Thomas Harris - Hannibal

Здесь есть возможность читать онлайн «Thomas Harris - Hannibal» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Hannibal: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Hannibal»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Han pasado diez años desde que el Doctor Lecter escapó de sus captores. La agente Sterling no ha podido dejar de pensar en volver a atraparle y cuando aparece un rastro en Florencia comienza la caza.

Hannibal — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Hannibal», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Lo animaron a emprender una carrera política, recibió elogios en el vocinglero parlamento italiano y se le encomendó la tarea de encabezar los esfuerzos italianos en la cooperación con el FBI norteamericano contra la Mafia.

Este encargo, y una beca para estudiar y tomar parte en seminarios de criminología en la Universidad de Georgetown, condujo a los Pazzi a Washington, D.C. El inspector jefe pasó muchas horas en la Unidad de Ciencias del Comportamiento de Quantico, y soñaba con crear una división similar en Roma.

Y de pronto, al cabo de dos años, el desastre. En una atmósfera más calmada, un tribunal de apelación exento de la presión del público aceptó revisar la sentencia de Tocca. Pazzi tuvo que volver a casa para hacer frente a la investigación. Los antiguos colegas que había dejado atrás lo esperaban con las navajas abiertas.

Un tribunal de apelación revocó la condena de Tocca y amonestó a Pazzi por considerar verosímil que el policía hubiera manipulado las pruebas.

Sus antiguos apoyos en las altas esferas le dieron la espalda como a un apestado. Seguía ocupando un cargo importante en la Questura, pero estaba acabado y todos lo sabían. El gobierno italiano es lento de reflejos, pero más pronto que tarde el hacha silbaría sobre su cuello.

CAPÍTULO 19

Durante la época amarga en que Pazzi esperaba la inminente caída del hacha, éste vio por primera vez al hombre que los eruditos florentinos conocían como doctor Fell…

Rinaldo Pazzi ascendía por las escaleras del Palazzo Vecchio para cumplir una tarea rutinaria, una de tantas que alguno de sus antiguos subordinados en la Questura le encomendaba regodeándose al verlo humillado por la adversidad. Mientras subía los peldaños a lo largo del muro cubierto de frescos, Pazzi no veía más que las puntas de sus propios zapatos sobre el gastado mármol, indiferente a las maravillas artísticas que lo rodeaban. Quinientos años antes, su antepasado había subido, a rastras y sangrando, por aquella misma escalinata.

Al llegar a un rellano, enderezó los hombros y se obligó a mirar los ojos de los personajes que poblaban los frescos, algunos pertenecientes a su propia familia. Podía oír el alboroto de las discusiones en el Salón de los Lirios del piso superior, donde los directores de la Galería de los Uffizi y del Comitato delle Belle Arti estaban reunidos en sesión plenaria.

La misión de Pazzi para aquel día era la siguiente: había desaparecido el veterano conservador del Palazzo Capponi. La opinión general era que el viejo se había fugado con una mujer, con el dinero de alguien o con ambas cosas. Había faltado a las cuatro últimas reuniones que la junta de la que dependía celebraba una vez al mes en el Palazzo Vecchio.

Se había designado a Pazzi para proseguir la investigación del caso. El inspector jefe, que tras el atentado terrorista había sermoneado agriamente a aquellos malencarados directores de los Uffizi y miembros del rival Comitato delle Belle Arti por las deficiencias en la seguridad, se veía obligado en esa ocasión a hacer acto de presencia en circunstancias muy distintas para interrogarlos sobre la vida amorosa de un conservador. No era, desde luego, plato de su gusto.

Los dos comités formaban una asamblea desaforada y suspicaz; durante años ni siquiera habían sido capaces de ponerse de acuerdo sobre un lugar de reunión, ya que ambas partes se mostraban reacias a jugar en campo contrario. Como solución intermedia, habían optado por juntarse en el magnífico Salón de los Lirios del Palazzo Vecchio, convencidos de que la hermosa sala era el marco apropiado para su propia eminencia y distinción. Una vez establecidos allí, se negaron a reunirse en ningún otro sitio, incluso a pesar de que el Palazzo Vecchio estaba sufriendo una de sus innumerables reformas y había andamios, lonas y maquinaria por todas partes.

El profesor Ricci, antiguo compañero de colegio de Rinaldo Pazzi, estaba en el vestíbulo inmediato al salón con un ataque de estornudos provocado por el polvo de la escayola. Cuando se recuperó lo suficiente, puso los llorosos ojos en blanco y señaló hacia el salón.

