Esta novela que tienes en tus manos, lectora o lector, es en cierta manera deudora de mis lecturas de algunos filósofos, que son mencionados (citados) a lo largo de sus páginas cuando les corresponde. Personalmente, pocas cosas me han producido en la vida tanta felicidad como leer a los filósofos: ellos me han ayudado siempre a comprender. A comprender a otros seres humanos, al mundo y a mí misma.
Debo advertirte de que la historia está dividida en tres partes -«Lo que representamos», «Lo que tenemos» y «Lo que somos»-, en honor a Arthur Schopenhauer, porque según él esos son los tres puntos que conforman La suerte de los mortales . También que para escribir la Eudemonología (o Pequeño Arte de ser feliz ) que la concluye, he usado, y abusado, de otro texto de Schopenhauer, elaborado con fragmentos dispersos, recogidos bajo el título español de El arte de ser feliz (Ed. Herder, Barcelona, 2000), cuya lectura recomiendo vivamente. Creo que el viejo maestro me habría dado permiso para explotar a placer sus reflexiones. Schopenhauer es uno de mis pensadores preferidos (junto con Marco Aurelio, Michel de Montaigne, Séneca, Cicerón, Epicuro… etc., etc.), a pesar de que no es conocido por su optimismo, precisamente. Más bien, como dijo Jean Rostand, era un filósofo que se sentía «muy optimista en cuanto al porvenir del pesimismo». Sin embargo, siguiendo el modelo de Gracián, demuestra con esta «Doctrina de la felicidad» que «el pesimismo metafísico es compatible con los esfuerzos por llevar una vida feliz» (según el prefacio de Franco Volpi, traducido en la edición española arriba citada).
* Ángela Vallvey Los estados carenciales Para mi hija (Érika), para mi marido (Jenaro), para mis vecinos del 7º (Mr. amp; Mme. Krozack) y mi perro (Yeltsin), a pesar de los cuales he podido escribir esta novela… ¿Perdiste el imperio del mundo? Consuélate, no era nada. ¿Ganaste el imperio del mundo? No te alegres, que no es nada. Pesares y dichas, todo pasa. Todo pasa en el mundo, y no es nada. (Del poema persa «Anvari soheili», citado por Schopenhauer en La estética del pesimismo ) Si el amor es la respuesta, ¿podría volver a plantear la pregunta, por favor? LILY TOMLIN … Si bien este libro es en realidad -como todos, al fin- para ti, lector, o lectora. Para ti que te has preguntado alguna vez: «¿Qué es la felicidad?», que tal vez buscas la felicidad, o piensas que no eres feliz. Ten conciencia de tu fortuna, porque sin duda eres venturoso, aunque tú no lo sepas. Mira a tu alrededor para darte cuenta, hay mucho que descubrir. No creas que es difícil ser feliz en estos tiempos porque, los que ahora vivimos, no son peores que cualesquiera otros, pasados o por venir. En la Historia de las expediciones de Alejandro , escribió Arriano que es propensión general de las felicidades humanas que ninguna deje de padecer el contratiempo de algún infortunio. ¿Te trastornan a ti tus conflictos, tus estados carenciales? ¿Y qué esperabas, no encontrar ninguno en tu camino?, ¿ser tú una excepción? ¿O tal vez sufres solamente porque sabes que, un día u otro, sufrirás? Y entonces, ¿no es absurdo sufrir ahora por tener que sufrir luego? Evita el dolor en tu camino, porque él sí que es «real», inicia con ánimo tu aprendizaje de la vida, pero no lo des jamás por concluido. Y disfruta de la lectura: parafraseando a Montaigne, éste es un libro de buena fe, lectora, lector.
«Ítaca», del libro: 75 poemas de Constantino Cavafis. Traducción de Lázaro Santana. Ed. Visor, 1973, Madrid