Manuel Fernández y González - El manco de Lepanto

Здесь есть возможность читать онлайн «Manuel Fernández y González - El manco de Lepanto» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: foreign_antique, foreign_prose, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El manco de Lepanto: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El manco de Lepanto»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El manco de Lepanto — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El manco de Lepanto», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Si yo hubiera podido creer, – dijo Cervantes, – que los pobres versos míos habían de llegar a tan hermosas manos, puede ser bien que el deseo de contentaros hubiera sido inspiración que los hiciese dignos de Pindaro; ¿pero qué poesía queréis que haya sin amor, y cuando sólo se escribe para ejercitar el ingenio?

– ¿Y sin amor vivíais cuando esos versos compusisteis? pues o no me amáis como decís, o me amáis desde muy poco tiempo, que ha ocho días se vendía el papel nuevo, y versos vuestros había en él.

– Desde que perdí el corazón en el cielo de vuestras perfecciones, señora, – dijo Cervantes, – de tal manera he ansiado, tanto he dudado, tan grande la desdicha de mi amor he creído, que no he tenido alma ni vida más que para ansiar y temer, y buscaros y entreveros, apareciendo con el alba, tornándoos a vuestra casa a punto que el sol salía, menos que vos hermoso; y todo era en mí sobresalto y congoja, y afán y miedo; que ante vos no quería mostrarme, por no ver el desdén en vuestros ojos, hasta que no pudiendo más, y desesperado y loco, a daros música vine, y a deciros ese triste soneto, que en su poco valer bien muestra que las musas están enojadas conmigo, al verse por vos, a causa del grande amor que os tengo, por mí desdeñadas y olvidadas; bien que si vos, como me lo hace creer el deseo, me amáis, ¿qué vale el laurel de Apolo comparado con la gloria de teneros mía?

Responder quiso doña Guiomar, pero desfalleció la voz en su garganta; sus ojos se posaron, exhalando un dulce fuego, en el venturoso amante; suspiró luego tan hondamente como si el suspiro hubiera salido de lo recóndito de sus entrañas, y dijo:

– Pues que Miguel de Cervantes sois, y antes de conoceros yo había conocido en vuestros versos vuestra alma, y estimádola había por ellos, quiero contaros mi historia, y por ella veréis claramente cómo, habiendo sido casada y con buen marido, amor no conocí, ni conozco, como no sea amor esto que me tiene hablando con vos y a deshora en mi aposento; que para ampararos en el aprieto en que os veis, no era menester que yo os hiciese compañía; y amor debe ser este, porque habéis de saber que no sabía yo que hubiese cosa que vencer pudiese la fuerza de mi recato, y a él falto hablando con vos a solas, y a tal hora; y si esto no es amor, no sé lo que ello sea; amor es, ¿quién lo duda, cuando ocultarlo no puedo, y si os lo niego más os lo afirmo, y vencida y enamorada os lo confieso? Pero si creéis que ese amor mío ha de ser parte para que yo me olvide de mi honra, a la menor señal que en mi desdoro hagáis, morirá mi amor para que ocupe su lugar el menosprecio.

A lo cual contestó él con este cuarteta, que se salió sola y sin licencia suya de su enamorado pensamiento:

Amores que son del alma
hacen callar los sentidos;
que en verse correspondidos
alcanzan su mejor palma.

– Así os quiero, señor mío, – contestó ella, – y por que veáis cuánto en vos confío y cuánta es la estimación en que os tengo, para que sepáis bien quién soy, os voy a contar mi historia; eso si no es que os aqueje el sueño, que si tal fuese, mi doncella Florela, que es discreta, os llevarla a un aposento donde pudierais reposar seguro.

– ¡Ah! no me castiguéis, – dijo él, – por aquel impertinente sueño mío en que me encontrasteis; y empezad, mi dulce señora, que con vida y alma os escucho.

Quedose ella por algún tiempo pensativa y como dudando, y luego empezó de esta manera.

V

En que doña Guiomar comienza a contar su historia a Miguel de Cervantes

– No puede llamarse con verdad desdichada la criatura que no lo fue desde su nacimiento, y aun en el seno yo de mi madre, para mí empezó la desdicha. Nací en esta hermosa ciudad de Sevilla, y en su calle que llaman del Hombre de Piedra, y con tan dura fortuna, que el instante del primer aliento mío, fue el del postrero de mi padre. Matáronle cuando nací yo, y a las puertas de nuestra casa, siendo su muerte la más rara tragedia que se vio en los pasados tiempos, ni se verá en los venideros.