La sólita arringa -dijo-. Están discutiendo, para no perder la costumbre. ¿Has venido por lo del conservador del Capponi? Pues justamente están peleándose por el puesto. Sogliato lo quiere para su sobrino. Pero los especialistas están impresionados con el interino que contrataron hace unos meses, el doctor Fell. Están empeñados en que se quede.

Pazzi dejó a su amigo tanteándose los bolsillos en busca de pañuelos de papel y entró en el histórico salón, famoso por su techo de lirios de oro. Dos de los muros estaban cubiertos con lonas, lo que reducía el eco de la trifulca.

El nepotista, Sogliato, tenía la palabra, y la estaba usando a pleno pulmón:

– La correspondencia de los Capponi se remonta al siglo XIII. El doctor Fell podría sostener entre las manos, entre sus manos extranjeras, una nota del propio Dante Alighieri. ¿La reconocería? Yo creo que no. Ustedes han examinado sus conocimientos de italiano medieval, y no seré yo quien niegue que su dominio del idioma es admirable. Para un straniero . Pero ¿está familiarizado con las personalidades de la Florencia del prerrenacimiento? Yo creo que no. ¿Qué ocurriría si diera con un escrito de… de Guido Cavalcanti, por poner un ejemplo? ¿Lo reconocería? Yo creo que no. ¿Le importaría responder a eso, doctor Fell?

Rinaldo Pazzi recorrió el salón con la mirada y no vio a nadie en quien pudiera reconocer al doctor Fell, aunque había observado con detalle una fotografía del individuo en cuestión hacía menos de una hora. Y no lo veía, porque el doctor no estaba sentado con los demás. Primero oyó su voz y al cabo de un momento consiguió localizarlo.

El doctor Fell estaba de pie, completamente inmóvil junto a la gran escultura en bronce de Judith y Holofernes, de espaldas al orador y al público. Empezó a hablar sin darse la vuelta, de forma que era difícil decir de qué figura procedía la voz: si de Judith, con la espada siempre a punto de abatirse sobre el cuello del monarca ebrio; de Holofernes, cuya cabeza aferra la mujer por los cabellos; o del doctor Fell, esbelto e inmóvil junto a las criaturas esculpidas por Donatello. Su voz horadó la algarabía como un láser atravesando el humo, y el académico gallinero acabó por guardar silencio.

– Cavalcanti replicó públicamente al primer soneto de La vita nuova , donde Dante describe el extraño sueño en que se le apareció Beatrice Portinari -dijo el doctor Fell-. Es posible que también lo comentara en privado. Si escribió a un Capponi, tuvo que ser a Andrea, a quien la literatura interesaba mucho más que a sus hermanos -el erudito consideró oportuno volverse hacia su público, después de haber hecho que todos salvo él mismo se sintieran incómodos-. ¿Conoce ese soneto de Dante, profesor Sogliato? ¿Sabe a qué soneto me refiero? Fascinaba a Cavalcanti, y merece que le robe un poco de su tiempo. Dice así:

Alma cautiva y corazón gentil

dignos de esta razón, vuestro avisado

consejo solicito y os saludo

en el nombre de Amor, que es nuestro dueño.

Pasado casi un tercio de las horas

fijadas a la luz de las estrellas,

Amor me visitó súbitamente,

cuya esencia nombrar aún me aterra.

Alegre me sentí al ver en sus manos

mi corazón desnudo, y en sus brazos

a mi dama dormida bajo un lienzo.

Al fin la despertó y del corazón

ardiente, humilde y trémula comía;

luego se la llevó y quedé llorando.

– Preste atención a la naturalidad con que transforma el italiano coloquial en instrumento poético, lo que él llamó vulgari eloquentia :

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Hannibal»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Hannibal» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Robert Silverberg - Hannibal’s Elephants
Robert Silverberg
Thomas Harris - Black Sunday
Thomas Harris
Thomas Harris - Domingo Negro
Thomas Harris
Thomas Harris - Czerwony Smok
Thomas Harris
Thomas Harris - Red Dragon
Thomas Harris
Thomas Harris - Hannibal Rising
Thomas Harris
Thomas Harry - Echt und stark
Thomas Harry
Thomas Harris - Gesta de lobos
Thomas Harris
Отзывы о книге «Hannibal»

Обсуждение, отзывы о книге «Hannibal» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x