Sara Paretsky - Ángel guardián

Здесь есть возможность читать онлайн «Sara Paretsky - Ángel guardián» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Ángel guardián: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Ángel guardián»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La detective Victoria Warshawski, mujer independiente, solitaria, aparentemente dura e incapaz de ordenar su vida doméstica y sentimental, vuelve a hacerse cargo de la causa de los desheredados encarnada en dos de sus vecinos: una anciana que vive sola con sus perros y cuya presencia incomoda a los nuevos residentes del barrio y el entrañable señor Contreras, que le pide su ayuda para localizar a un antiguo compañero de trabajo desaparecido cuando hacía averiguaciones sobre las condiciones de jubilación de la empresa en la que ambos trabajaban.

Ángel guardián — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Ángel guardián», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¿Se pondrá bien? -preguntó Conrad.

El interno lo miró sorprendido.

– Está perfectamente, todo eso es superficial. Si quiere arrestarla, sargento, seguro que con estas heridas podrá soportar la cárcel.

– No creo que tengamos que hacerlo -Rawlings me condujo fuera, con mi caja de pastillas contra el dolor y una receta para antibióticos.

– Pero, señorita W., si vuelves a organizarte otra excursión como la de esta noche sin decírmelo…, ya no estaré tan seguro. Podría encerrarte durante un mes para que te espabiles.

Atando cabos

Dormí horas y horas, y cuando me desperté encontré al señor Contreras en mi cuarto de estar. Pese a que Conrad le había telefoneado desde el hospital la noche anterior, el viejo había seguido vigilando el vestíbulo hasta que aparecimos. Eran entonces un poco más de las cuatro. Me fui inmediatamente a la cama, sin la menor noción de si Rawlings se quedaba o no.

El señor Contreras, que se había quedado con un juego de llaves, subió algo después de las dos.

– Sólo quería ver con mis propios ojos si estabas bien, pequeña. ¿Te apetece contarme lo que sucedió anoche? Creí que ibas nada más a buscar el Impala.

– Eso era lo que yo creía también. ¿No le ha puesto al tanto Conrad?

Le conté lo del ataque de Hulk, y su espantosa muerte bajo la avenida Stevenson. Al final del relato, una vez el señor Contreras hubo repasado los acontecimientos para aliviar lo peor de sus preocupaciones, le dije que creía que nuestros problemas se habían terminado.

– Lo único que nos tiene que preocupar ahora son las citaciones, y nos van a caer encima unas gordas dentro de nada. Pero puede cesar su vigilancia. Y devuélvame mis llaves, por favor.

– ¿Para que se las puedas dar a Conrad? -su tono de voz era sarcástico, pero en su cara se pintaba una verdadera pena.

– Usted es el único tío que haya tenido llaves de mi casa. No voy por ahí distribuyéndolas al azar.

Se negó a dejarme aligerar el tono de la conversación.

– Sí, pero… me pareció que te sujetaba verdaderamente de cerca anoche. Esta mañana. Y no se ha marchado hasta las doce del mediodía.

– Ya sé que no le gusta que me cite con nadie -repuse en tono amable-. Lo siento mucho, lo siento porque a usted lo aprecio, ¿sabe?, y detesto hacerle daño.

Entrelazó las manos.

– Es sólo que… tienes que enfrentarte a ello, pequeña: él es negro. Africano, si lo prefieres así. En mi antiguo barrio os prenderían fuego a los dos en tu cama.

Sonreí tristemente.

– Me alegro de no estar en el sur, entonces.

– No te lo tomes a broma, Victoria. No tiene gracia. Puede que tenga prejuicios. Coño, seguramente los tengo, tengo setenta y siete años, uno no puede cambiar su educación, y yo crecí en otros tiempos. Pero no me gusta verte con él, me hace sentir molesto. Y si no…, bueno, no puedes imaginarte lo horrible que puede ser la gente de esta ciudad. No quiero que te granjees un montón de problemas, pequeña.

– Acabo de ver con mis propios ojos lo horrible que puede ser la gente de esta ciudad -me incliné hacia adelante y le di un golpecito en la pierna-. Mire, sé lo difícil que es juntarse un negro y una blanca. Pero aún no hemos llegado tan lejos. Somos dos personas que siempre nos hemos gustado y respetado, y ahora estamos intentando saber si nuestra… bueno, nuestra atracción, es sólo la terrible fiebre de la jungla de siempre, o si hay algo más sustancial en ella. Además, Conrad no es negro. Es más bien cobrizo.

El señor Contreras se agarró las orejas.

– Ya veo, por tu forma de decirlo, que te gusta ese tipo.

