Kurt Aust - La Hermandad Invisible

Здесь есть возможность читать онлайн «Kurt Aust - La Hermandad Invisible» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Hermandad Invisible: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Hermandad Invisible»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En un café de París, en plena primavera, una mujer se introduce un revólver en la boca y aprieta el gatillo ante los ojos atónitos de los presentes. Se trata de Mai-Brit Fossen, una editora de Oslo, casada y madre de dos niños. Su ex marido, Even Vik, excéntrico profesor de matemáticas, la sigue amando pese a que llevan cinco años divorciados. Desolado por la pérdida e incapaz de creer que Mai acabara con su vida por propia voluntad, viaja a París y descubre que Mai estaba escribiendo un libro sobre Isaac Newton, en particular sobre la parte más oscura del científico, su enigmática doble vida y su pertenencia a una sociedad secreta, y que ha dejado una estela de mensajes codificados que sólo una inteligencia matemática como la suya puede descifrar.
Pero ¿por qué Mai-Brit tuvo que pagar con su propia vida el hallazgo de unos secretos de más de trescientos años de antigüedad? ¿Y por qué hizo un solitario justo antes de dispararse un tiro? En este fascinante thriller literario, aclamado por los lectores nórdicos, Kurt Aust despliega su extraordinario conocimiento de una de sus pasiones, los códigos y las infinitas posibilidades de los números.

La Hermandad Invisible — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Hermandad Invisible», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Dios mío -dijo Kitty, mirándole boquiabierta-. ¿Quieres decir que te fuiste directamente a la boca del lobo? ¿Conscientemente?

– Verás, al fin y al cabo no estaba sobrio, o sea que se lo puedo achacar al alcohol. En fin, que me hicieron la prueba, y la prueba mostró que el nivel de alcohol era muy superior a lo permitido. Me retiraron el carné allí mismo, y Mai y yo tuvimos que coger un taxi. Por lo que me han contado fue por un golpe de suerte que no se lo quitaran también a Mai. Al día siguiente, Mai fue a por el coche. Luego hizo la maleta, me soltó un discurso de no te menees y se fue.

Kitty se había quedado mirando la copa de vino, después de un rato suspiró y empezó a comer. Even se levantó y fue a por la sal; la salsa agridulce estaba sosa.

– ¿No podrías hablarme de cuando tú y Mai os conocisteis? Me imagino que ese episodio sí se parece más a una historia con final feliz.

«Eso crees», pensó Even. Pero ya que estaba exponiendo todos sus lados malos, a lo mejor daba igual si sacaba unos cuantos más a la luz. Era preferible que Kitty se hartara de él ahora y se fuera que lo hiciera cuando él ya se hubiera acostumbrado a tenerla a su lado.

Even se quedó pensativo; al fin y al cabo, de aquello hacía veinte años. Tomó un sorbo de vino para reunir fuerzas, y empezó:

– Fue durante una manifestación ante la embajada estadounidense. En el 85. Nos manifestábamos contra una guerra, o una acción, o algo que habían hecho, no lo recuerdo demasiado bien… me pregunto si no tendría que ver con no sé qué portaaviones. Sea como fuere, yo estaba allí, como de costumbre.

– Oh -exclamó Kitty.

– Sí, formaba parte del grupo de la casa Blitz, de los okupas, aunque sólo fuera tangencialmente. De la facción a la que le encantaban las manifestaciones porque te permitían enfrentarte con la policía, la parte del ambiente que pululaba alrededor de la casa Blitz y que buscaba cualquier ocasión para darle una paliza a un poli. -Even sonrió al ver la cara que se le había puesto a Kitty-. Dijiste que querías oír nuestra historia… y, además, tú misma dijiste hace poco que cuando me viste por primera vez parecía un miembro de Blitz. Pues lo era. De hecho, era un grupo fantástico. No éramos tantos los que éramos unos verdaderos sacos de mierda, los que sólo nos unimos al grupo para poder pelear, apenas un puñado o dos. Fue por aquel entonces cuando adopté el nombre de Rekil.

El rostro de Kitty parecía un interrogante.

– Lee Even al revés -dijo él.

– Nevé, o sea, puño -dijo Kitty.

– ¿Y Rekil al revés?

– Liker, es decir, le gusta.

– ¿Y Vik?

– Eh, Kiv. Nevé liker kiv, a Nevé le gusta kiv.

– Sí. ¿Y sabes lo que significa kiv? Es una palabra antigua para decir bronca, guerra, enemistad. Y a mí me gustaba usar los puños, me gustaba verme como un superhéroe al revés; alguien que era bueno de día, cuando estaba en la universidad, y que se llamaba Even Rekil Vik. Pero luego, cuando la policía salía a la calle con la intención de detener a manifestantes pacíficos, yo cambiaba de identidad, incluso de personalidad, y me convertía en Nevé Liker Kiv.

– Vaya por Dios, qué infantil -dijo Kitty y agarró su copa. Parecía indignada de verdad.

