Jason Goodwin - El Árbol de los Jenízaros

Здесь есть возможность читать онлайн «Jason Goodwin - El Árbol de los Jenízaros» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Árbol de los Jenízaros: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Árbol de los Jenízaros»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Estambul, 1836. El misterioso asesinato de cuatro soldados de la Nueva Guardia amenaza con romper el frágil equilibrio del poder de la corte. Todos los indicios apuntan a los jenízaros: durante cuatrocientos años fueron los soldados de élite del Imperio otomano, pero se hicieron tan poderosos que el sultán decidió eliminarlos. ¿Estarán organizando su brutal regreso?
Sólo Yashim Togalu puede resolver el caso. Insólito investigador, amante de la cocina y de las novelas francesas, posee la extraordinaria capacidad de pasar desapercibido. Yashim es un eunuco. En busca de la verdad lo seguiremos por mercadillos y callejuelas hasta los conspirativos pasillos del harén, en el apasionante momento en que el Imperio otomano comienza a resquebrajarse.
Una conseguida fusión de novela histórica y novela de detectives ambientada en la exótica Turquía del siglo XIX.

El Árbol de los Jenízaros — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Árbol de los Jenízaros», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Genghis, haz que este trasto retroceda un poco. Estamos atascados. Venga, muévelo.

Hizo un gesto hacia el conductor del carro tirado por burros, que se encontraba sentado en la caja del vehículo con su largo bastón. El transportista de arroz hizo retroceder su carro de muías, el conductor del asno sacudió el polvo de los flancos del animal y la pequeña bestia trotó hacia delante.

– ¡Gracias! -Eslek levantó la mano para despedir se, luego avanzó lentamente junto a su carro-. La segunda vez esta semana, Abdul. Nos estás retrasando a todos.

Llevó el carro a la parte de atrás de su propio convoy, le dijo al conductor que agarrara un cajón y, con la ayuda del puestero, lo descargaran, esquivándose mutuamente al ir arriba y abajo de la línea. La mayor parte de los puesteros estaba ya arreglando su mercancía; el olor del carbón vegetal flotaba en el aire a medida que los vendedores ambulantes encendían sus fuegos. Eslek estaba hambriento, pero aún tenía que despejar los carros; transcurrió otra hora antes de ver cómo todos atravesaban sin problemas la verja, donde arregló cuentas con los conductores.

– Abdul -dijo-, mantén los ojos abiertos, ¿entiendes? Esos muleros parecen duros, pero no se meterán contigo. Al menos si no les das una oportunidad. Pégate a la cola del hombre que está delante, y mantén los ojos al frente. No son más que unos bravucones.

Volvió a pie al mercado. De vez en cuando tenía que aplastarse contra la pared para dejar pasar a más carros de burros; pero cuando llegó a la plaza, el primer barullo de la noche se había calmado. Los vendedores estaban ocupados arreglando frutas y verduras. Rivalizando entre ellos en la construcción de pirámides, anfiteatros y acrópolis de quingombós, berenjenas y cerosas patatas amarillas, o de dátiles y albaricoques, en bloques y franjas, y elegantes esquemas de color. Otros, que habían encendido sus braseros, estaban aguardando a que las brasas de carbón se cubrieran de su blanca capa de cenizas, y empleaban el tiempo mientras tanto en hacer hendiduras en las castañas con un cuchillo, o en armar un espetón con trozos de cordero. Pronto, pensó Eslek con una punzada de hambre y deseo, las albóndigas se estarían cociendo, el pescado friéndose y la caza y las aves asándose.

Él, también, tenía otro trabajo que hacer antes de poder comer. Una vez que hubo consultado con sus vendedores, y calculado sus facturas, se dio una vuelta por el mercado. Prestaba particular atención a los rincones oscuros, a los portales en sombras y al espacio entre aquellos puestos cuyos dueños no despachaban. Miraba a los hombres a la cara, y los conocía al instante, y de vez en cuando levantaba la cabeza para examinar el mercado en su conjunto, para ver quién estaba entrando y vigilar la llegada de cualesquiera carros que él no conociera.

De vez en cuando se preguntaba qué estaba entreteniendo a Yashim.