– Claro que me gusta. Pero no me presione para que haga más declaraciones. Todavía no estoy lista para eso.

Me alargó mis llaves sin decir palabra y se puso en pie.

Trató de zafarse del brazo con el que lo rodeé, pero no le solté el hombro.

– Por favor, no me borre de su vida, ni trate de borrarse de la mía. No pienso decir una estupidez, como que sé que al final volverá por aquí. Quizá lo haga, o quizá no. Pero usted y yo llevamos siendo amigos mucho más tiempo del que hace que conozco a Conrad. Me dolería mucho perderle.

Del fondo de sí mismo sacó fuerzas para una sonrisa.

– Está bien, pequeña. Ahora mismo no puedo seguir hablando de eso. Además, llevo mucho tiempo ya sin estar con la princesa. Necesita salir más a menudo desde que está alimentando a sus cachorros.

Me quedé melancólica cuando se fue mi vecino. Había iniciado una relación con Rawlings porque siempre había habido una chispa erótica entre nosotros, y de alguna forma la semana pasada había sido el momento indicado. Pero no necesitaba que ningún Jesse Helms ni ningún Louis Farrakhan me dijeran que nos esperaba un arduo camino si Rawlings y yo nos empezábamos a tomar lo nuestro en serio.

Mientras hurgaba distraídamente en el refrigerador llamó Murray, prácticamente babeando de impaciencia al otro extremo del teléfono por conocer mi historia. El Herald-Star de esa mañana había sacado una buena foto de los restos del camión de Simon y del Impala, pero el texto era corto y ambiguo. El periódico no quería acusar a los chicos Felitti de ninguna fechoría, dadas sus conexiones políticas. Pero tampoco querían meterse conmigo, ya que yo había sido una fuente importante para ellos durante años. Le di a Murray mi versión de los acontecimientos: no tenía nada que ganar y sí mucho que perder dándole un corte mientras los Felitti reunían municiones. Cuando terminamos, le remití a Ben Loring con la esperanza de que Paragon Steel le proporcionara alguna documentación contundente en apoyo de mi propio caso.

Para entonces eran casi las seis. Me armé de valor y llamé a Luke Edwards para contarle lo del Impala. Se puso furioso. El hecho de que su bebé estuviera en los laboratorios de la policía y que fuese a ser presentado como prueba en un juicio por homicidio no hizo más que enrabiarle más. Me amenazó con aplicarle un martillo neumático al Trans Am sólo para que me enterara de cómo se sentía. Estuve al teléfono con él cerca de una hora. Cuando colgué no es que volviésemos a quedar exactamente como amigos, pero al menos terminó por aceptar que fuese a recoger el Trans Am.

– Aunque otro menos generoso se lo quedaría como rehén, Warshawski -fue su golpe final.

También llamé a Freeman Carter. No estaba segura de querer que me representara en los juicios y persecuciones que me esperaban. Freeman estaba en casa, pero había oído una versión bastante completa de los acontecimientos por parte de uno de sus antiguos asociados. Sacó el tema de la representación antes de que lo hiciera yo.

– Yo he estado demasiado cercano a esa situación, Vic. He dejado que mi propia exasperación por lo que Yarborough estaba haciendo en la empresa me nublara la mente, y la he tomado contigo, algo que es inexcusable entre un abogado y su cliente. Pero el verdadero problema es un posible conflicto de intereses. Necesitas que quien hable por ti sea imposible de impugnar, porque puede que Yarborough utilice munición de la más gorda. Voy a proporcionarte unos cuantos nombres. Y me encargaré de que los honorarios no se disparen. Y después de eso…, no sé, puedes tomarte tu tiempo para decidir si quieres que trabaje para ti en el futuro o no.

– Gracias, Freeman -contesté suavemente-. Dejaremos las cosas así por el momento.

Empecé a pasearme agitadamente por el cuarto de estar, con ganas de hablar con Lotty, pero no de otra conversación dolorosa, cuando apareció inesperadamente el señor Contreras. Había ido hasta la esquina a por una pizza, de la que nos gusta a los dos, con mucha verdura y cubierta de anchoas. Y había conseguido una botella del Ruffino que suelo ofrecerle.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Ángel guardián»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Ángel guardián» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Sara Paretsky - Body Work
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Golpe de Sangre
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Marcas de Fuego
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Indemnity Only
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Deadlock
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Sin previo Aviso
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Medicina amarga
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Sisters on the Case
Sara Paretsky
Sara Paretsky - A Woman’s Eye
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Windy City Blues
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Fire Sale
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Punto Muerto
Sara Paretsky
Отзывы о книге «Ángel guardián»

Обсуждение, отзывы о книге «Ángel guardián» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x