Sara Paretsky - Marcas de Fuego

Здесь есть возможность читать онлайн «Sara Paretsky - Marcas de Fuego» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Marcas de Fuego: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Marcas de Fuego»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Varios hoteles se incendian en el Chicago de las muchas razas e infinitas tramas. Nadie sabe por qué. ¿Algo huele a corrupción? Victoria Warshawski, la elegante, dura y original detective protagonista de las novelas de Sara Paretsky, jamás rehúye una causa noble, sobre todo si se trata de evitar la explotación de cualquier minoría étnica y de esa gran mayoría marginada que constituyen las mujeres.

Marcas de Fuego — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Marcas de Fuego», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Tú no eres la única aquí que tiene sesos, Warshawski, así que no cuentes con eso -oí a mi espalda la voz más aguda de Ernie-. Mickey no nos dejaría colgados.

– Exacto -dije en tono aprobador-. Sois colegas y los colegas deben permanecer unidos, incluso hasta la muerte, o al menos hasta la muerte de un montón de espectadores inocentes.

– Tú no eres ninguna niña inocente, Vic, no me hagas llorar.

Llegamos al montacargas y nos empujaron dentro. Cray manejaba los mandos mientras Ron y Ernie permanecían junto a Elena y a mí. Deseé puerilmente haber aprendido suficiente polaco como para poder hacer algo más que felicitar a mi abuela Warshawski en Navidad. Podía haberle dicho a Elena lo de la pistola para que me la sacara de la cintura antes de que Ron y Ernie la encontraran, pero si se lo susurraba, podían oírme y desarmarme.

Conforme subíamos lentamente, mi terror y mi impotencia se intensificaban. Me imaginaba nuestro fin, arrojadas por el borde del edificio, la muerte accidental de una alcohólica inestable y su vehemente pero inútil sobrina. Dejé de intentar provocar a los chicos con mi brillante charla y me puse en cuclillas apoyándome en la pared del elevador, sujetándome la cabeza con las manos.

– ¿Qué está haciendo? -preguntó Ron.

– Estoy mareada -gruñí-. Voy a vomitar.

– No te prives -ironizó Ernie.

Hice unos ruidos como arcadas y me desplomé sobre el suelo del montacargas, cogiéndome el estómago con las manos esposadas. Elena se agachó junto a mí.

– Oh, pobre niña, ¿qué diría Gabriella si te viera? Nunca me lo perdonaría. Espero no ir al cielo cuando muera, no podría soportar su mirada cuando sepa que te he metido en un lío así. Ven con Elena, cariño, ven aquí, Vicki, apoya tu cabeza en esta vieja borracha y tal vez te sientas un poco mejor.

Me enderecé y apoyé la cabeza en su hombro. Amortiguando mi voz contra su descarnado cuello le dije lo de la pistola.

– Espera a que estemos fuera de aquí en la oscuridad, y entonces la sacas y me la das.

El miedo había agudizado su ingenio. No hizo ninguna señal de que me había entendido.

– Oh, Vicki, sí, lo que tú digas, cariño, pero no llores. Buena chica.

Tal vez no me había entendido. Me pregunté si podría arriesgarme a repetir el mensaje, pero el montacargas se había parado y Ernie me estaba urgiendo a levantarme. Sin dejar de sujetarme el estómago y de quejarme, salí dando tumbos y tropezando contra el hormigón.

Estábamos en la plataforma abierta en lo alto del edificio. A nuestro alrededor las vigas de acero proyectaban sus negros dedos sobre el cielo oscuro. Estábamos a veinticinco o treinta pisos del suelo. Un fuerte viento hacía oscilar las vigas y me helaba los huesos. La vista del vacío a todo mi alrededor me provocó unas náuseas auténticas. Caí al suelo, al borde del desmayo.

Elena se echó sobre mí como una flecha, llorando por su pobrecita Vicki. Mientras Ron intentaba apartarla, sus manos huesudas hurgaban en mi espalda en busca de la pistola. Ron la levantó, pero ella ya había sacado la Smith & Wesson y la dejó caer delante de mí. El fuerte ruido del metal sobre el cemento retumbó en mis oídos multiplicado p Or mil.

Ernie y Ron no comprendieron inmediatamente lo que pasaba. La única luz procedía del montacargas. Sólo podía discernir el brillo del metal y tanteé desesperadamente en busca de la pistola. La encontré en el mismo momento en que Ernie me levantaba de un tirón. Asiéndola torpemente en mi mano derecha, le quité el seguro con el pulgar. Me solté de Ernie, me volví y le disparé.

