Él vio cómo el policía asumía el control, en la cara, la postura, mientras cogía el comunicador para responder a su comandante. Y pensó: Ah, vaya.
– Sí, señor.-
– Teniente, lamento interrumpir sus vacaciones.- La cara ancha de Whitney llenó la pequeña pantalla, y en ella se notaba una tensión que lo hacía apretar los músculos en la parte posterior de su cuello.
– No es ningún problema, Comandante.-
– Me doy cuenta de que está fuera de servicio, pero hay una situación. Necesito que acuda al 541 del South Park Central. Estoy en la escena ahora. -
– ¿Usted está en la escena, señor?- Malo-, pensó, mucho y malo para que el comandante esté en la escena.
– Afirmativo. La víctima es Deena MacMasters, de dieciséis años de edad. Su cuerpo fue descubierto esta mañana por sus padres cuando volvieron a casa de un fin de semana. Dallas, el padre de la víctima es el capitán Jonás MacMasters.
Tardó un momento. -Ilegales. Conozco a un teniente MacMasters. ¿Ha sido promovido? -
– Hace dos semanas. MacMasters la solicitó específicamente como primaria. Me gustaría acceder a lo solicitado. -
– Me pondré en contacto con la detective Peabody de inmediato.-
– Yo me encargo de eso. Me gustaría que esté aquí lo antes posible. -
– Entonces, estoy en camino.-
– Gracias.-
Ella desconectó el comunicador, se dirigió a Roarke. -Lo siento-.
– No lo hagas.- Se acercó a ella, tocó con la punta de los dedos la pequeña abolladura en la barbilla.-Un hombre ha perdido a su hija, y eso es mucho más importante que un poco de playa. ¿Lo conoces? -
– En realidad no. Se puso en contacto conmigo después de que atrapé a Casto. -Pensó en el mal policía que había ido tras ella en su fiesta de despedida de soltera. -MacMasters no era su teniente, pero quiso ayudarme para cerrar ese caso, y quitar a un mal policía. Yo lo agradecí. Él es de fiar-, continuó mientras se cambiaba los pantalones cortos de vacaciones por pantalones de trabajo. -Un jefe bueno y sólido. Yo no había oído hablar de su promoción, pero no estoy sorprendida por ello. -
Ella arregló el encrespado pelo rastrillándose los dedos por él. -Lleva cerca de veinte años en el trabajo. Tal vez veinticinco. He oído que traza una línea dura y la va siguiendo, se asegura que aquellos que sirven bajo su mando hagan lo mismo. Cierra los casos. -
– Suena como alguien que conozco.-
Se puso una camisa del armario. -Tal vez-.
– Whitney no te dijo cómo fue asesinada la niña.-
– Él quiere y necesita que me meta sin ninguna idea preconcebida. No dijo que fue homicidio. Eso es para que yo y el médico forense lo determinemos-.
Ella cogió el arnés de su arma y se lo ató. Embolsó su comunicador, su -vínculo y enganchó sus esposas. Ella no se molestó en fruncir el ceño cuando Roarke le ofreció la chaqueta liviana de verano que había seleccionado fuera de su armario para llevar sobre de su arma de mano. -El que Whitney esté allí significa una de dos cosas-, le dijo. -Es algo malo, o son amigos personales. Tal vez ambas cosas. -
– Para él, estar en escena…-
– Sí-. Se sentó para tirar de las botas que prefería para el trabajo. -El hijo de un policía. No sé cuándo voy a volver. -
– No hay problema.-
Ella se detuvo, lo miró, pensó en las maletas preparadas por si acaso, y en los paseos bajo la luz de la luna tropical. -Podrías volar allá y visitar la villa.-
– Hay bastante trabajo que puedo hacer aquí para mantenerme ocupado.- Puso sus manos sobre los hombros de Eve cuando se levantó y posó sus labios sobre los de ella. -Ponte en contacto cuando tengas un mejor manejo de la situación.-
– Lo haré. Nos vemos entonces. -
– Ten cuidado, teniente.
Ella corrió escaleras abajo, apenas interrumpiendo la marcha cuando Summerset, – el hombre de Roarke para casi todo y la piedra en su zapato-, se materializó en el vestíbulo.
