Miguel Delibes - Diario de un cazador

Здесь есть возможность читать онлайн «Miguel Delibes - Diario de un cazador» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Diario de un cazador: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Diario de un cazador»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Lorenzo trabaja de bedel en una escuela, mantiene a su madre, tiene las ideas muy claras sobre muchas cosas, y en los ratos libres, y todos los domingos durante la temporada, va de caza. Contempla el mundo con su lúcida inteligencia de muchacho de pueblo y se cuenta a sí mismo las cosas que pasan sin pensar en la posteridad.

Diario de un cazador — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Diario de un cazador», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать
13 julio, lunes

Melecio sigue sin abrir la boca. El hombre parece una estatua. Nada reza con él. Se pasa el santo día en el taburete acariciando la cabeza de la perra. Ya le digo que llore, pero el chalado aguanta, y el dolor le come por dentro. En cambio, la Amparo anda ya más resignada. Hoy estuvo allí don Florián y le dijo a Melecio que efectivamente es una dura prueba la que le envía el Señor, pero que otros pasaron por ella antes que él. Melecio dice que sí, pero sigue lo mismo. Me da miedo el temperamento de este hombre, la verdad.

17 julio, viernes

Pasé la tarde donde Melecio. Parece algo más animado, aunque no acierta a explicar lo que le pasa. Dice que a veces se siente como si también él estuviese muerto. Don Basilio me había dicho que a las cuatro vendrían los pintores, pero hasta las seis no se presentaron. Estuvo también el electricista a colocar un tubo fluorescente en el tablón de anuncios. Los pintores empezaron por los retretes, y el maestro me preguntó quién era Pérez. Le dije que el profesor de Francés, y que acababa de casarse y él se echó a reír y dijo que cualquiera lo diría.

Manolo anduvo rodándome esta tarde y no se quedó a gusto hasta que me soltó que quiere volver a la comandita. Se lo indiqué a Fermín y dijo que bueno si se avenía a no ver un céntimo en la primera semana. En contra de lo que esperaba, Manolo aceptó.

21 julio, martes

Hoy bajé al río a darme un chapuzón. Están poniéndolo bien con eso de la playa artificial. El sol es fuego y la casa está imposible. La madre y yo dormimos con las ventanas abiertas y comunicadas, pero ni aun así. Cada tren que pasa es un susto y a la madrugada, con los vencejos, no se puede parar. Pero menos malo es esto que ahogarse. El chaval de Crescencio lleva unos días durmiendo en la azotea, sobre un jergón, y cada mañana se levanta con la cara perdida de carbonilla.

Anoche vino por casa Aquilino. Renquea un poco de la pierna izquierda, pero está muy mejorado.

La madre volvió a enzarzarse esta tarde con la Carmina. Por lo visto había desaparecido una prenda del tendedero. Pregunté a la madre que qué prenda y me dijo que no sabía, pero que contó diecinueve al tenderlas esta mañana y al recogerlas no había más que dieciocho. Le dije a la Carmina con toda mi santa paciencia que hasta cuándo iba a durar esto, y me contestó que ella no tiene la culpa de que la vieja esté chocha. La madre la llamó basura y dijo que peor era que a una le faltase la vergüenza. Entonces le dijo la Carmina que no le daba una guantada por no ensuciarse la mano. Le advertí que hasta ahí podíamos llegar. A la noche pasó la mujer de Crescencio con una camisa mía y preguntó a la madre si era esa la prenda que faltaba. La madre le preguntó dónde la había encontrado, y resulta que su chica la cogió por equivocación esta mañana. Le recordé a la madre que no quiero cuestiones con las hijas del señor Moro, aunque ya sé que es como hablarle a la luna.

3 agosto, lunes

Sigue el calor achicharrante. Las noches son imposibles. Esta tarde rompió aguas la Modes. La madre se fue para allá. Anoche no lo pude resistir y me tumbé a dormir en la azotea. El 16 se abre la veda de la codorniz.

4 agosto, martes

La Modes tuvo mellizos: chico y chica. El torda de mi cuñado dice que mejor, que así es como si no se le hubiera muerto ninguno. Le hice ver que ninguno se le había muerto, y él, entonces, recordó a Pío. Le convidé a un vaso y en lo que yo bebí uno, se metió él media botella. Le recordé su promesa cuando lo de la Titina, pero él guiñó un ojo y dijo que esas promesas las hace uno cuando está agobiado y que el Señor no las toma en cuenta. ¡Valiente zascandil!

