Michael Crichton - Esfera

Здесь есть возможность читать онлайн «Michael Crichton - Esfera» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Esfera: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Esfera»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En las profundidades del Océano Pacífico se descubre una misteriosa nave espacial de grandes dimensiones. Las autoridades norteamericanas envían a un grupo de científicos para que investigue el inquietante hallazgo. ¿Procede la nave de alguna civilización extraterrestre? ¿De un universo diferente? ¿Del futuro? La respuesta desafía la imaginación y escapa a cualquier intento de explicación lógica: un extraordinario y terrible poder amenaza toda la vida existente en torno al enigmático objeto.

Esfera — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Esfera», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Harry: Adelante, pronuncia tu discurso.

Ted: Hola. Soy Ted Fielding. Aquí, al lado de la puerta de la astronave desconocida que se descubrió…

Barnes: Un momento, Ted. «Aquí, al lado de la puerta de la astronave desconocida» suena como «aquí, en la tumba del soldado desconocido».

Ted: ¿No le agrada?

Barnes: Bueno, creo que produce asociaciones equívocas.

Ted: Supuse que le agradaría.

Beth: ¿Tienen algún inconveniente en que sigamos adelante, por favor?

Ted: Bueno no importa.

Harry: ¿Qué, ahora te vas a poner a hacer pucheritos?

Ted: No importa. Nos arreglaremos sin comentarios sobre este momento histórico.

Harry: Muy bien, excelente. Abrámosla.

Ted: Creo que todos saben cómo me siento. Considero que debimos haber hecho algunos breves comentarios para la posteridad.

Harry: ¡Muy bien, haz tus malditos comentarios!

Ted: Oye, hijo de puta, ya estoy harto de tu actitud de superioridad, de sabelotodo…

Barnes: Detened la cinta, por favor.

Edmunds: Cinta detenida, señor.

Barnes: Dejemos que los ánimos se serenen.

Harry: Considero que toda esta ceremonia es completamente ajena a la cuestión.

Ted: Pues bien, yo considero que no es ajena a la cuestión. Es lo apropiado.

Barnes: Bueno. Yo lo haré. Que ruede la cinta.

Edmunds: Cinta rodando.

Barnes: Les habla el capitán Barnes. Ahora estamos a punto de abrir la tapa de la escotilla. Presentes conmigo, en esta histórica ocasión, se hallan Ted Fielding, Norman Johnson, Beth Halpern y Harry Adams.

Harry: ¿Por qué soy el último?

Barnes: He dicho los nombres de izquierda a derecha, Harry.

Harry: ¿No es extraño que al único negro del grupo se le mencione al final?

Barnes: Harry, les he nombrado de izquierda a derecha, según nos hallábamos situados.

Harry: Y después de la única mujer. Yo soy profesor titular, y Beth solamente es profesora adjunta.

Ted: Sabes, Hal, quizá se nos deba identificar por nuestro título académico completo y por las instituciones a las que pertenecemos…

Harry: ¿Qué tiene de malo el orden alfabético…?

Barnes: ¡Ya es el colmo! ¡Ni pensarlo! No hay vídeo.

Edmunds: Cámara apagada, señor.

Barnes: ¡Por Dios!

Dio la espalda al grupo mientras meneaba la cabeza, cubierta por el casco. Con un movimiento seco, levantó la placa metálica, dejó al descubierto los tres botones y apretó uno: una luz amarilla parpadeó: «lista.»

– Que todo el mundo se mantenga con el aire interno -ordenó Barnes.

Los visitantes continuaron respirando por medio de sus tanques, por si los gases del interior de la nave espacial fuesen tóxicos.

– ¿Todos listos?

– Listos.

Barnes apretó el botón que decía: «abierta.» Centelleó una señal: «ajuste de la atmósfera.» Luego, con un sonido sordo de rodamiento, la puerta se abrió, deslizándose en sentido lateral, exactamente como la de un avión. Durante unos momentos, Norman no vio nada más allá, excepto negrura. Los investigadores avanzaron con cautela, encendieron sus linternas y las enfocaron a través de la puerta abierta: vieron vigas y un conjunto de tubos metálicos.

– Verifique el aire, Beth.

Beth apretó el émbolo de un pequeño monitor de gas que llevaba en la mano, y la pantalla de lectura se encendió.

– Helio, oxígeno, vestigios de CO2 y vapor de agua. Las proporciones son correctas. Es la atmósfera presurizada.

– ¿La nave corrige su propia atmósfera?

– Así parece.

– Bien. De uno en uno.

Barnes fue el primero en quitarse el casco; inhaló el aire.

– Parece bueno. Metálico, produce una ligera comezón, pero está bien.

Hizo unas cuantas inhalaciones profundas, y después asintió con la cabeza. Los demás se quitaron el casco y lo colocaron sobre la cubierta.

