Mario Llosa - Pantaleón Y Las Visitadoras

Здесь есть возможность читать онлайн «Mario Llosa - Pantaleón Y Las Visitadoras» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Pantaleón Y Las Visitadoras: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Pantaleón Y Las Visitadoras»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Pantaleón Pantoja, un capitán del ejército recientemente ascendido, recibe la misión de establecer un servicio de prostitución para las fuerzas armadas del Perú en el más absoluto secreto militar. Estricto cumplidor del deber que le ha sido asignado, Pantaleón se traslada a Iquitos, en plena selva, para llevar a cabo su cometido, pero se entrega a esta misión con tal obcecación que termina por poner en peligro el engranaje que él mismo ha puesto en movimiento.

Pantaleón Y Las Visitadoras — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Pantaleón Y Las Visitadoras», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Al parecer, el origen del desmentido rumor, fue una solicitud elevada a las instancias superiores del Ejército por el capitán de Intendencia Pantaleón Pantoja -cuyas funciones son de sobra conocidas en esta ciudad-para que el fuero jurídico castrense exigiera la instrucción procesal y castigo de los responsables del asalto de Nauta, con el argumento de que el barco Eva y sus tripulantes pertenecían a la Marina Nacional y de que el convoy de polillas formaba parte de un organismo militarizado cual sería el caso del desprestigiado Servicio de Visitadoras que ese oficial dirige.

Las Fuerzas Armadas habrían desestimado como "peregrina"-es el calificativo empleado por nuestro informante-la solicitud del capitán Pantoja, indicando que el transporte Eva y sus tripulantes, al ser víctimas del asalto, no efectuaban servicio militar alguno sino tareas estrictamente civiles, y que el llamado Servicio de Visitadoras no es ni podría ser en ningún caso una institución militarizada, sino una empresa comercial civil, que ha tenido eventuales y meramente toleradas, pero nunca auspiciadas ni oficializadas, relaciones con el Ejército. A este respecto, añadió la misma fuente, se lleva a cabo actualmente, con la discreción necesaria, una investigación que habría ordenado el propio Estado Mayor del Ejército sobre dicho Servicio de Visitadoras, a fin de poner en descubierto su origen, composición, funciones y beneficios, determinar su licitud y, si fuera el caso, las responsabilidades y sanciones pertinentes.

– Ah, ya estás levantado, hijito-pasa la noche sobresaltada, en su sueño una cucaracha es comida por un ratón que es comido por un gato que es comido por un lagarto que es comido por un jaguar que es crucificado y cuyos despojos devoran cucarachas, se levanta al amanecer, pasea por la sala a oscuras retorciéndose las manos, cuando oye seis campanadas toca el dormitorio de Panta la señora Leonor-. Cómo ¿te has puesto el uniforme otra vez?

– Todo Iquitos me ha visto uniformado, mamá -comprueba que la guerrera se ha desteñido y que le

baila el pantalón, se mira en distintas poses en el espejo y se llena de melancolía Pantita-. No tiene sentido continuar con esta mentira del señor Pantoja.

– Eso tendría que decidirlo el Ejército, no tú-equivoca las llaves de la cocina, derrama la leche, recuerda que ha olvidado el pan, no puede impedir que la bandeja tiemble en sus manos la señora Leonor-. Ven, siquiera toma un poco de café. No salgas con el estomago vacío, no seas mula.

– Está bien, pero sólo media taza-va muy calmado al comedor, coloca quepí y guantes sobre la mesa, se sienta, bebe a sorbitos Panta-. Anda, dame un beso. No pongas esa cara, mamacita, me contagias tu angustia.

– Toda la noche he tenido pesadillas terribles-se derrumba en el sofá, se lleva la mano a la boca, tiene la voz griposa y torturada la señora Leonor-. ¿Y ahora qué te va a pasar, Panta? ¿Qué va a ser de nosotros?

– No va a pasar nada-saca unos soles de su billetera, los pone en la bata de la señora Leonor, abre una persiana, ve gente yendo al trabajo, al mendigo ciego de la esquina instalado ya con su platillo y su flauta Panta-. Y, además, si pasa, no me importa.

– ¿Han oído la radio?-rebota de estupor en el asiento del taxi, oye exclamar al chofer y repite no es posible, que desgracia, paga, baja, entra a Pantilandia dando un portazo, aúlla Iris-. ¡Lo agarraron al Hermano Francisco! Estaba escondido por el río Napo, cerca de Mazán. Me da una pena, que le irán a hacer.

– No lamento nada de lo que he hecho-ve salir de su casa al fabricante de lápidas y al marido de Alicia, ve pasar autos, chiquillos con uniformes y libros, una viejita que ofrece loterías, se siente extraño, se abotona la guerrera Panta-. He actuado según mi conciencia y ése también es el deber de un soldado. Haré frente a lo que venga. Ten confianza en mí, mamá.