Cray estaba todavía en el montacargas. Cuando oyó el disparo y vio caer a Ernie, cerró las puertas y empezó a bajar. Ron se puso a arrastrar a Elena hacia el borde de la plataforma. No podía distinguirlo bien, sólo un bulto oscuro que se movía sobre el resplandor algo más claro del cemento. Me obligué a seguirlo, a luchar contra las vueltas que me daba la cabeza, a apoyarle la boca del arma en la espalda y a apretar el gatillo.

A un metro del borde Ron se derrumbó, cayendo encima de Elena. Nunca antes había matado a un hombre, pero supe por la forma en que había quedado tumbado su cuerpo, arrugado como una mancha oscura sobre el piso de cemento, que estaba muerto. No podía decidirme a acercarme lo suficiente como para comprobarlo, pero ¿qué iba a hacer aunque estuviera vivo? Mis manos seguían esposadas, y el montacargas estaba quién sabe dónde, allá abajo.

Mi tía empezó a debatirse, tratando de alejarse de él. Eso me hizo finalmente acercarme al cuerpo. Aunque estaba a un metro del borde de la plataforma, me daba vueltas la cabeza. Cerré los ojos y conseguí hacer rodar a Ron para liberar el torso de mi tía. La conduje hasta el centro de la plataforma.

Detrás de nosotras apareció la grúa. El leve resplandor del cielo de medianoche arrancaba destellos a su largo brazo oscilante. Pensé en el abismo que teníamos debajo, treinta pisos hasta el fondo del hueco del elevador, y me estremecí.

Ernie seguía vivo. Le había destrozado el hombro. Estaba perdiendo suficiente sangre como para pedir ayuda, pero me dijo que no había ninguna manera de hacer subir el montacargas desde allí. Ernie no estaba dispuesto a hablar demasiado. Quise preguntarle por sus relaciones con Boots y MacDonald, y por qué él y Ron habían hecho tanto por ellos, pero me replicó que era una puta fisgona y metomentodo y que me metiera en mis propios asuntos antes de que fuera demasiado tarde. Al mismo tiempo estaba furioso conmigo porque no bajaba; me dijo que solían clavar unas escalas en los huecos donde luego irían las escaleras de incendios.

– Al menos podrías intentar conseguir ayuda -se quejó-. Me has herido, algo tienes que hacer por mí.

– Ernie, querido, te disparé porque ibas a tirarme del edificio. No pienso bajar treinta pisos a oscuras por unas escalas, sobre todo sin poder usar las manos.

Al oír eso, Wunsch soltó otra maldición, esta vez dirigida a sus compinches. Al parecer Furey le había dado a Cray la llave de mis esposas: él era el que tenía que quitármelas justo antes de tirarme, no querían correr el riesgo de que algún transeúnte me encontrara antes de que ellos llegasen.

– Mira el hijoputa ese. Se larga y nos deja muñéndonos aquí.

– Yo creía que tú eras de esos machos de verdad -le dije en tono de desaprobación-. John Wayne jamás se hubiera quedado tumbado maldiciendo lo jodidos que eran sus colegas sólo por haberse pillado una bala.

Ernie me insultó, y luego me pidió que me quitara la camiseta para vendarle, tenía mucho frío con la pérdida de sangre.

– Ernie, no me la puedo quitar con las manos así, ¿recuerdas? Las tengo atadas juntas. Además, no quiero quedarme aquí toda la noche sin nada más que un sostén contra el frío viento cruel.

Ernie me espetó otros cuantos epítetos poco imaginativos, y quedó en silencio. Ojalá también lo hubiese hecho Elena. Eso de hacer el papel de heroína una vez en su vida la puso locuaz. Se puso a largar sin parar como si se hubiera metido un chute de pentobarbital, hablando de su infancia, de sus peleas con su madre, de lo que Tony -mi padre- dijo cuando le cortó el pelo a todas sus muñecas cuando ella tenía ocho años.

Después de un rato, me entraron ganas de gritar ante ese torrente emocional e insustancial. A Ernie le parecía tan intolerable que me pidió que la hiciera callar.

– Me está volviendo tarumba con tantas chorradas -declaró. En su propio salón seguro que conseguía un resultado instantáneo podía imaginarme a LeAnn diciendo con una risita: "Eres tan majo, Ernie", pero llevándose a los amigos, a los niños, a la madre o a quien le estuviera molestando a la cocina. Le pregunté qué iban a hacer ahora LeAnn y Clara

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Marcas de Fuego»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Marcas de Fuego» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Sara Paretsky - Body Work
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Golpe de Sangre
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Indemnity Only
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Fuego
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Deadlock
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Sin previo Aviso
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Medicina amarga
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Sisters on the Case
Sara Paretsky
Sara Paretsky - A Woman’s Eye
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Windy City Blues
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Fire Sale
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Punto Muerto
Sara Paretsky
Отзывы о книге «Marcas de Fuego»

Обсуждение, отзывы о книге «Marcas de Fuego» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x