Fernando Dragó - La prueba del laberinto

Здесь есть возможность читать онлайн «Fernando Dragó - La prueba del laberinto» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La prueba del laberinto: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La prueba del laberinto»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Premio Planeta de Novela 1992
Ésta es una extraordinaria novela que según su propio autor podría titularse, si alguien no le hubiese ya robado el título, La más hermosa historia jamás contada: "Detective español de cincuenta y tres años se ve obligado por los dioses, por la Confederación de Fuerzas del Más Allá y por las circunstancias, a partir en busca de Jesús de Galilea, predicador judío que desapareció misteriosamente en el trigésimo tercer año de nuestra era." No podía encontrarse un tema mayor ni un personaje de interés más hondo y universal: "En su vida hay misterio, viajes, tensión, incertidumbre, emboscadas, buenos y malos, mujeres hermosas y mujeres piadosas, traidores, exotismo, ocultismo, tiranos, luchas políticas y religiosas, entrechocar de espadas, conspiraciones, Reyes Magos, leprosos, prostitutas, adúlteras, amor, dolor, muerte y hasta una resurrección. ¿Qué más se necesita? Están todos los ingredientes de las películas de Indiana Jones." Con estos elementos apasionantes y el talento de uno de los mejores escritores españoles contemporáneos, Fernando Sánchez Dragó ha escrito esta novela, ganadora del Premio Planeta 1992.

La prueba del laberinto — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La prueba del laberinto», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Herminio me miró espantado, con las pupilas como puños, y preguntó:

– ¿De dónde sacas eso?

– No lo sé. Se me ha ocurrido de pronto.

Pero sí lo sabía. Y, de hecho, a renglón seguido le conté la verídica y ejemplar historia de Elisabeth KublerRoss, la enfermera y (después) doctora suiza, hoy casi nonagenaria, que en un brumoso día de la lejana década del cuarenta, o quizá, no lo recordaba muy bien, de los no tan remotos años cincuenta, descubrió con lógico estupor y comprensible alborozo que los niños de corta edad internados en los campos de exterminio nazis, y en los de Siberia, y en los de cualquier otro punto del mapa del horror universal y condenados por la barbarie de los políticos, de los ideólogos, de los economistas, de los banqueros y de los militares a morir en el patíbulo, en el paredón o en las cámaras de gas, o -lo que venía a ser lo mismo- de hambre, de sed, de angustia, de malos tratos o de consunción, dibujaban -ellos, los niños- sobre las paredes de madera, de ladrillo o de cemento de sus inmundas barracas y celdas, a duras penas, como buenamente podían, con la uña, con una hebilla, con un cordón de zapato, con un cortaplumas, con un lápiz, con un diente caído, con un palitroque con una piedrecilla, con lo que encontraban, vamos, dibujaban-digo-mariposas, mariposones y mariposillas saliendo de sus capullos y echándose a volar, sí, Herminio, a volar, a volar hacia la Luz, también con mayúscula, claro, faltaría más, y eso, escúchalo con mucha atención y cuidado, brujita, sólo lo hacían la noche anterior a su fallecimiento, ya fuera éste natural -es un decir-o provocado directamente por los verdugos. Y lo curioso del caso, lo más notable, lo que verdaderamente impresiona, y zurra, y salta en la sartén, y da que pensar al más pintado como le hizo pensar a ella, a la enfermera y doctora (que, por cierto, es judía), lo que irreversiblemente se convirtió para aquella mujer en un ensordecedor redoble de conciencia, y de conocimiento, también de conocimiento, Herminio, es que esa imagen -la de una mariposa abandonando su nido de ninfa, su cápsula de astronauta, su envoltura de mísera mortal, y volando en el seno del éter hacia los focos de luz-había sido elegida y utilizada por los griegos del mundo clásico para simbolizar filosóficamente y representar gráficamente nada menos que la inmortalidad del alma, brujita, tal y como nos la propone el mito de Psiquis, la hermosa muchacha que se enamoró de Cupido y que, rara avis, a pesar de las perversas asechanzas y manejos de Afrodita nunca se quemó las alas en la hoguera del amor. Y así después de lo que he dicho, no te extrañará saber que a partir de ese momento, Herminio, la doctora Kubler-Ross -que por aquel entonces era tan racionalista, tan pedestre y tan atea, al uso de los tiempos, como Iván Karamazov-arrió sus certidumbres, aprendió la asignatura del amor y del servicio al prójimo, y consagró el resto de su vida, y en esa tronera sigue, a las investigaciones sobre el más allá y al solícito cuidado de los moribundos.

Conté cuanto acabo de exponer combativamente, con vehemencia y de un tirón, mientras Herminio seguía mirándome sorprendido, sin contraer las pupilas, sin rechistar y supongo que sin creerse del todo lo que yo le decía.

Y, sin embargo, era cierto. Tan cierto -lo juro-como el eppur si muove de Galileo y como la abracadabrante historia de las tres flores amarillas.

