Joseph Teller - El Décimo Caso

Здесь есть возможность читать онлайн «Joseph Teller - El Décimo Caso» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Décimo Caso: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Décimo Caso»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Siempre ha confiado en sus clientes… hasta su última defendida. El abogado defensor Harrison J. Walker, más conocido como Jaywalker, acaba de ser suspendido por usar tácticas “creativas” y por recibir en las escaleras del juzgado “un acto de gratitud” de una clienta acusada de ejercer la prostitución. Jaywalker consigue convencer al juez de que sus clientes lo necesitan y recibe autorización del tribunal para terminar diez casos.
Sin embargo, es el último el que realmente pone a prueba su capacidad y su excelente registro de absoluciones. Samara Moss ha apuñalado a su marido en el corazón. Al menos, eso es lo que cree todo el mundo. Samara, una ex prostituta que se casó con el anciano multimillonario cuando tenía dieciocho años, es el arquetipo de la cazadora de fortunas. Sin embargo, Jaywalker sabe que las apariencias engañan. ¿Qué otra persona podría haber matado al multimillonario? ¿Le han tendido una trampa a Samara para incriminarla? ¿O acaso Jaywalker se está dejando influir por su necesidad de ganar los casos de sus clientes y de conseguir la gratitud eterna de esta clienta en particular?

El Décimo Caso — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Décimo Caso», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Señor Jaywalker: ¿Y cómo puede estar tan segura?

Señora Tannenbaum: Es parte de un conjunto que me regaló Barry: una blusa y unos pantalones. Tienen el mismo estampado y los mismos colores. Sólo los llevo conjuntados. Ya sabe, juntos. Además, mire el tejido: es seda. Demasiado grueso para el verano.

Señor Jaywalker: ¿Envolvió esta blusa, junto con un cuchillo, en la toalla que acabo de mostrarle, y lo escondió todo tras una cisterna?

Señora Tannenbaum: No, nunca.

Señor Jaywalker: ¿Y este cuchillo? ¿Lo reconoce?

Señora Tannenbaum: Sí.

Señor Jaywalker: ¿Por qué?

Señora Tannenbaum: Es idéntico a un conjunto de cuchillos de carne que tengo. Tiene el mismo tamaño y la misma forma que los demás. Están en el cajón de mi cocina.

Señor Jaywalker: ¿Lo tenía consigo en el apartamento de Barry la última noche que estuvo allí?

Señora Tannenbaum: No.

Señor Jaywalker: ¿Lo escondió detrás de la cisterna?

Señora Tannenbaum: No.

Jaywalker le preguntó si podía explicar qué eran las manchas oscuras que había en los tres objetos. Samara le respondió que no sabía cómo habían llegado allí. Sí, había oído que el detective Ramseyer había dicho que eran manchas de sangre de Barry Tannenbaum. No, ella no había apuñalado a Barry ni lo había cortado con aquel cuchillo, ni ningún otro cuchillo, ni nada de nada. Tampoco podía explicar cómo habían terminado detrás de la cisterna de su baño aquellas tres cosas. Era evidente que alguien las había colocado allí, dijo Samara, pero no había sido ella.

Después, Jaywalker le mostró a Samara la póliza del seguro de vida e hizo que identificara su firma. Sin embargo, no recordaba haberla firmado, y nunca había querido hacer un seguro de vida a Barry ni a nadie más. Firmaba muy a menudo papeles que le presentaban el contable o el abogado de Barry, pero nunca se molestaba en leerlos, porque confiaba en sus afirmaciones de que lo hacían por su bien. Cuando Jaywalker le mostró el cheque por valor de veintisiete mil dólares, ella corroboró el testimonio de William Smythe y dijo que no era su firma la que figuraba en él, y que no lo había visto nunca. Tampoco había notado que faltara tanto dinero en su cuenta bancaria; apenas abría las cartas del banco ni ponía al día la cartilla; dejaba esas cosas para otros.

Jaywalker tomó aire. Eran las cuatro y media, y todavía tenía un par de puntos en sus notas. El primero de ellos era el Seconal que Samara había descubierto en su cocina. Sin embargo, Jaywalker tenía miedo de mencionarlo porque podía parecer demasiado sospechoso para el jurado. No podía pedirles a los miembros del jurado que creyeran que quien había asesinado a Barry y le había tendido la trampa a Samara era tan diabólico como para poner el Seconal en su armario de las especias con la esperanza de que la policía lo encontrara. Incluso a Jaywalker le parecía más probable que Samara hubiera conseguido el barbitúrico y lo hubiera colocado allí. Así pues, tomó el bolígrafo y tachó la palabra Seconal de la lista.

Era hora de terminar.

Señor Jaywalker: Samara, nos ha dicho que algunas veces se enfadaba mucho, mucho con Barry. ¿Es correcto?

Señora Tannenbaum: Sí.

Señor Jaywalker: ¿Alguna vez, en sus ocho años de matrimonio, se enfadó lo suficiente como para pegarle?

Señora Tannenbaum: No, nunca.

