Daniel Silva - Juego De Espejos

Здесь есть возможность читать онлайн «Daniel Silva - Juego De Espejos» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Шпионский детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Juego De Espejos: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Juego De Espejos»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Novella d’espionatge amb dues virtuts importants: no és de John Le Carré (algun dia escriuré la ressenya dels llibres que he llegit d’ell, però aviso que no sortirà massa ben parat) i que està ambientada en uns fets reals: la Segona Guerra Mundial i la necessitat dels aliats d’evitar que, de la manera que sigui, el punt del desembarcament a les costes franceses sigui conegut pels alemanys o, millor encara, aquests creguin que serà per un lloc diferent del planificat.
El protagonista és el director del contra-espionatge anglès (si no ho recordo malament), un acadèmic convertit a espia si us plau per força com suggereix el títol original. Al bàndol contrari hi ha una xarxa clandestina d’espies alemanys infiltrats a Anglaterra. L’autor juga amb ambigüetats calculades per tal d’induir el lector a sospitar que diferents pesonatges són traïdors i revelaran el secret del lloc real del desembarcament.
És una novella d’acció continuada, que fa pensar fins i tot en la necessitat d’informació que tenim -i l’efecte que ens pot causar tenir informació parcial sobre les coses que fem. Fins al final no es desvetllen alguns punts foscos de la trama, i just aleshores vénen ganes de rellegir la novel·la per veure fins a quin punt l’acció dels diferents personatges és coherent amb aquesta realitat.

Juego De Espejos — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Juego De Espejos», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Una fuente de comida y un vaso de vino le aguardaban en la planta baja. Trude había cenado horas atrás, así que tomó asiento frente a él y habló mientras Vogel devoraba asado de cerdo con patatas. Tenía un hambre asombrosa. Acabó el primer plato y se sirvió otro, que se obligó a consumir más despacio. Trude le habló de sus padres, de las niñas y de la forma en que la Wehrmacht irrumpió en el pueblo y se llevó a los hombres y a los muchachos en edad escolar que quedaban. Daba gracias a Dios por haber alumbrado hijas y no hijos. No le preguntó nada sobre el viaje y Vogel no le ofreció ningún detalle por propia voluntad.

Acabó de comer. Trude quitó la mesa. Había preparado un puchero de sucedáneo de café y estaba ante el hornillo, llenando una taza y poniéndola en un platillo, cuando sonaron unos golpes suaves en la puerta. Trude cruzó la estancia y abrió, para quedarse mirando con expresión incrédula a la figura, vestida de negro de piesa cabeza, que encontró ante sus ojos.

– Oh, Dios mío -murmuró, y la taza y el platillo se le escaparon de las manos y fueron a hacerse añicos contra el suelo.

– Aún no puedo creer que Heinrich Himmler haya puesto de veras los pies en esta casa -dijo Trude, plana la voz, como si hablase consigo misma.

Se encontraba de pie frente al fuego de la pequeña chimenea de su cuarto, derecha como una vela, con los brazos cruzados. A la tenue claridad, Vogel observó que su rostro estaba húmedo y su cuerpo temblequeante.

– Al ver su cara así, de pronto, creí estar soñando. Luego pensé que nos iban a arrestar a todos. Y después comprendí lo que pasaba: Heinrich Himmler había venido a mi casa porque necesitaba consultar algo con mi marido.

Se apartó del fuego y le miró.

– ¿Por qué es así, Kurt? Dime que no trabajas para él. Dime que no eres un secuaz de Himmler. Dímelo, aunque sea mentira.

– No trabajo para Heinrich Himmler.

– ¿Quién era el otro?

– Se llama Walter Schellenberg.

– ¿Qué hace?

Vogel se lo dijo.

– ¿Qué haces tú? Y no me digas que sólo eres abogado de Canaris.

– Antes de la guerra me encargué de personas muy especiales. Las adiestraba y las enviaba a Inglaterra para que actuasen de espías.

Trude asimiló la noticia como si llevase largo tiempo sospechándolo.

– ¿Por qué no me lo dijiste antes?

– Tenía prohibido contárselo a nadie, incluida tú. Te engañé para protegerte. No tenía ningún otro motivo.

– ¿Dónde estuviste hoy?

Era inútil seguir mintiéndole.

– Estuve en Berchstengaden, en una reunión con el Führer.

– ¡Dios todopoderoso! -susurró Trude, al tiempo que sacudía la cabeza-. ¿En qué más me has engañado, Kurt Vogel?

– No te he engañado en nada más, sólo en lo de mi trabajo. La expresión de Trude decía a las claras que no le creía.

– Heinrich Himmler en esta casa. ¿Qué te ha ocurrido, Kurt? Ibas para gran abogado. Ibas para sucesor de Herman Heller, quizá para ocupar un sillón en el Tribunal Supremo. Amabas la ley.

– No hay ley en Alemania, Trude. Sólo hay Hitler.

– ¿Qué quería Himmler? ¿Por qué vino aquí a esas horas de la madrugada?

