– Arktofilax volvió la página y mostró a Ígur un nuevo cuadro de posibilidades:
Prosiguió-: De ahí, en el último paso del proceso, resultará el recorrido. Ahora se trata de identificar las posturas de la Reina con las descripciones de la inscripción; veamos: 'La Reina Blanca desea al Príncipe' -volvió a las páginas con pequeñas siluetas en diferentes actitudes, y señaló dos-; puede ser la mujer sentada o la mujer agachada, pero en cualquier caso, la mujer está sola; segunda línea: 'La Reina oculta la ventana y vigila a su Rey'; aquí hay una clara inversión de postura, así es que si la Reina miraba a la izquierda, ahora mira hacia la derecha, y viceversa. -Escogió otra figura-. Observa también que desear tiene un sentido dinámico más acentuado que ocultar y vigilar, por lo tanto a la primera línea le corresponde una figura agachada, y a la segunda una sentada.
– El razonamiento me parece débil -dijo Ígur.
– Quizá lo sea, pero si no hay elementos que nos convenzan de que lo contrario tiene más fuerza, nos tendremos que atener a esto. -Ígur no dijo nada más, y el Magisterpraedi continuó-. Recapitulemos: tenemos la historia de un triángulo de fuerzas eróticas: la Reina, el Rey y el Príncipe, por tanto, la gran hembra fluctuante entre el Rey, que es su poseedor legal, y el seductor extranjero; es la vieja fábula que tantas materializaciones ha tenido (tal vez la más célebre sea la de Arctús, Ginebra y Lancelot); ¿Cómo se disponen los elementos? La Reina está fija porque es la tierra, y los machos son cuerpos celestes que aparecen y desaparecen a medida que la tierra gira; el título de Reina Cuádruple no proviene de los cuatro caminos del interior como opciones, sino de las cuatro posibles posturas: sentada a la derecha o la izquierda, agachada a la derecha o a la izquierda. Observa que el Rey y el Príncipe aparecen y son vigilados a través de una ventana a ras de suelo que representa el horizonte, y que la Reina oculta con su cuerpo cuando le conviene vigilar la aparición de uno o de otro, u ocultar al amante a los ojos del esposo. Una vez más, tenemos una fábula astral en la que claramente el Rey representa al Sol -señaló la figura en posición erecta con aureola radiada-, el Príncipe una determinada estrella brillante, quizá un planeta, Júpiter, Marte, más raramente Mercurio, porque está asociado al Sol, y la desaparición del Príncipe en presencia del Rey, la alternancia entre el astro diurno y el nocturno, como el Sol oculta las estrellas, que retornan cuando muere. Vayamos a la tercera línea: "Sin descuidarse, la Reina complace a su Rey.' -Escogió la silueta que representaba a un hombre de pie y a una mujer contra la ventana agachada ante él en actitud inequívoca-. La cuarta línea dice: 'La Reina Blanca olvida al que sale y espera al que vendrá.' En ésta el dinamismo es dudoso, pero sabiendo que los episodios de la Reina Cuádruple evitan las repeticiones, y sabiendo entre qué figuras se sitúa la cuarta, yo optaría por ésta. -Señaló la representación de una mujer sentada de cara a la ventana-. La última línea, 'La Reina Vigilante se abre al Príncipe', está clara: la mujer no pierde de vista la ventana y se abandona al placer en recepción de retaguardia. -Escogió la figura que lo representaba-. Así pues, tenemos esta secuencia -hizo un rápido esbozo-; hagamos un
repaso argumental: Uno, la Reina desea al Príncipe; observa que se trata más de una despedida que de una bienvenida; posiblemente acaba de separarse del amante. Dos, el Rey ha llegado y ella oculta la ventana con el cuerpo para proteger la huida del enamorado. Tres, el Rey es complacido y ella procura tapar la ventana con el propio cuerpo. Cuatro, muy parecida a la primera, pero más estática, como indican olvidar y esperar en lugar de desear. Cinco, la Reina no pierde de vista una posible aparición del Rey mientras se entrega al Príncipe. Ahora el problema es la orientación. Las reglas del Juego exigen que la ventana esté siempre en el mismo sitio, y eso nos podría hacer caer en contradicciones astronómicas; básicamente, la cuestión es si el punto de vista es Austrífugo o Austrípeto (o Artípeto o Artífugo, si lo prefieres), es decir, si nos orientamos al Norte o al Sur. Tal y como ahora lo tenemos, si el Sol y las estrellas salen por la izquierda, miramos al Sur en invierno, y si salen por la derecha y se ponen por la izquierda, significa que miramos al Norte en verano; la cuestión es que en la primera figura se supone que la Reina mira cómo el Príncipe se va, por tanto tenemos el Poniente a la izquierda, y miramos al Norte en verano tal y como ahora tenemos la figura. Eso no se contradice con el hecho de que los dos astros, en las figuras tercera y quinta, aparezcan por la derecha y miren a la izquierda, pero sí introduce ambigüedad en la cuarta figura, en la que si recalcamos la segunda parte de la frase tendríamos que concluir que tenemos el alba a la izquierda. La cuestión es, por tanto, si la serie escogida es correcta y tenemos una historia Austrífuga (o Artípeta) de verano, o bien si tenemos que dar la vuelta todas las figuras para ponerlas Artífugas y situarnos en invierno.
– Es invierno -dijo Ígur-, lo indica el único adjetivo que aparece en toda la inscripción, 'Blanca', que además se repite dos veces. 'Vigilante' no se puede considerar un adjetivo, porque en realidad sustituye a 'que vigila'.
– Quizá acabes de resolver el paso siguiente. Más adelante ya hablaremos. Continúa.
– 'Blanca' es emblema de invierno.
– Aunque el razonamiento es erróneo, indirectamente has proporcionado la clave. Efectivamente, 'Blanca' es el único adjetivo, y está situado ahí para despistar y hacer creer que indica el invierno; pero la repetición proporciona la ley que la convierte en una trampa y, por contra, nos confirma que la historia es Austrífúga y estamos en verano, por tanto que hemos escogido la serie correcta. Una interpretación oficialista, en la línea habitual de consagrar y fijar los engaños, identificaría el epíteto 'Blanca' con el color de los cabellos y, por tanto, con la vejez, y significaría 'llena de cordura'; pero 'Blanca' es el indicativo sexual para decir 'llena de semen', y aparece después de que la Reina haya recibido al Príncipe, en la primera figura (así sabemos también que la historia es cíclica, como no podría ser de otra manera tratándose de una fábula astral, y después de la quinta línea hay que volver a empezar en el caso de que encontremos más bifurcaciones), y en la cuarta después de recibir al Rey en la tercera.
– Sólo falta identificar cada línea con uno de los cinco modelos de bifurcaciones -dijo Ígur, y buscó la página del cuadro correspondiente-; tenemos una figura por cada modelo, así que es de suponer que no haya ninguno repetido. Siempre queda el recurso de asociar el árbol a la primera figura, a la segunda, y así sucesivamente.
– No, demasiado inmediato. Hubiera sido más sencillo poner 'que vigila' que 'Vigilante'; y 'Blanca', aparte de despistar acerca de la orientación, tiene como objetivo ganar dos sílabas.
– Os referís a que el constructor necesitaba ganar dos sílabas en la primera línea y en la cuarta, y pudiendo haber escogido cualquier otra cosa, por ejemplo, dentro de la misma posibilidad de adjetivación, en lugar de 'blanca', 'roja', o 'negra', aprovechó para introducirlas con un elemento desorientador.
– Sí -dijo Arktofilax.
– Pero ¿por qué necesitaba dos sílabas más en esas líneas?
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