– Yo estaba bajo el supuesto de que estaba fuera de servicio hasta mañana.-
– Hay un cuerpo muerto, que por desgracia no es el tuyo.- Luego se detuvo en la puerta. -Hable con él para que haga algo que no sea trabajo. Solo porque yo tengo que hacerlo… -Ella se encogió de hombros y se dirigió al encuentro de la muerte.
Pocos policías podían darse el lujo de vivir en una residencia unifamiliar en las verdes orillas del Parque Central. Por otra parte, pocos policías, – bueno, ninguna otra más que ella- vivían en un maldito castillo-mansión en Manhattan. Con curiosidad por saber cómo MacMasters logró la suya, hizo un pequeño resumen sobre él mientras navegaba por el tráfico ligero de la mañana de vacaciones.
MacMasters, Capitán Jonás, le dijo su computadora, nacido el 22 de marzo 2009, Providence, Rhode Island. Sus padres Walter y Marybeth Hastings, Educado en la Academia Stonebridge, y en Yale, se graduó en 2030. Se casó con Carol Franklin en 2040, una hija, Deena, nacida el 23 de noviembre 2043. Registrado en el NYPSD el 15 de septiembre de 2037. Elogios y honores recibidos.
– Salta eso. Finanzas. ¿De dónde proviene el dinero? -
Trabajando… Capital actual aproximadamente ocho millones seiscientos mil. Heredó una parte de la herencia del abuelo. MacMasters, Jonás, murió por causas naturales 06 de junio 2032, fundador de Cocina y Baño Mac, con sede en Providence. Valor actual de la empresa de -
– Suficientemente bien. Las preguntas y sus respuestas. -
Dinero de la familia, pensó. Educado en Yale. Termina como un policía de Ilegales en Nueva York. Interesante. Un cónyuge y un matrimonio de veinte años, elogios y honores en el trabajo. Ascendido a capitán. Todo lo que dijo de él ya lo sabía. Sólido.
Ahora bien, este policía sólido que apenas conocía, la había solicitado expresamente como primaria en la investigación de la muerte de su única hija. ¿Por qué? se preguntó.
Ella se lo iba a preguntar.
Cuando llegó a la dirección, estacionó detrás de un negro y blanco. Mientras colocaba la luz de servicio, le dio una mirada a la casa. Buen lugar, pensó, y salió para buscar su kit de campo. Y, a pesar de que corría el riesgo de abusar de la palabra, le pareció sólida.
Una construcción de las Pre-guerras urbanas, muy bien rehabilitada por lo que mantenía su carácter, mostrando algunas cicatrices. Parecía digna, pensó, el ladrillo rosa, el corte cremoso, las largas ventanas -actualmente protegidas -con pantallas de privacidad, cada una.
Macetas de coloridas flores montaban guardia a cada lado del corto tramo de los escalones de piedra, un bonito toque, supuso ella. Pero estaba más interesada, cuando se acercó y cruzó la acera, en la seguridad.
Cámaras completas, pantallas de visualización, la placa para el pulgar, y ella habría apostado que tenía cerraduras activadas por reconocimiento de voz. Un policía, y en particular uno con un buen criterio, se aseguraría de proteger su casa y todo, todo el mundo en ella.
Y aún así su hija adolescente fue asesinada adentro.
Uno nunca podía cubrir todas las bases.
Tomó su insignia de su bolsillo para mostrarla al uniformado en la puerta, entonces la enganchó a su cintura.
– Ellos están esperando por usted en el interior, teniente-.
– ¿Fue usted el primero en escena?-
– No, señor. El primero en la escena está adentro, junto con el comandante, el capitán y su esposa. Mi compañero y yo fuimos avisados por el comandante. Mi compañero está en la parte posterior. -
– Está bien. Mi pareja va a llegar en breve. Le detective Peabody-.
– He sido informado, teniente. La voy a hacer pasar. -
No es un novato, pensó Eve mientras esperaba a que la hiciera pasar, el uniformado era a la vez experimentado y duro. ¿Whitney lo había llamado, o fue el capitán?
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