– Quiere que le ayude a matar a un amigo.

– Espero que le hayas dicho que no le ayudarás.

Vogel la miró.

– Si no le ayudo, me matará. Y luego te matará a ti y matará a las niñas. Nos matará a todos, Trude.

CUARTA PARTE

43

Londres

– Lo mismo que en las otras ocasiones, Alfred. Lleva alegremente a los vigilantes por el camino de la amargura durante tres horas y luego vuelve a su piso.

– Eso son pamplinas. Harry. O se encuentra con otro agente o deja el material en alguna parte.

– Si lo hace, a nosotros se nos ha escapado. Otra vez.

– ¡Maldita sea! -Vicary utilizó la colilla del cigarrillo para encender otro. Estaba disgustado consigo mismo. Fumar cigarrillos ya era bastante malo. Encender el siguiente con la brasa del anterior era intolerable. Toda la culpa la tenía la tensión de aquel juego. Había entrado en su tercera semana. Vicary permitió a Catherine fotografiar cuatro remesas de documentos de la Operación Timbal. Cuatro veces llevó la mujer a los vigilantes tras de sí en largos seguimientos por Londres. Y en las cuatro ocasiones fueron incapaces de detectar cómo y cuándo se desembarazaba del material. Vicary empezaba a estar de los nervios. Cuanto más se prolongase la operación de aquella forma, más probabilidades había de cometer un error. Los vigilantes estaban agotados y Peter Jordan a punto de rebelarse.

– Quizá no estemos llevando esto como es debido -dijo Vicary.

– ¿Qué quieres decir?

– La seguimos, con la esperanza de detectar cómo lo suelta. ¿Y si cambiáramos de táctica y empezásemos a buscar al agente que lo recoge?

– ¿Pero cómo? No sabemos quién es ni qué aspecto tiene.

– La verdad es que podemos identificarlo. Cada vez que Catherine sale, vamos con ella. Y lo mismo hace Ginger Bradshaw. Ha tomado docenas y docenas de fotografías. Nuestro hombre por fuerza tiene que haber estado con esa mujer.

– Es posible y, desde luego, merece la pena probar.

Harry volvió diez minutos después con un montón de fotos. Una pila de treinta centímetros de altura.

– Ciento cincuenta fotografías, para ser exactos, Alfred.

Vicary se sentó ante la mesa y se puso las gafas con cristales de media luna, las de leer. Empezó a coger fotos, una por una, y a explorar los rostros, la ropa, todo lo que pareciera sospechoso, cualquier cosa. Con la maldición de tener una memoria fotográfica, Vicary archivaba en su cerebro las imágenes de una foto y luego pasaba a la siguiente. Harry sorbía té y paseaba entre las sombras.

Dos horas después, Vicary creyó tener una pareja.

– Mira, Harry, ahí, en Leicester Square. Y aquí vuelve a aparecer, en la entrada de la estación de Euston. Podría ser una coincidencia, podría tratarse de dos personas distintas, pero lo dudo.

– ¡Vaya, qué me aspen! -Harry examinó la figura de la foto: bajo, pelo oscuro, hombros cuadrados y ropa corriente. En su porte no había nada que llamase la atención…, perfecto para el trabajo de calle.

Vicary reunió las fotos restantes e hizo dos montones.

– Empieza a buscarle, Harry. Sólo a él. A nadie más.

Al cabo de media hora, Harry seleccionó una foto tomada en la plaza de Leicester, que resultaba mejor aún que la primera.

– Necesita un nombre en clave -dijo Vicary.

– Se parece a Rudolf.

– Bueno -convino Vicary-. Que sea Rudolf.

44

Hampton Sands (Norfolk)

En aquel momento, Horst Neumann pedaleaba en su bicicleta, camino del pueblo, tras salir de la casita de Dogherty. Vestía grueso jersey de cuello alto, chaquetón y pantalones con las perneras embutidas en la caña de sus botas altas. Era un día claro y radiante. Voluminosas nubes blancas, impulsadas por fuertes vientos del norte, surcaban un cielo de color azul profundo. Sus sombras se desplazaban veloces por los prados y las laderas de las colinas para desaparecer luego sobre la playa. Era el último día decente que iban a disfrutar en una temporada. Los pronósticos anunciaban malas condiciones meteorológicas en toda la costa este de la región, a partir del mediodía siguiente y a lo largo de varias jornadas. Neumann deseaba estar unas horas fuera de la casa, ahora que tenía oportunidad de hacerlo. Necesitaba reflexionar. Soplaba un viento racheado que hacía casi imposible mantener la verticalidad de la bicicleta en aquel estrecho camino repleto de baches. Neumann inclinó la cabeza y aumentó el brío de sus pedaladas. Volvió la cabeza para mirar por encima del hombro. Dogherty se había dado por vencido. Acababa de bajarse de la bicicleta y, a pie, con gesto de mala uva, la empujaba por sendero adelante.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Juego De Espejos»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Juego De Espejos» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Juego De Espejos»

Обсуждение, отзывы о книге «Juego De Espejos» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x