Una troupe de malabaristas y acróbatas, seis hombres y dos mujeres en total, tomó posición cerca del ciprés, de cuclillas, esperando a que llegara la luz y los espectadores. Entre ellos habían colocado un gran cesto con tapa, y Murad Eslek se pasó un rato observándolos desde el rincón del callejón hasta que comprobó que el cesto contenía mazas, bolas y demás parafernalia de su oficio. Entonces siguió avanzando, recorriendo con la mirada los demás charlatanes y animadores que se habían congregado para el mercado del viernes. El kurdo narrador de cuentos con su chaqueta hecha de remiendos de varios colores; el búlgaro comedor de fuego, calvo como un huevo; un número de bandas… flautistas balcánicos, músicos de cuerdas; un par de sinuosos y silenciosos africanos, que disponían cuidadosamente sobre el suelo una manta con dijes y remedios; una fila de plateros gitanos con pequeños yunques y una provisión de monedas envueltas en trozos de suave cuero, que se habían puesto ya a la tarea trabajando las monedas y forjando a martillazos diminutos anillos y brazaletes.

Echó otra mirada al mercado y se acordó de la comida, aunque sabía que transcurrirían todavía unos minutos más antes de que pudiera comer. El aire estaba ya cargado de perfume de especias emitido por las hierbas asadas; podía oír el siseo que producía la grasa caliente al caer sobre las brasas. Birló un dado de pan blanco salado de uno de los puestos al pasar, y se lo metió en la boca, y luego, como nadie lo había regañado, se detuvo un momento a admirar el arreglo del espetón, accionado por un perrito que corría valientemente dando vueltas dentro de una rueda de madera. Cerca de él vio con el rabillo del ojo a un hombre que preparaba albóndigas con un cuchillo. Apartó algunas albóndigas a un lado de la sartén, y Eslek dio un paso adelante.

– ¿Listas?

El hombre esbozó una sonrisa y asintió.

– El primer cliente del viernes es siempre gratis.

Murad sonrió. Observó cómo el hombre esparcía algunos panes de pita sobre la superficie caliente de la sartén, los apretaba con la hoja de su cuchillo y les daba la vuelta. Atrajo uno hacia él, y lo abrió con un rápido giro de la punta y un movimiento lateral del lado plano del cuchillo.

– ¿Salsa de páprika?

A Murad Eslek, la boca se le hacía agua. Asintió con la cabeza.

El hombre cogió una pizca de salsa con el extremo del cuchillo, la esparció dentro del pan, sacó dos albóndigas y las metió en el fondo con un generoso puñado de hojas de lechuga y unas gotas de limón.

Con el kebab en ambas manos, Eslek deambuló alegremente por entre los puestos, masticando glotonamente.

No veía nada que le llamara la atención. Finalmente tomó por el callejón que pasaba junto a las murallas y encontró el oscuro corredor que Yashim había mencionado. Subió por la escalera cautelosamente y retrocedió hacia la torre. La puerta seguía con su cadena, tal como Yashim la había dejado. Eslek se sentó sobre el parapeto, balanceando las piernas, relamiéndose, y miró hacia abajo, a través del ciprés, hacia el mercado.

El cielo estaba iluminado y pronto llegaría el alba.

Capítulo 101

Cuando Yashim abrió nuevamente los ojos, el cielo seguía oscuro. El fuego de la chimenea se había apagado. Haciendo una leve mueca de dolor, se incorporó y dejó resbalar sus piernas por el borde de la cama. Tenía los pies magullados e hinchados, pero se obligó a permanecer de pie. Después de que hubo andado cojeando por la habitación durante unos minutos, consideró que el dolor era soportable. También encontró sus ropas por accidente, al alargar una mano en la oscuridad con objeto de mantenerse firme. Estaban perfectamente apiladas sobre una mesa donde Marta debía de haberlas dejado.

Encontró su capa en el vestíbulo, y salió al aire de la temprana mañana. Su piel estaba tierna, pero su cabeza clara.

Se dirigió rápidamente al Cuerno de Oro. Los versos del poema karagozi daban vueltas en su cabeza al ritmo de sus pasos.

Sin saber

e inconscientes de la ignorancia,

duermen.

Despiértalos.

Aceleró el paso para llegar a los muelles. Una vez allí encontró un barquero, se arrebujó en su albornoz por el frío de la mañana, y, cuando estuvo en el otro lado, alquilo una silla de manos y ordenó a los porteadores que se dirigieran al mercado de la Kerkoporta.

Capítulo 102

– Te vi llegar -explicó Murad Eslek. Había reconocido a Yashim inmediatamente y corrió a saludarlo antes de que desapareciera entre la multitud. Ahora que el día había roto, había un montón de personas arremolinándose en torno a los puestos, llenando sus cestas de productos frescos-. He estado mirando por ahí. Nada extraño. Algunos artistas que no conozco, eso es todo. Todo tranquilo, muy normal.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Árbol de los Jenízaros»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Árbol de los Jenízaros» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El Árbol de los Jenízaros»

Обсуждение, отзывы о книге «El Árbol de los Jenízaros» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x