12 agosto, miércoles

Llevo dos noches soñando con perdices. La de siempre. Las persigo por la alcoba, y cuando aprieto el gatillo los tiros salen follones y ellas se escurren por debajo de la puerta. ¡Malditas zorras!

En la calle encontré a Tomasito. Acababa de regresar de Carrascalejo y dice que hay allí una nube de perdices. Me preguntó si tenía compromiso para el día de la Virgen y le dije que estaba ocupado. No sabía lo de acomodador. Dice que para él el domingo es sagrado, y que no aguantaría eso aunque le pagasen en oro. Razón no le falta. Luego le pregunté dónde iría y él me dijo que a Villatorán. Me decidí a acompañarle para volver a las cuatro. Quedamos en encontrarnos en la Plaza a las seis de la mañana.

14 agosto, viernes

Melecio no está de humor para acompañarnos. Lo comprendo. Hoy besé a Anita por segunda vez. ¡Madre, qué boca! Cuando la pruebo me olvido hasta de mi nombre. En casa he andado preparando los trebejos como tolondro. No tengo ni pinta de sueño. La Doly pasó la noche en la azotea. Sentí el exprés de Galicia.

15 agosto, sábado

A las seis de la mañana ya olía la resina en la carretera. Eso quiere decir calor. Estos olores tienen que ser saludables, por lo menos es el olor de los sanatorios. La Doly no se portó mal a la ida; pero a la vuelta, ya que yo traía poco encima, me la jugó. En Villatorán empezamos con las pajas, pero se hicieron las doce y no habíamos bajado más que una pareja. La primera la caí yo, y a la segunda le tiramos al tiempo, como la perdiz aquella de Villalba, pero Tomasito voceó «¡mía!» y no quise armar gresca. Por dos veces me dio Tomasito con la boca de los caños en la barriga, y cuando le dije que tuviera precaución me salió con que estaba en el seguro. ¡No te giba! Después de comer quise venirme, pero él me animó a manear antes unas remolachas. Y lo que pasa. Meterse la Doly y pegarle los vientos fue todo uno. Nos colocamos uno a cada lado de la perra, y cuando la tía se arrancó tiramos los dos, y Tomasito volvió a vocear «¡mía!». Me gibó ya tanta frescura y le dije que a santo de qué suya. Él respondió que mi tiro marchó alto y que él, en cambio, andaba con la chorrina. Me cabreé y le dije que tirase sólo las de su lado o me largaba con la perra. Él dijo que bueno, que lo que deseaba era tener la fiesta en paz. Hice un doblete junto a un almorrón, se me calentó la sangre y decidí fumarme el cine. Caímos cuatro más en la remolacha, y yo bajé una tórtola junto al arroyo. Al regresar donde las burras, la Doly se puso como un garrote junto a un montón de piedras. Saltó una media liebre y tiramos los dos a tenazón. El ansioso voceó otra vez «¡mía!», pero me planté y le dije de malos modos que esa liebre la había quedado yo como me llamo Lorenzo. Se puso burro y dijo que mi tiro había quedado corto y que llevaba quince años cazando y nunca le había ocurrido que le discutiera nadie una pieza. Me puso de tal café que ni le miré a la cara siquiera. Llamé a la perra, agarré la bicicleta y a casa. Para acabar de arreglarlo me tropecé con Fermín frente a lo de Creus. El zorro de él me vio, aunque calló la boca. A la madre le dije que había pinchado tres veces.

16 agosto, domingo

Como esperaba, Fermín me dio un repaso y dijo que a la próxima me aguardaba. Ni sé todavía cómo aguanté y no le tiré el cargo a la cara. Le tengo dicho que no me gusta que me voceen y que todas las cosas se pueden decir con educación, pero él que si quieres; lo mismo que si tratase con una caballería.

Estuve con Anita en la Cerve. No perdimos baile. Cada día me pone más negro la chavalina esta.

19 agosto, miércoles

Hoy conseguí llevar a Melecio al café. El hombre se distrajo. Zacarías y Tochano hicieron el domingo tres liebres y dos perdices junto a lo de Muro. Al marchar le dije a Melecio si contaba con él para subir el viernes, que descanso, a lo de Ortega. Me dijo que no, claro, por la sierra. No podemos ponernos de acuerdo. El día que él descansa, trabajo yo. Verdaderamente esto no es vida.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Diario de un cazador»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Diario de un cazador» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Diario de un cazador»

Обсуждение, отзывы о книге «Diario de un cazador» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x