Philip Kerr - Violetas De Marzo

Здесь есть возможность читать онлайн «Philip Kerr - Violetas De Marzo» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Violetas De Marzo: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Violetas De Marzo»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La primera vez que conocemos al ex policía Bernie Gunther la acción se sitúa en 1936, en Violetas de Marzo (un eufemismo que usaron los primeros nazis para describir los últimos conversos), cuando los Juegos Olímpicos están a punto de empezar.
Algunos de los amigos judíos de Bernie se van dando cuenta de que tendrían que haber huido cuando aún podían hacerlo, y Gunther recibe el encargo de investigar dos muertes que afectan a los máximos cargos del partido nazi. El antiguo policía Bernie Gunther creía que ya lo había visto todo en las calles de Berlín de los años treinta. Pero cuando dejó el cuerpo para convertirse en detective privado, cada nuevo caso lo iba hundiendo un poco más en los horribles excesos de la subcultura nazi. Después de la guerra, en medio del esplendor imperial y decadente de Viena, Bernie incluso llega a poner al descubierto un legado que, en comparación, convierte las atrocidades cometidas enépoca de guerra en un juego de niños…

Violetas De Marzo — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Violetas De Marzo», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¿Veis? -dijo-. No está a la sombra de nadie, Y no teme decir lo que piensa. Ésa es la gran virtud de la independencia. No hay ninguna razón en el mundo por la que este hombre tuviera que hacerme un favor. Tiene las agallas de recordármelo, cuando otro se hubiera quedado callado. Puedo confiar en un hombre así.

Señalé con la cabeza la carpeta que había en su mesa.

– Apostaría a que ha sido Diels quien ha reunido esa información.

– Y ganaría. Heredé esta carpeta, su carpeta, junto con muchas otras, cuando él perdió su puesto como jefe de la Gestapo en beneficio de aquel mierda de criador de gallinas. Fue el último gran servicio que iba a hacerme.

– ¿Le importa que le pregunte qué ha sido de él?

– No, en absoluto. Sigue a mi servicio, aunque ocupa una posición inferior, como jefe de compras de la Hermann Goering Werke de Colonia.

Goering repitió su propio nombre sin el menor rastro de vacilación o incomodidad; debía de pensar que era lomás natural del mundo que una fábrica llevara su nombre.

– ¿Sabe? -dijo orgulloso-, yo cuido de la gente que me ha hecho un servicio. ¿No es verdad, Rienacker?

La respuesta del grandullón llegó con la rapidez de una pelota de frontón.

– Sí, Herr Primer Ministro, sin ninguna duda.

«Un reconocimiento incondicional», pensé, al tiempo que un sirviente que sostenía una bandeja con café, vino de Mosela y huevos Benedicte para el primer ministro entraba en la habitación. Goering lo engulló como si no hubiera comido nada en todo el día.

– Puede que ya no sea jefe de la Gestapo -dijo-, pero hay muchos en la policía que, como Rienacker, me siguen siendo fieles a mí, en lugar de a Himmler.

– Muchísimos -gorgeó Rienacker lealmente.

– Y que me mantienen informado de lo que hace la Gestapo. -Se secó delicadamente la ancha boca con una servilleta-. Bueno, veamos; Rienacker me ha dicho que usted apareció en mi apartamento en la Derfflingerstrasse esta tarde. Es, como quizá le haya dicho él, un apartamento que he puesto a disposición de un hombre que es, en algunos asuntos, mi agente confidencial. Se llama, como creo que ya sabe, Gerhard von Gries, y hace una semana que ha desaparecido. Rienacker dice que usted creía que quizá lo hubiera abordado alguien que trataba de vender un cuadro robado. Un desnudo de Rubens, para ser preciso. No tengo ni idea de qué le hizo pensar que valía la pena ponerse en contacto con mi agente ni cómo consiguió seguirle la pista hasta esa dirección particular. Pero me impresiona usted, Herr Gunther.

– Muchas gracias, Herr Primer Ministro.

Quién sabe, quizá con un poco de práctica podría sonar igual de bien que Rienacker.

– Su historial como policía habla por sí mismo y no dudo de que como investigador privado no es menos competente.

Acabó de comer, bebió un vaso lleno de Mosela y encendió un enorme puro. No mostraba señales de cansancio, a diferencia de Rienacker y de los dos ayudantes, y yo empezaba a preguntarme qué serían las dos pastillas que se había tomado. Soltó un anillo de humo del tamaño de un donut.

– Gunther, quiero ser cliente suyo. Quiero que encuentre a Gerhard von Gries, preferentemente antes de que haga la Sipo. No es que haya cometido ningún delito, entiéndame. Es sólo el custodio de cierta información confidencial que no tengo ningún deseo de que caiga en manos de Himmler.

– ¿Qué clase de información confidencial, Herr Primer Ministro?

– Me temo que no se lo puedo decir.

– Mire, señor -dije-. Si voy a remar en un bote quiero saber si tiene vías de agua. Ésa es la diferencia entre un policía normal y yo. Él no tiene que preguntar por qué. Es el privilegio de la independencia.