– Siempre la he tenido, hijito-lo escobilla, lo lustra, lo arregla, abre los brazos, lo besa, lo aprieta, mira a los bigotudos del viejo retrato la señora Leonor-. Una fe ciega en ti. Pero con este asunto ya no sé qué pensar. Te volviste loco, Panta. ¡Vestirse de militar para pronunciar un discurso en el entierro de una pe! ¿Tu padre, tu abuelo hubieran hecho una cosa así?

– Mamá, por favor, no vuelvas sobre lo mismo-ve saludarse a la vendedora de loterías y al ciego, ve a un hombre que camina leyendo un periódico, a un perro que orina caudalosamente, da media vuelta y avanza hacia la puerta Panta-. Creo haberte dicho que estaba terminantemente prohibido tocar nunca más ese tema.

– Está bien, me callo, yo sí sé obedecer a la superioridad-le da la bendición, lo despide en la vereda, regresa a su dormitorio, se echa en la cama sacudida por sollozos la señora Leonor-. Quiera Dios que no te arrepientas, Panta. Rezo para que no ocurra, pero la barbaridad que has hecho nos va a traer desgracias, estoy segura.

– Bueno, en cierto sentido si, al menos a mi-sonríe apenas, pasa entre los familiares agolpados a la puerta de la cárcel esperando la hora de visita, aparta a un niño que vocea tortugas, monitos el teniente Bacacorzo-. He perdido el ascenso que me tocaba este año, de eso no hay duda. Pero, en fin, la cosa está hecha y no se puede dar marcha atrás.

– Yo le ordené llevar la escolta, yo le ordené rendir honores a esa pobre mujer-se inclina para anudarse un zapato, distingue en la puerta del Banco Amazónico la divisa "El dinero de la selva para la selva" el capitán Pantoja-. Toda la responsabilidad es mía y solo mía.

Asé se lo recuerdo en esta carta al general Collazos y así se lo voy a decir personalmente a Scavino. Usted no tiene culpa ninguna, Bacacorzo; los reglamentos son muy claros.

– Lo encontraron durmiendo-se sienta en la hamaca de Sinforoso Caiguas, habla en el centro de un círculo de visitadoras Penélope-. Se había hecho una cuevita con ramas y hojas, se pasaba el día rezando, no comía nada de lo que le llevaban los apóstoles. Sólo raíces, yerbitas. Es un santo, es un santo.

– La verdad es que no debí hacerle caso-hunde las manos en los bolsillos, entra a la heladería "El Paraíso", pide un cafecito con leche, oye al capitán Pantoja preguntarle ¿no es ése el profesor, el brujo?, responde ese mismo el teniente Bacacorzo-. Entre nosotros, lo que me pidió era un soberano disparate. Una persona con cinco dedos de frente hubiera ido a contarle a Scavino lo que pretendía hacer, para que le aguantara la mano.

Tal vez ahora me lo agradecería, capitán.

– Tarde para lamentarse-oye al profesor aconsejar a una señora si quieres que tu recién nacido no tarde en hablar le reventaras granos de maíz en la boca el capitán Pantoja-. Si pensaba así, por qué carajo no lo hizo, Bacacorzo. Me habría librado de los remordimientos que voy a tener si no le dan ese nuevo fideo por mi culpa.

– Porque sólo tengo cuatro dedos aquí-se toca la frente, bebe su café con leche, paga, escucha al profesor recomendar a su cliente y si a tu hijito le muerde la víbora, lo curas con mamaderas de hiel de majaz, sale a la calle el teniente Bacacorzo-. Me lo dice siempre mi mujer. Hablando en serio, lo vi tan afectado con la muerte de esa visitadora, que se me ablandó el corazón.

– El director de El Oriente se mata diciendo que él no delató al Hermano, jura y llora que no contó nada a la policía-llega la última a Pantilandia, anuncia traigo noticias, se sienta en la hamaca, se atropella Coca-. Es por gusto, ya le quemaron el auto y casi le queman su periódico. Si no se va de Iquitos, los hermanos lo matarán. ¿Ustedes creen que el señor Andoa sabía el escondite del Hermano Francisco?

– Además, esa idea de rendir honores a una puta, precisamente por lo demencial, resultaba tan fascinante -lanza una carcajada, camina entre los vendedores ambulantes y las tiendas atestadas del jirón Lima, advierte que el "Bazar Moderno" ha colgado un nuevo rótulo: "Artículos afamados por su durabilidad y aspecto memorable" el teniente Bacacorzo-. No sé qué me paso, me contagiaría usted su delirio.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Pantaleón Y Las Visitadoras»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Pantaleón Y Las Visitadoras» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Pantaleón Y Las Visitadoras»

Обсуждение, отзывы о книге «Pantaleón Y Las Visitadoras» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x