– Nunca te dije que lo que te iba a contar fuera una historia con final feliz. Fuiste tú quien lo dijo.

Kitty bebió y lo miró impaciente. Quería oír más.

– La manifestación era pacífica, todos gritaban lemas y agitaban carteles sin que hubiera el menor indicio de bronca. Alcanzamos la embajada de Estados Unidos, nos quedamos parados tranquilamente delante del edificio donde alguien estaba soltando un discurso por un megáfono, cuando de pronto aparecieron. Llegó la policía montada desde los dos costados, y detrás de ellos venían agentes a pie, con escudos y porras. Enseguida nos dimos cuenta de que buscaban pelea, que no habían venido sólo para vigilar. Estalló el caos, la gente llegaba de todos los rincones, y la policía parecía atacar también de todos los costados. Todo acabó, naturalmente, en una batalla campal. Todo el mundo daba patadas y pegaba y gritaba y aullaba, y los caballos se abrían camino entre nosotros como si fueran tanques vivientes. De pronto, descubrí a una chica a la que habían acorralado, por un lado, un agente montado y, por otro, uno a pie, que no paraba de golpearla con la porra. Ella gritaba e intentaba salir de allí, pero el caballo le cerraba el paso. Salté hacia allí y le quité la porra al agente montado, lo agarré por la bota y lo tiré del caballo hasta que acabó en el suelo con el casco rodando. Entonces le pegué al caballo en el hocico y éste salió corriendo de un salto y…

– ¿Pegaste al caballo? -dijo Kitty, escandalizada.

Even la miró sorprendido.

– Sí, tenía que conseguir que se alejara. Los dos policías me atacaron, y yo les devolví los golpes, alcancé a uno en la cabeza y conseguí que el otro huyera asustado. Yo estaba totalmente fuera de mí, creo recordar, soltaba mandobles a diestro y siniestro como un loco. De pronto descubrimos, la chica y yo, que podíamos escapar de allí, por una calle lateral. Corrimos como unos condenados. Finalmente pudimos escondernos en un patio trasero, en un sótano, echados sobre unos sacos de patatas vacíos. Allí conseguimos calmarnos. La chica, que naturalmente habrás adivinado era Mai, se había hecho daño en el brazo y tenía una herida en la cabeza. La vendé con mi bufanda. Nos quedamos allí hablando de lo que había pasado y de nosotros mismos durante horas. Hasta que oscureció no nos atrevimos a abandonar nuestro escondite. Mai dijo que no le contara nunca a nadie lo que había ocurrido. Creo que tenía miedo de que su padre le prohibiera vivir contigo y le exigiera volver a casa para poder vigilarla. Al día siguiente leímos sobre el enfrentamiento en los diarios. Echaron toda la culpa a los manifestantes. Como de costumbre.

Even calló. Kitty había dejado los cubiertos en el plato, se había quedado mirando la salsera con ojos vacíos, como ausente. Even bajó la mirada. Su apetito había desaparecido y lo que más le apetecía en aquel momento era acostarse. Se sentía completamente agotado y vacío. Eso de abrirse a otra persona desgastaba, a pesar de que sólo había contado la mitad de la historia. Desgastaba refrescar la memoria de lo que preferiría haber olvidado.

– ¿Dónde está el baño?

Kitty se había puesto en pie y lo miraba fijamente.

– Primera puerta, a mano derecha.

Even se lo indicó con un gesto. La siguió con la mirada cuando ella salió al pasillo y cerró la puerta. Oyó que giraba la cerradura. Seguramente querría hacer pipí antes de marcharse. Era obvio que la había asustado con sus historias, cuando apenas había abierto el tarro de las esencias.

Quedaba mucha comida, pero Even la tiró a la basura sin miramientos, enjuagó los platos y los cubiertos, despejó la mesa de la cocina y descubrió el móvil debajo de un trapo de cocina. Lo encendió y sonó para comunicarle que alguien le había dejado un mensaje. Tres mensajes, apareció en la pantallita.

Susann (maldita sea, se había olvidado de Susann).

«Hola, sólo quería decirte que lo pasé muy bien el otro día. Me gustaría que me llamaras.» Era del jueves.

Kitty: «¡Advertencia! Me pasaré por tu casa mañana para ver si sigues vivo». Enviado ayer por la noche.

El tercer mensaje era de la compañía de teléfonos, que le comunicaba que había mensajes de voz en su buzón. Llamó. Con el móvil enganchado entre el hombro y la oreja abrió la nevera para coger una cerveza. Una voz de mujer le dijo que tenía cuatro mensajes.

«Aquí Finn-Erik. He recuperado mi móvil. Tienes que llamarme. Es importante. Si no lo has hecho…» La comunicación se interrumpió en mitad de la frase. Una voz le contó que el mensaje había sido grabado el jueves, a las catorce horas y treinta y dos minutos.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Hermandad Invisible»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Hermandad Invisible» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La Hermandad Invisible»

Обсуждение, отзывы о книге «La Hermandad Invisible» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x