Señor Jaywalker: ¿Alguna vez lo golpeó, o con alguna parte de su cuerpo o con un objeto?

Señora Tannenbaum: Sólo una vez. Una vez, hace cinco años, le lancé una botella de refresco. Le di en el hombro, creo.

Señor Jaywalker: ¿Se rompió?

Señora Tannenbaum: ¿Romperse? Era una botella de plástico.

Señor Jaywalker: ¿Le hizo daño?

Señora Tannenbaum: No, la botella rebotó en su hombro. Estaba vacía. No le habría hecho daño ni a un ratón. Acabamos riéndonos.

Señor Jaywalker: Aparte de ese incidente, ¿hirió físicamente a su marido alguna vez, o intentó hacerlo?

Señora Tannenbaum: No, nunca.

Señor Jaywalker: ¿Lo quería?

Señora Tannenbaum: Sinceramente, no estoy segura. Sé que al principio sí. Sin embargo, era difícil querer a Barry. Estaba obsesionado con sus negocios. Y a mí nunca se me ha dado bien querer. Creo que aprendí a cerrarme muy pronto en la vida. A no darme a los demás. Quizá amar fuera muy difícil para nosotros dos.

Señor Jaywalker: ¿Quería terminar con esa relación?

Señora Tannenbaum: Sólo cuando estábamos discutiendo, o peleándonos, o como lo llame la gente. Aparte de esas ocasiones, no. Yo era la señora Tannenbaum. Además, tenía mi propia casa, mis amigos, mi vida. No era perfecto, pero era bastante.

Señor Jaywalker: ¿Mató usted a Barry Tannenbaum?

Señora Tannenbaum: No, no lo hice.

Señor Jaywalker: ¿Tomó este cuchillo, o cualquier otra cosa, y se la hundió en el pecho y en el corazón?

Señora Tannenbaum: Dios, no.

Con aquella negativa, Jaywalker se alejó hacia la mesa de la defensa y se sentó. Del uno al diez, él le hubiera dado un nueve. El único problema era que las pruebas que había contra ella eran muy sólidas, y un nueve no iba a ser suficiente. Demonios, ni siquiera un diez lo habría sido.

Todavía quedaba el turno de preguntas del fiscal. Tom Burke se levantó y solicitó permiso para acercarse al estrado del juez. En vez de comenzar su interrogatorio en aquel momento, a las cinco menos cuarto, pidió retrasarlo hasta la mañana siguiente.

– Bien, pero no por la mañana. Tengo las comparecencias de los abogados de mis casos. Pero, sí, puede comenzar a interrogar a la acusada mañana por la tarde.

Después, el juez Sobel les dijo a los miembros del jurado que tenían la mañana siguiente libre, lo que les pareció la mejor noticia del mundo, y cerró la sesión.

Cuando salieron del edificio, Jaywalker acompañó a Samara por Canal Street.

– Lo has hecho muy bien -le dijo-. Hazlo la mitad de bien mañana, y yo me ocuparé del resto.

– ¿No quieres que preparemos por última vez el interrogatorio del fiscal?

– No -respondió él-. Estás preparada.

Era su manera de decir «Si no lo estás ahora, no lo estarás nunca». Paró un taxi y abrió la puerta para que ella entrara.

– ¿Estás seguro? -insistió Samara-. Es decir, tenemos hasta mañana por la tarde. Para prepararme mejor, quiero decir.

Él sonrió ante la transparencia de su invitación.

– Acuérdate de lo que dijimos -le recordó él.

– Después -dijo ella.

– Después -repitió él.

26.

Golpea la mesa

Al día siguiente, no terminó su sesión de comparecencias hasta después de la comida, Burke comenzó el interrogatorio de Samara a las tres de la tarde. Cuando lo hizo, comenzó a preguntarle por su primer encuentro con Barry, de vuelta al momento en que ella tenía dieciocho años y trabajaba de camarera en uno de los bares del Caesars Palace.

Señor Burke: Eso ocurrió muy poco después de que hubiera dejado de… como usted lo describió, aceptar dinero y otros regalos a cambio de favores sexuales. ¿No es así?

Señora Tannenbaum: No estoy segura de haber dicho «favores sexuales», pero sí, fue poco después de eso.

Señor Burke: Bien, como usted quiera llamarlo, pero había dejado de hacerlo.

Señora Tannenbaum: Exacto. Ya había cumplido dieciocho años y por fin podía trabajar.

Señor Burke: Y entonces, una noche, vio a Barry Tannenbaum.

Señora Tannenbaum: Sí. Aunque no sabía que él era Barry Tannenbaum, ni quién era Barry Tannenbaum.

Señor Burke: Entiendo. Díganos, ¿fue él quien estableció contacto con usted, o usted quien estableció contacto con él?

Señora Tannenbaum: No estoy segura de qué quiere decir con «establecer contacto».

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Décimo Caso»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Décimo Caso» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El Décimo Caso»

Обсуждение, отзывы о книге «El Décimo Caso» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x