– Así está mejor.

– ¿Vamos?

– ¿Por qué no?

Hubo una breve vacilación y entonces Beth pasó rápidamente entre los demás. -Las damas primero.

Los restantes miembros del grupo la siguieron. Norman echó un vistazo hacia atrás y vio todos los cascos amarillos sobre el suelo. Jane Edmunds, sosteniendo la cámara de vídeo contra el ojo, dijo:

– Siga adelante, doctor Johnson.

Norman se dio la vuelta y pasó al interior de la nave espacial.

EL INTERIOR

Se detuvieron en una pasarela de metro y medio de ancho, suspendida en lo alto. Norman dirigió su linterna hacia abajo, y el haz luminoso brilló a través de doce metros de oscuridad antes de llegar al casco inferior. Rodeando a los investigadores, borrosa en la oscuridad, había una densa red de puntales y vigas.

– Es como estar en una refinería de petróleo -comentó Beth.

Dirigió la luz de su linterna hacia una de las viguetas de acero. Escrito sobre ella se leía «AVR-09». Todas las inscripciones estaban en inglés.

– La mayor parte de lo que ven forma parte de la estructura -dijo Barnes-. Armazón de puntales entrecruzados para soportar esfuerzos, lo que confiere un tremendo apoyo a lo largo de todos los ejes. La nave está construida con mucha solidez, como sospechábamos. Ha sido diseñada para soportar esfuerzos deformantes extraordinarios. Es probable que, más adentro, haya otro casco.

Norman recordó que Barnes era también ingeniero en aeronáutica.

– No sólo eso -dijo Harry, dirigiendo su luz sobre el casco exterior-. Miren esto: es una capa de plomo.

– ¿Blindaje contra radiaciones?

– Seguramente. Tiene más de quince centímetros de espesor.

– Así que esta nave está construida para que resista mucha radiación.

– Muchísima -corroboró Harry.

Había una especie de neblina en la nave, y una sensación ligeramente oleosa en el aire. Las vigas metálicas parecían recubiertas con aceite, pero cuando Norman las tocó ninguna grasa se le adhirió a los dedos. Se dio cuenta entonces de que el metal en sí tenía una textura fuera de lo común: era resbaladizo y suave al tacto, casi como el caucho.

– Interesante -comentó Ted-. Es un tipo de material nuevo. Nosotros relacionamos la resistencia con la dureza; pero este metal, si se trata de metal, es tan fuerte como suave. Parece evidente que, desde nuestra época, la tecnología de los materiales avanzó mucho.

– Desde luego -admitió Harry.

– Pues tiene lógica -opinó Ted-. Si se piensa en la Norteamérica de hace cincuenta años, comparada con la de hoy en día uno de los cambios más grandes consiste en la inmensa variedad de materiales plásticos y cerámicos que tenemos ahora, y que en aquel entonces ni siquiera se imaginaban…

Continuó hablando y el eco de sus palabras retumbaba en el cavernoso recinto; pero Norman percibió la tensión de su voz: «Ted está silbando en la oscuridad», pensó.

Se adentraron en la nave. Norman sentía vértigo, al estar tan alto en medio de las tinieblas. Llegaron a una bifurcación de la pasarela. Resultaba difícil ver, con tantas cañerías y puntales, pues era como estar en un bosque de metal.

– ¿Para qué lado?

Barnes tenía una brújula de muñeca que refulgía con luminosidad verde:

– A la derecha.

Siguieron la red de pasarelas durante diez minutos más. Norman pudo ir comprobando que Barnes tenía razón, ya que había un cilindro central construido dentro del externo, y separado de éste por una densa disposición de puntales y soportes: una nave espacial dentro de otra nave espacial.

– ¿Por qué habrán construido la nave de esta manera?

– Habrías de preguntárselo a ellos.

– Las razones tienen que haber sido imperiosas -opinó Barnes- por las exigencias de energía que plantea un doble casco, con tanto blindaje de plomo… Resulta difícil imaginar el motor que se precisaría para hacer que vuele algo tan grande.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Esfera»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Esfera» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Michael Crichton - Drug of Choice
Michael Crichton
Michael Crichton - Gold - Pirate Latitudes
Michael Crichton
Michael Crichton - Latitudes Piratas
Michael Crichton
Michael Crichton - Beute (Prey)
Michael Crichton
Michael Crichton - The Terminal Man
Michael Crichton
libcat.ru: книга без обложки
Michael Crichton
libcat.ru: книга без обложки
Michael Crichton
libcat.ru: книга без обложки
Michael Crichton
libcat.ru: книга без обложки
Michael Crichton
libcat.ru: книга без обложки
Michael Crichton
Michael Crichton - The Andromeda Evolution
Michael Crichton
Отзывы о книге «Esfera»

Обсуждение, отзывы о книге «Esfera» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x