Arkadi Strugatsky - DESTINOS TRUNCADOS
Здесь есть возможность читать онлайн «Arkadi Strugatsky - DESTINOS TRUNCADOS» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Старинная литература, на английском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.
- Название:DESTINOS TRUNCADOS
- Автор:
- Жанр:
- Год:неизвестен
- ISBN:нет данных
- Рейтинг книги:5 / 5. Голосов: 1
-
Избранное:Добавить в избранное
- Отзывы:
-
Ваша оценка:
- 100
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
DESTINOS TRUNCADOS: краткое содержание, описание и аннотация
Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «DESTINOS TRUNCADOS»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.
DESTINOS TRUNCADOS — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком
Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «DESTINOS TRUNCADOS», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.
Интервал:
Закладка:
infancia eras un cretino y así te has quedado, y morirás siendo un cretino, pero eso no te
basta, también quieres hacer de mí un cretino...».
Víktor se sirvió un poco más de ginebra y se dedicó a recordar cómo había sido todo, y
tuvo que darse un trago deprisa para no aullar de vergüenza. Cómo se había hinchado
ante aquellos niños, mirándolos desde arriba, satisfecho y suficiente, el estúpido de moda,
cómo desde el inicio había hablado de vulgaridades, tonterías vacuas y sonsonetes
seudovalientes, y cómo se le habían enfrentado, pero él no se había calmado y había
seguido demostrando su aguda incapacidad intelectual, cómo habían intentado orientarlo
hacia el camino de la verdad, con toda sinceridad, advirtiéndole de que seguía hablando
de cosas banales y triviales, pero él había seguido pontificando, pensando que se saldría
con la suya, y cuando finalmente, la paciencia perdida, le dieron una bofetada, comenzó a
72
A
r k a d i y B o r i s S t r u g a t s k y D
e s t i n o s t r u n c a d o s
llorar con temor y se puso a quejarse de que lo trataban mal... y qué vergonzoso había
sido su júbilo cuando los niños, por lástima, comenzaron a pedirle autógrafos... Víktor
mugió al darse cuenta de que, a pesar de su honradez forzada, nunca se atrevería a
contarle a nadie lo ocurrido aquel día, y que apenas media hora después, partiendo de
consideraciones sobre cómo conservar el equilibrio espiritual, volvería todo aquello del
revés, como si el soplamocos que le propinaran ese día hubiera sido el triunfo más grande
de su vida, o al menos un encuentro bastante corriente y no demasiado interesante con
niños prodigio de provincias que, a fin de cuentas, son niños y por eso no es mucho lo
que entienden de la vida ni de la literatura... «Deberían hacerme jefe del departamento de
educación —pensó con odio—. Ahí siempre ha hecho falta gente así... Menudo consuelo
—pensó—. Por ahora, estos niños son muy pocos, y si la aceleración sigue al ritmo
actual, cuando sean muchos yo tendré la suerte de estar muerto. ¡Qué maravilla: morir a
tiempo!»
Llamaron a la puerta.
—¡Sí! —gritó Víktor. Y entró Pavor, abatido, con la nariz hinchada y vistiendo una
imitación de albornoz del Turquestán.
—Por fin —dijo, con la voz muy tomada.
Se sentó frente a Víktor, sacó del bolsillo un enorme pañuelo mojado y se puso a
sonarse la nariz y a estornudar. Era un espectáculo lastimero; del Pavor de siempre no
quedaba nada.
—Por fin, ¿qué? —preguntó Víktor—. ¿Quiere ginebra?
—Ay, no sé —respondió Pavor, sorbiéndose los mocos y soltando un sollozo—. Esta
ciudad va a acabar conmigo. ¡Aaaachíssssss! Ay...
—Salud.
—¿Dónde se mete? —preguntó Pavor, en tono caprichoso, mirándolo con ojos
lacrimosos—. Hace tres horas que lo busco, quería que me prestara algo para leer. Me
muero aquí, mi única tarea es estornudar y sonarme... no hay nadie en el hotel, me dirigí
al portero y el muy idiota me propuso un directorio telefónico antiguo y fol etos viejos...
«Visite nuestra soleada ciudad.» ¿Tiene algo para leer?
—No lo creo —respondió Víktor.
—¡Qué clase de escritor es usted! Vaya, entiendo, no lee lo escrito por otros, pero
seguramente hojea sus propias obras de vez en cuando. Por ahí, lo único que se dice es
Bánev, Bánev... ¿Cómo se l ama ese libro suyo? ¿Muerte después del mediodía?