Era mi padre viejo, pero alentado y tan entero, que su vejez parecía primavera bajo nieve, o invierno que bajo su hielo tenía galas de primavera. Natural de Méjico era mi padre, y rico, y a Sevilla vino con unas galeras de rey, de las que era general.

Acudió el gentío a la Torre del Oro a ver la flota, y entre las damas que estaban en los estrados que para ellas se habían puesto junto a la orilla, asistía mi madre, que era una hermosa doncella de veinte años, y tan desamorada y esquiva, que no parecía sino que el amor no alentaba para ella, según que era de desabrida con todos los que se rendían a los encantos de su hermosura. Si la hubiera contentado el claustro, hubiérase entendido que el santo amor de Dios no dejaba en su corazón lugar para el amor al hombre; pero tampoco era esto, porque una tía monja que tenía en las del Espíritu-Santo quiso llevársela consigo, a lo que ella no se acomodó, diciendo que Dios no la había hecha para que la sofocasen tocas ni monjiles, ni para enojarse entre cuatro paredes.

Pluguiera a Dios que mi madre hubiera tenido vocación de monja, que así yo no naciera, ni pasaran por mi familia desdichas que parecen una maldición que alcanza a la desventurada vida mía.

Limpiose doña Guiomar con un pañizuelo los líquidos diamantes que por la amargura de sus tristes memorias de sus hermosos ojos se desprendían, por lo cual Miguel de Cervantes la dijo:

– Enjugarnos yo, hermosa señora mía, esas lágrimas que por vuestras alabastrinas mejillas corren, con mis labios, si tan bienaventurado fuera que ya me llamara vuestro esposo; y tal procuraría que fuese para vos mi amor, que no lágrimas de amargura, sino de contento del alma enamorada vertieseis, si es que mi amor podía enamoraros, cosa en la que no espero, porque si la esperara, ya en la sola esperanza encontraría la ventura milagrosa de este amor que por vos me abrasa las entrañas, y es mi vida en mi muerte y mi contento en mi tristeza.

– No hay para qué repetirme que me amáis, – dijo doña Guiomar, – sino es que creéis que soy desmemoriada; que ya me lo habéis dicho, y yo, escuchándooslo y continuando en oíros, os he dicho claramente que os amo; que si no os amara, la primera palabra de vuestro amor hubiera sido la última; y eso de enjugarme las lágrimas con vuestros labios callarlo debisteis, que hay tales cosas que cuando no se pueden hacer no deben decirse; y pase esto por alto, que a galantería sin intención quiero achacarlo, y no a otra cosa; y sin más de esto, y esperando que a mi lado seáis tal y tan hidalgo como me lo parecéis, con la relación de mi historia continúo, que ya que me amáis, según decís, quiero que sepáis quién es la desventurada mujer que ha alcanzado no sé si la desdicha o la fortuna de enamoraros. Decía yo, que a la llegada de las galeras de que era general mi padre, y entre las damas y caballeros que a su llegada habían acudido y ocupaban los estrados en la orilla, dispuestos, estaba mi madre, sin más compañía que la de dos tías, viudas y ya ancianas, que eran los únicos parientes que la quedaban, y tan hermosa, que unos versos que un enamorado suyo, poeta tan desdeñado como los otros que no eran favorecidos de las musas, la compuso, decían:

Porque copien un instante
los encantos que atesoras,
sus puras linfas sonoras
impulsa Bétis amante;
y las ondas, al pasar,
murmuran en su tristeza,
recordando la belleza
que ya no pueden copiar.

– No me parecen mal esos versos, – dijo Miguel de Cervantes; – madrigal son, o más bien, madrigal doble; poeta era quien los compuso, y no de los peores, y por míos los tomara, antes con satisfacción que empacho de ellos; pero decidme, señora: ¿cómo es que vos habéis premiado esos versos guardándolos en vuestra memoria? ¿quién os los recitó, o quién os dio el papel en que estaban escritos?

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El manco de Lepanto»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El manco de Lepanto» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Maria Jesús González Fernández - Invierno
Maria Jesús González Fernández
Manuel Fernández y González - La vieja verde
Manuel Fernández y González
Manuel Fernández y González - Los monfíes de las Alpujarras
Manuel Fernández y González
Manuel Fernández y González - La alhambra; leyendas árabes
Manuel Fernández y González
Manuel Fernández y González - Los hermanos Plantagenet
Manuel Fernández y González
Manuel Fernández y González - El infierno del amor - leyenda fantastica
Manuel Fernández y González
Manuel Fernández y González - Amparo (Memorias de un loco)
Manuel Fernández y González
Отзывы о книге «El manco de Lepanto»

Обсуждение, отзывы о книге «El manco de Lepanto» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x