– Y hoy, princesa-concluí-, la doctora Kubler-Ross es, junto a Raymond Moody [15]y otros que tal bailan, una de las grandes valedoras científicas (ojo al adjetivo) de la convicción de que la vida sigue después de la muerte. ¡Qué personaje, Herminio! Mi admiración por ella no tiene límites. Es como Gandhi, como el Dalai-lama como la madre Teresa. Deberían darle el premio Nóbel de la Paz.

Mi anfitrión y paño de lágrimas recuperó la voz y el voto.

– ¿Nadie aleccionaba a esos niños, Dionisio? -preguntó.

– Nadie -dije-, absolutamente nadie. ¿Quién hubiera podido encargarse de eso en la espantosa soledad e incuria de los campos de exterminio? En muchos casos, además, las criaturas estaban aisladas entre sí y no es que no se tratasen, Herminio: es que ni siquiera se conocían. Te estoy hablando de miles de niños, de niños de los cinco continentes, de niños de todos los credos, de todas las razas, de todas las lenguas y de todas las clases sociales. A menudo por no saber, no sabían que estaban a punto de morir. Nadie se lo decía, pero su subconsciente -o, quizá, el inconsciente colectivo de todos ellos-se daba, no sé cómo, por enterado. Y entonces afloraba el arquetipo, probablemente universal, de las mariposas y la luz.

– ¡Y tan universal! -exclamó el vidente-. ¿Sabes que los egipcios de la era de los faraones veían en el gusano de seda, precisamente en el gusano de seda y no en cualquier otra oruga, el símbolo de la inmortalidad del alma? Lo leí el otro día en una revista de temas esotéricos. Y entonces me acordé de que un año antes, cuando me fui a Murcia más o menos por estas mismas fechas para pasar allí la Semana Santa, me llamó poderosamente la atención durante una de las procesiones más nombradas-la de los Salzillos, que sale cuando el primer rayo de sol de la mañana del viernes ilumina el rostro de la Dolorosa- un Cristo cuyos pies estaban rodeados y adornados por cientos de capullos de gusanos de seda. Pero capullos de verdad, ¿eh?, no de escayola ni de oropel ni de cartón pintado. Y a la gente le gustaba, Dionisio. Se palpaba la devoción al paso de esa imagen. Algo raro sucedía allí.

– ¿Cómo si una fuerza oculta tocase las fibras más hondas del alma del pueblo?

– Sí. Lo explicas muy bien. Eso es exactamente lo que sentí y lo que pensé.

Estallé en carcajadas.

– Herminio -dije-, no sé qué te pasa hoy. Has vuelto a mentar la soga en casa del ahorcado. Seguimos con la racha de causalidades. Soy uno de los mayores expertos del país en todo lo tocante a la mitología, al simbolismo y a los usos y costumbres, que son curiosísimos, de la historia y de la crianza del gusano de seda.

– ¿Tú?

– Yo, brujita, yo. Aunque te cueste creerlo. No negarás que soy un pozo de sorpresas.

– Nunca lo he negado. Los achares que me das y los sufrimientos que tu displicencia me causa no me impiden reconocer tus escasos méritos. Eres un pájaro de cuenta y un tenorio sin entrañas, pero resultas divertido. Explícame cómo carajo se convierte un novelista con insensatas pretensiones de gurú en entomólogo y sericultor.

– Hay precedentes, Herminio. Junger y Nabokov, sin ir más lejos, comparten o compartían esa afición. No olvides que tanto el uno como el otro figuran en la lista de mis escritores preferidos.

– De los lepidópteros al Nóbel… ¿Es esa tu trayectoria, Dionisio?

– Sí, pero lo que busco es el Nóbel de zoología, no el de literatura.

– No me has explicado…

– Te lo explico ahora, aunque debería de ser nuestro común amigo Sánchez Dragó quien lo hiciera. Él es el culpable de mi metamorfosis.

– Nunca mejor dicho: de lombriz a polilla. Cuéntame qué cirio lleva el tarambana de Fernando en este entierro.

– ¿Y si llegas con retraso a tu cita galante y el maromo se te ha ido? No querría echar esa responsabilidad sobre mis hombros.

– No hay cuidado. Me espera en su picadero.

– ¿Has visto a Dragó últimamente?

– ¡Que va! Hace casi un par de años que sólo sé de él por los periódicos y por la tele. Ya no me llama nunca ni viene por aquí. Se conoce que ha encontrado otro vidente y que me pone los cuernos con él. ¿Qué es de su vida?

– Lagartijeando, como de costumbre. Dice que ya no es escritor, que la literatura se le queda chica y que, en cualquier caso, chica o grande que sea, no tiene ningún sentido dedicarse a ella en un país tan sórdido, gregario y traicionero como éste.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La prueba del laberinto»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La prueba del laberinto» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La prueba del laberinto»

Обсуждение, отзывы о книге «La prueba del laberinto» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x