Goering asintió.

– Admiro la franqueza -dijo-. No me limito a decir que voy a hacer algo, lo hago y lo hago bien. No creo que tenga ningún sentido contratarlo a menos que confíe en usted plenamente. Pero comprenderá que eso le impone ciertas obligaciones, Herr Gunther. El precio de traicionar mi confianza es muy alto.

No lo dudaba ni por un segundo. Dormía tan poco aquellos días que no pensé que perder un poco más de sueño debido a lo que sabía de Goering fuera a representar mucha diferencia. No podía dar marcha atrás. Además, era probable que hubiera algún buen dinero en todo aquello, y yo trato de no huir del dinero si puedo evitarlo. Goering cogió otro par de pastillitas rosas. Parecía tomarlas tan a menudo como podría fumar un cigarrillo.

– Señor, Rienacker le dirá que cuando él y yo nos encontramos en su apartamento esta tarde, me preguntó el nombre del hombre para el que trabajaba, el dueño del Rubens. Me negué a decírselo. Me amenazó con sacármelo a puñetazos. Seguí negándome a decírselo.

Rienacker se inclinó hacia delante.

– Es verdad, Herr Primer Ministro -afirmó.

Yo continué con mi plática.

– Todos mis clientes reciben el mismo trato. Discreción y confidencialidad. No duraría mucho en este negocio si fuera de otro modo.

Goering asintió.

– Eso es hablar con bastante franqueza -dijo-. Déjeme que sea igualmente franco. Muchos puestos en la burocracia del Reich caen bajo mi patronazgo. En consecuencia, a menudo me aborda un antiguo colega, un contacto de negocios, para pedirme un pequeño favor. Bueno, no culpo a la gente por querer mejorar de posición. Si puedo, los ayudo. Pero, claro, les pido otro favor a cambio. Así es como funciona el mundo. Al mismo tiempo, hereunido una buena cantidad de información. Es una reserva de conocimientos en los que me apoyo para conseguir que se hagan las cosas. Sabiendo lo que sé, es más fácil persuadir a la gente para que comparta mi punto de vista. Tengo que pensar en el futuro, para el bien de la madre patria. Incluso ahora hay muchos hombres con influencia y poder que no están de acuerdo con lo que el Führer y yo hemos identificado como prioridades para el adecuado desarrollo de Alemania, para que este maravilloso país nuestro alcance el lugar que le es debido en el mundo.

Se detuvo. Quizá esperara que yo me levantara de un salto para hacer el saludo hitleriano y lanzarme a declamar un par de versos del Horst Wessel, pero yo permanecí inmóvil, asintiendo pacientemente, esperando que llegara al meollo.

– Von Greis era un instrumento para conseguir mi voluntad -dijo, suave como la seda-, así como mis flaquezas. Era tanto mi agente de compras como mi recaudador de fondos.

– Quiere decir que era un artista extorsionador de primera clase.

Goering dio un respingo y sonrió al mismo tiempo.

– Herr Gunther, ser tan sincero y tan objetivo dice mucho en su favor, pero procure que no se convierta en algo compulsivo, por favor. Yo mismo soy un hombre directo, pero no hago virtud de ello. Compréndalo: todo está justificado si es en servicio del Estado. A veces uno debe ser duro. Me parece recordar que fue Goethe quien dijo que uno debe conquistar y gobernar o perder y servir, sufrir o triunfar, ser el yunque o ser el martillo. ¿Lo comprende?

– Sí, señor. Mire, me ayudaría si supiera con quién tenía tratos Von Greis.

Goering negó con la cabeza.

– Realmente, eso no se lo puedo decir. Ahora me toca a mí subirme a la caja de jabón y hablar de discreción y confidencialidad. En ese aspecto, tendrá que trabajar a oscuras.

– Muy bien, señor; haré todo lo que pueda. ¿Tiene una fotografía de ese caballero?

Abrió un cajón y sacó una pequeña instantánea que me entregó.

– La tomaron hace cinco años -dijo-. No ha cambiado mucho.

Miré el hombre de la foto. Al igual que muchos alemanes, llevaba el cabello rubio cortado muy corto, casi rapado, excepto un absurdo rizo que adornaba su amplia frente. La cara, arrugada en muchos sitios, como un viejopaquete de cigarrillos, exhibía un bigote encerado; el efecto general era un cliché del Junker alemán aparecido en un número antiguo de Jugend.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Violetas De Marzo»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Violetas De Marzo» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Philip Kerr - Esau
Philip Kerr
Philip Kerr - Prussian Blue
Philip Kerr
Philip Kerr - January Window
Philip Kerr
Philip Kerr - False Nine
Philip Kerr
Philip Kerr - Hitler's peace
Philip Kerr
Philip Kerr - Plan Quinquenal
Philip Kerr
Philip Kerr - Gris de campaña
Philip Kerr
Philip Kerr - Berlin Noir
Philip Kerr
Отзывы о книге «Violetas De Marzo»

Обсуждение, отзывы о книге «Violetas De Marzo» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x