Donna Leon - Líbranos del bien

Здесь есть возможность читать онлайн «Donna Leon - Líbranos del bien» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Líbranos del bien: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Líbranos del bien»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Tres hombres, entre ellos un carabiniere, irrumpen en el apartamento de un pediatra en plena noche, lo atacan y se llevan a su hijo de dieciocho meses. ¿Qué ha motivado un ataque tan violento por parte de las fuerzas del orden? Cuando el comisario Brunetti es convocado al hospital en que ingresa la víctima del cruel asalto, deberá enfrentarse a más preguntas que respuestas. Sl mismo tiempo, el inspector Viaenllo descubre una estafa que implica a los farmacéuticos y médicos de Venecia. Y tras la estafa… algo más que dinero. Líbranos del bien, el decimosexto caso protagonizado por el cominsario Brunetti, el más negro y el primero sin crimen, urde dos tramas paralelas en torno a tráfico ilegal de menores para la adopción y a un dilema médico. Con el ingenio y la lucidez habitual en ella, Donna Leon demuestra que el camino del Infierno puede estar sembrado de buenas intenciones.

Líbranos del bien — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Líbranos del bien», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Ah, perdón. Lo siento, no prestaba atención.

– ¿Quiere que repita lo que he dicho?

– No es necesario. Lo he entendido.

– Antes de empezar, dottore, ¿desea beber algo? ¿Un vaso de agua? ¿Café?

– No, gracias.

– Si desea fumar, ahí tiene un cenicero.

– Gracias, comisario, pero no fumo. Aunque si alguno de ustedes…

– Gracias, dottore. ¿Empezamos?

– Cuando quiera.

– La mañana del dieciséis, ¿fue usted a la farmacia del dottor Mauro Franchi de campo Sant'Angelo?

– Sí.

– ¿Podría decirme por qué fue?

– Porque quería hablar con el dottor Franchi.

– ¿De un asunto profesional, relacionado con algún paciente suyo, quizá?

– No; cuestión personal.

– ¿Podría ser más explícito?

– Digamos que fui para hablarle de un paciente, pero suyo, no mío. También hablamos de una clienta suya, que no era paciente mía.

– ¿Puede decirme quién es esa mujer, dottore?

– Prefiero no decírselo. En realidad, ella no tiene nada que ver con todo esto.

– Creo que eso debo decidirlo yo, dottore.

– Le comprendo, comisario, pero aun así no voy a dar su nombre.

– ¿Me dirá, por lo menos, por qué quería hablar de ella con el dottor Franchi?

– Hmm, supongo que eso puedo decírselo. Conozco a su fidanzato, es decir, su ex fidanzato. Es amigo mío.

– ¿Qué más puede decirme de ella?

– Estaba pensando en la manera de expresarlo. Los dos jóvenes estaban prometidos. Pero la madre de mi amigo se enteró de que la muchacha tenía una enfermedad que podía ser transmitida a sus hijos. Ellos querían tener hijos, ¿comprende?

– Lo siento, dottore, pero no comprendo por qué había de querer hablar con el dottor Franchi sobre eso.

– ¿No se lo he dicho? Perdón. Es que el joven y su madre viven cerca de campo Sant'Angelo.

– ¿Y?

– ¿No comprende, comisario? ¿No comprende lo que ocurrió?

– Lo siento, pero mi función es hacer preguntas, no dar respuestas. La información debe darla usted.

– Claro. En realidad, esto no es una conversación, ¿verdad?

– En realidad, no, dottore.

– Resulta fácil olvidarlo.

– Supongo que sí.

– ¿Por dónde íbamos, comisario?

– Usted me decía dónde viven su amigo y la madre.

– Sí, eso. Justo detrás de campo Sant'Angelo. O sea, que el dottor Franchi es su farmacéutico. Y fue el dottor Franchi quien habló de la enfermedad de la muchacha a la madre de mi amigo.

– ¿Tiene pruebas de ello, dottore?

– En realidad, no. Pero, durante nuestra conversación, el dottor Franchi dijo que él creía tener el derecho moral de prevenir el mal y de contribuir a castigarlo. Y eso me hizo pensar que fue él quien se lo hizo saber a la madre de mi amigo, previendo cómo reaccionaría ella.

– ¿Admitió él habérselo dicho, dottore?

– Explícitamente, no. Pero era fácil deducirlo.

– ¿Se puede decir, pues, que lo que dijo el dottor Franchi le hizo pensar que él había revelado esta información a la madre del hombre con el que esa mujer iba a casarse.

– Sí.

– ¿Cuál fue su reacción a esto, dottore?

– De indignación. Esa muchacha ha estado… muy mal a consecuencia de la ruptura con su fidanzato.

– ¿Y él?

– Ah, eso es distinto.

– ¿Qué quiere decir?