¿Medianoche tras la muerte? No me acuerdo...
— La desgracia llega a medianoche.
—Ese mismo. Déjeme leerlo.
—No. De eso, nada —dijo Víktor con decisión—. Y si lo tuviera, no se lo daría de todos
modos. Me lo llenaría de mocos. Y no entendería nada.
—¿Cómo que no entendería nada? —repuso Pavor, indignado—. Dicen que ahí habla
usted de la vida de los homosexuales. ¿Qué hay que entender?
—Váyase usted a... Mejor, bebamos ginebra. ¿Con agua o sola?
Pavor estornudó, gruñó, examinó la habitación con rostro desesperado, echó atrás la
cabeza y estornudó de nuevo.
—Me duele la cabeza —se quejó—. Aquí... ¿Y dónde estuvo usted? Dicen que en un
encuentro con lectores. ¿Con los homosexuales de la ciudad?
—Peor —dijo Víktor—. Me reuní con los niños prodigio locales. ¿Sabe qué es la
aceleración del crecimiento?
73
A
r k a d i y B o r i s S t r u g a t s k y D
e s t i n o s t r u n c a d o s
—¿La aceleración? ¿No es algo relacionado con la maduración antes de tiempo? He
oído algo, hubo cierto alboroto sobre ese tema, pero después crearon una comisión en
nuestro departamento, que demostró que la aceleración es el resultado de la atención
personal del señor Presidente a la generación más joven de leones y soñadores, de
manera que todo volvió a su lugar. Pero sé de qué habla usted, he visto a los niños
prodigio locales. Que Dios nos libre de semejantes leones, su lugar está en un museo de
horrores.
—¿Y no será que usted y yo deberíamos estar en esa cámara de horrores? —objetó
Víktor.
—Es posible —asintió Pavor—. Pero la aceleración no tiene nada que ver con eso. La
aceleración del crecimiento es un hecho biológico y fisiológico. Aumenta el peso de los
recién nacidos, después se estiran, como jirafas hasta los dos metros, y a los doce años
están listos para reproducirse. Aquí se trata de niños de lo más corriente, pero sus
maestros...
—Sus maestros, ¿qué?
—Sus maestros no son nada corrientes —explicó Pavor, con voz nasal, después de
estornudar.
—¿Qué tienen de poco corriente los maestros de aquí? —preguntó Víktor acordándose
del director del gimnasio—. ¿Se les olvida cerrarse la bragueta?
—¿Qué bragueta? —preguntó Pavor, clavando los ojos intrigados en Víktor—. Creo
que no tienen bragueta.
—¿Y qué más?
—¿En qué sentido?
—¿Qué más tienen de poco corriente?
Pavor estuvo largo rato sonándose la nariz. Víktor sorbía ginebra y lo miraba con
lástima.
—Veo que usted no sabe nada —dijo Pavor, mirando el pañuelo mocoso—. Como
señala justamente el señor Presidente, la habilidad fundamental de nuestros escritores es
el desconocimiento crónico de la vida y el alejamiento de los intereses de la nación...
Usted lleva aquí más de una semana. ¿Ha estado en alguna otra parte que no sea la
taberna o el sanatorio? ¿Ha conversado con alguien que no sea el cerdo borracho de
Kvadriga? Sabrá Dios por qué le pagan...
—Basta. Ya tengo suficiente con los periódicos. Mira al crítico mocoso, al maestro sin
bragueta...
—Ah, ¿no le gusta? —repuso Pavor, satisfecho—. Está bien, no sigo. Cuénteme cómo
fue su encuentro con los niños prodigio.
—No hay gran cosa que contar. Son como cualesquiera niños prodigio...
—Entonces, ¿qué?
—Pues llegué, me hicieron unas cuantas preguntas. Temas interesantes, de adultos...
—Víktor calló un momento—. En general, a decir verdad, me dieron con todo.
—¿Qué preguntas? —insistió Pavor, que miraba a Víktor con auténtico interés, y al
parecer con simpatía.
—No se trataba de las preguntas —suspiró Víktor—. Sinceramente, lo que más me
sorprendió es que son como adultos, pero no como cualquier adulto, sino como adultos
del más alto nivel. Una incompatibilidad infernal... —Pavor, comprensivo, hizo un gesto de
Читать дальшеИнтервал:
Закладка:
Похожие книги на «DESTINOS TRUNCADOS»
Представляем Вашему вниманию похожие книги на «DESTINOS TRUNCADOS» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.
Обсуждение, отзывы о книге «DESTINOS TRUNCADOS» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.