidar de ella ahora.-
Poco a poco, él negó con la cabeza de lado a lado. -No le gusta ser atendida. Ella cuida de sí misma. ¿Están seguras? ¿Están seguras? -
– Sí-.
Hundió la cara entre las manos, comenzó a sacudirse, comenzó a llorar. Eve se levantó, se movió en silencio lejos de donde Peabody esperada.
– Un texto llegó a su vinculo a las 14:10, y otro a las 18:03-.
– Ella estaba atada y violada en el momento en que el primero salió, muerta antes del segunda.-
– Dijo que iba con una amiga, iba a pasar la noche y quedarse, iba camino de Hampton. El libro incluye un memorando cita con un DP para ayer a las 9:30 de la mañana, en la dirección de SoHo. He seguido mirando y hay un par más. Y uno, con la misma inicial, estableciendo una cita con Drew Pittering-.
Eve se volvió a Anthony para pedirle permiso para buscar a través de las cosas Karlene, y para tener tanto su vínculo como el libro de notas.
– ¿A quién podemos llamar para usted, Anthony?-, Preguntó Peabody cuando habían hecho todo lo posible. -Déjeme llamar a alguien para ti.-
– Mi… mi familia. Están en la ciudad para la boda. Están aquí, en el hotel. Están aquí para la boda. -
Cuando se dirigían afuera, Peabody presionó las palmas de sus manos a los ojos. -Sé que nunca es fácil, y la notificación no llega a ser rutinaria. ¿Pero eso? Fue una de los peores. Todas las cosas de la boda en el suelo. Me mató. -
Eve lo hizo a un lado, con saña, como lo hacía en el interior del apartamento. -Hampton no reconoció el boceto. Pero Darrin no la habría acosado aquí. Su Cohab trabaja en casa. Hace que sea muy difícil tomarla allí. Pero su línea de trabajo, hace que sea fácil llevarla en un espacio cerrado, vacío. Se presenta como un hombre rico, joven, atractivo -y apuesto a que fue encantador allí. Ella lo habría comprobado, eso es rutina. Comprueba su identificación, pero él se habría cubierto. -
– Corrí con el nombre junto con la imagen, y su edad y no tengo nada.-
– Él ya lo habrá borrado. Pero ella le habría comprobado. Tal vez hay algo en su computadora aquí o en el trabajo. No va a tener su dirección real, pero es otro alfiler en el mapa-.
– Tú estás cerca de la rueda de prensa.-
– Los medios de mierda.- Eve se agarró el cabello. -Necesito que vayas por su oficina, consigue todo lo que puedas.-
– ¿Qué pasa con la notificación a sus padres? ¡Oh, Jesús, Dallas, no me hagas hacer esto sola. -
– Lleva a un consejero de pena contigo. Y recibe a los padres en la Central. Quiero hablar con la madre.- Consideró el hecho de que Peabody tendría que ir a Brooklyn y volver. -Toma el vehículo. Voy a ir en metro a la Central. -
– Está bien. Dallas, no podríamos haber evitado esto. No podíamos-, insistió Peabody. -No teníamos nada para conectar a Karlene con Deena. Nada. -
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