– Él ya está comprometido con otra, y la nueva fidanzata está embarazada.

– ¿Y la otra, la anterior fidanzata, lo sabe?

– No quiero ser descortés, comisario, pero ¿imagina usted que, en esta ciudad, es posible que no se haya enterado?

– Comprendo, sí. ¿Y cómo reaccionó a la noticia, lo sabe, dottore?

– Se ha vuelto… se ha puesto peor.

– ¿Algo más?

– Creo que ya es bastante. Prefiero no decir más.

– Bien, dottore. Ha dicho que había ido a la farmacia a hablar de un paciente del dottor Franchi. ¿Puede decirme quién es?

– Era.

– ¿Cómo?

– Era, ya no es paciente del dottor Franchi.

– ¿Se ha mudado de domicilio?

– En cierto modo.

– Perdone, dottore, pero me parece que no le sigo.

– Era mi hijo, comisario. Mi hijo Alfredo. Era paciente de la farmacia del dottor Franchi. Pero ya no lo es, porque ya no está conmigo.

– Comprendo. Gracias, dottore. ¿Podría decirme por qué fue a hablar de su hijo con el dottor Franchi?

– Me temo que resulte complicado responder a eso, comisario.

– Tómese todo el tiempo que estime necesario.

– Sí. Sí. Gracias. Lo intentaré. Podría empezar diciendo que hace nueve años que trabajo en el Ospedale Civile. Pediatría. Pero ¿por qué le digo esto? Usted ya lo sabe, desde luego. En dos ocasiones, antes del incidente ocurrido con la madre de mi amigo, ya había oído hablar del dottor Franchi. Se decía que daba información a personas que… que no tenían derecho a ella. Información médica, datos que el dottor Franchi había averiguado por su actividad profesional, acerca de enfermedades, hábitos o afecciones de sus clientes. Lo cierto es que, de algún modo que nunca llegaba a aclararse o explicarse, y en honor a la verdad, he de reconocer que nunca fue confirmado, la información llegaba a conocimiento de determinadas personas.

– ¿Habla de chantaje, dottore?

– Nada de eso, por Dios. El dottor Franchi es tan incapaz de hacer chantaje como de estafar a un cliente con el cambio. Él es un hombre honrado. Y eso es lo malo. Él decide lo que está bien y lo que es pecado, y cuando una persona hace algo que él considera pecado, cree que debe ser castigada. No, comisario, no hablo de hechos concretos que yo sepa; como le he dicho, no he oído más que rumores y alusiones, ya sabe cómo habla la gente. Es más bien que sé la clase de hombre que es, su manera de pensar y su convicción de que tiene el deber de defender la moral pública. Como le he dicho, lo había oído en dos ocasiones, pero siempre eran comentarios vagos, cosas que alguien sabía por alguien a quien se lo habían contado. Nada que pudiera demostrarse… ni desmentirse. Por eso, cuando supe que la madre de mi amigo, que debía de ser clienta de la farmacia, tenía conocimiento de información médica, comprendí que la fuente tenía que ser el dottor Franchi.

– ¿Lo dedujo en aquel momento?

– ¿Qué momento?

– En el que la madre de su amigo recibió la información.

– No. Fue después.

– ¿Cuándo fue?

– Después. Cuando me puse a pensar en todo eso.

– ¿Pero no tenía usted pruebas? ¿No le dijo algo la madre de su amigo?

– No; no tenía pruebas. Por otra parte, si me permite la observación, comisario, las pruebas pertenecen más a su campo de acción que al mío. Estaba seguro, lo que viene a ser lo mismo, imagino.

– Ah.

– ¿No está de acuerdo?

– Poco importa que yo esté de acuerdo o no, dottore; mi tarea consiste en conseguir que explique usted lo sucedido.

– Comprendo.

– Iba a decirme por qué fue a hablar al dottor Franchi acerca de su hijo.

– Sí, es cierto. Pero es difícil recordar qué es lo que le estaba diciendo. Son tantas las cosas que hay que decir y pensar.

– Le escucho.

– Mi hijo, sí. Bueno, no tiene sentido que siga fingiendo que era hijo mío, es decir, mi hijo biológico. La madre era una albanesa a la que conocí en Cosenza.

– ¿Conoció, dottore?

– Bueno, me la presentaron, si lo prefiere. Un conocido, preferiría no dar su nombre, sabía que estaba embarazada y que pensaba renunciar al niño. Me la presentó y yo acepté sus condiciones.

– ¿Condiciones económicas, dottore?

– Desde luego. Era lo único que le interesaba. No me gusta tener que reconocerlo, comisario, pero ella no quería más que el dinero. No creo que el niño le importara.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Líbranos del bien»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Líbranos del bien» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Líbranos del bien»

Обсуждение, отзывы о книге «Líbranos del bien» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x