Jung Chang - Cisnes Salvajes

Здесь есть возможность читать онлайн «Jung Chang - Cisnes Salvajes» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Cisnes Salvajes: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Cisnes Salvajes»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Una abuela, una madre, una hija. A lo largo de esta saga, tan verídica como espeluznante, tres mujeres luchan por sobrevivir en una China sometida a guerras, invasiones y revoluciones. La abuela de la autora nació en 1909, época en la que China era aún una sociedad feudal. Sus pies permanecieron vendados desde niña, y a los quince años de edad se convirtió en concubina de uno de los numerosos señores de la guerra.

Cisnes Salvajes — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Cisnes Salvajes», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Cuando llegó a Wuhan, una de las grandes ciudades de la China central, situada a unos dos tercios del camino, le dijeron que la siguiente etapa, que debería realizar en barco a lo largo del Yangtzé, no resultaba segura debido a los bandidos. Tendría que aguardar un mes hasta que la situación se tranquilizara. A pesar de ello, el barco que la transportó sufrió numerosos ataques desde las orillas. Se trataba de una embarcación bastante antigua, y la cubierta era lisa y descubierta por lo que los guardias edificaron con sacos de arena un muro protector de metro y pico de alto a babor y estribor. Lo dotaron de ranuras para sus propios fusiles, y parecía una fortaleza flotante. Cada vez que eran atacados, el capitán ponía los motores a toda máquina e intentaba salvar el ataque lo más aprisa posible mientras los guardias respondían al fuego desde sus troneras fortificadas. Mi abuela descendía a la bodega y aguardaba a que cesara el tiroteo.

En Yichang, cambió a una embarcación más pequeña y atravesó las gargantas del Yangtzé. En mayo se encontraba ya cerca de Yibin, en un barco cubierto por hojas de palma que navegaba apaciblemente, deslizándose entre las cristalinas ondas y la brisa impregnada del olor del azahar.

El barco navegaba río arriba impulsado por una docena de remeros. A medida que remaban, cantaban arias de óperas tradicionales de Sichuan e improvisaban canciones basadas en los nombres de las poblaciones que dejaban atrás, las leyendas de las colinas y los espíritus de los bosquecillos de bambú. También cantaban sobre sus estados de ánimo. Mi abuela se sintió sumamente divertida por las canciones amorosas que, con los ojos brillantes, solían cantar a una de las pasajeras. No podía entender la mayor parte de las expresiones que utilizaban debido a que hablaban en dialecto Sichuan, pero podía adivinar que contenían referencias al sexo por el modo en que los pasajeros reían a hurtadillas con placer y turbación. Ya había oído hablar de los habitantes de Sichuan, de los que se decía que eran tan sabrosos y picantes como su propia comida. Se sentía feliz. Ignoraba que mi madre se había encontrado varias veces al borde de la muerte, y tampoco sabía nada de su aborto.

Llegó a su destino a mediados de mayo. El viaje había durado más de dos meses. Mi madre, quien llevaba tiempo sintiéndose enferma y apesadumbrada, no cabía en sí de gozo al verla otra vez. Mi padre no se alegró tanto. Yibin representaba para él la primera vez que había estado solo con mi madre en una situación semiestable. Acababa, por así decirlo, de dejar a su suegra, y aquí estaba de nuevo cuando él confiaba en tenerla a mil quinietos kilómetros de distancia. Era perfectamente consciente de que él nunca podría igualar los lazos que existían entre, madre e hija.

Mi madre hervía de rencor contra mi padre. Desde que se había agudizado la amenaza de los bandidos, se había reinstaurado un sistema de vida cuasi militar. Por otra parte, apenas pasaban noches juntos debido a los frecuentes desplazamientos de ambos. Mi padre estaba de viaje la mayor parte del tiempo, investigando las condiciones de vida en las zonas rurales, escuchando las quejas de los campesinos y resolviendo toda clase de problemas, entre los que destacaba el del suministro de alimentos. Incluso cuando estaba en Yibin, mi madre solía quedarse trabajando hasta tarde en la oficina. En resumen, se veían cada vez menos y comenzaban a distanciarse de nuevo.

La llegada de mi abuela reabrió las viejas heridas. Se le asignó una habitación en el patio en el que vivían mis padres. En aquellos días, los funcionarios vivían de un sistema de subsidio general llamado gong-ji-zhi. No recibían salario alguno, pero el Estado les proporcionaba alojamiento, comida y ropa a la vez que se ocupaba de sus necesidades diarias. A ello añadía una mínima cantidad en metálico, igual que en el Ejército. Todo el mundo debía comer en cantinas en las que la comida era escasa y poco apetitosa. No se permitía a nadie cocinar en casa, incluso si disponía de una fuente alternativa de ingresos.

Cuando mi abuela llegó, comenzó a vender parte de sus joyas para comprar comida en el mercado. Tenía especial empeño en cocinar para mi madre, ya que, tradicionalmente, se consideraba imprescindible que las mujeres embarazadas comieran bien. Sin embargo, no tardaron en llegar quejas de la señora Mi, quien afirmaba que mi madre era una burguesa que obtenía un trato especial y consumía preciosos combustibles, tales como la comida, que otros habían de recolectar en el campo. También se la criticaba calificándola de mimada: la presencia de su madre era perjudicial para su reeducación. Mi padre realizó una autocrítica frente a la organización del Partido y ordenó a mi abuela que dejara de cocinar en casa. Aquello disgustó tanto a ella como a mi madre. «¿Acaso eres incapaz de defenderme aunque sólo sea por una vez? -dijo mi madre con amargura-. ¡El niño que llevo dentro es tan tuyo como mío, y necesita alimento!» Por fin, mi padre cedió en parte: mi abuela podría cocinar en casa dos veces a la semana, pero no más. Incluso aquello equivalía a una violación de las normas, dijo.

Por fin, resultó que mi abuela estaba violando una norma aún más importante. Tan sólo a los funcionarios de cierto rango les estaba permitido tener a sus parientes viviendo con ellos, y mi madre no alcanzaba dicha categoría. Dado que nadie recibía salario alguno, el Estado era el responsable de alimentar a aquellos que dependían de él, y procuraba que su cifra no se disparara. A ello se debía que mi padre permitiera que fuera la tía Jun-ying quien mantuviera a su madre. Mi madre señaló que la abuela no tenía por qué constituir una carga para el Estado, ya que poseía suficientes joyas como para mantenerse a sí misma, y además había sido invitada a quedarse en casa de la tía Jun-ying. La señora Mi dijo que mi abuela no tenía por qué estar allí en primer lugar y que debía regresar a Manchuria. Mi padre se mostró de acuerdo.

Mi madre discutió acaloradamente con él, pero él dijo que las normas eran las normas, y que personalmente haría lo posible para que éstas se observaran. En la antigua China, uno de los principales vicios había sido el hecho de que los poderosos se hallaban por encima de las normas, por lo que uno de los pilares fundamentales de la revolución comunista era que los funcionarios debían someterse a ellas al igual que todos los demás. Mi madre se echó a llorar. Tenía miedo de abortar de nuevo. ¿No querría mi padre tener en cuenta su seguridad y permitir que mi abuela se quedara hasta después del parto? Él continuó negándose. «La corrupción empieza siempre con detalles pequeños como éste. Éstas son la clase de cosas que pueden acabar desgastando nuestra revolución.» Mi madre no halló ningún argumento que pudiera convencerle. No tiene sentimientos, pensó. No antepone mis intereses. No me ama.

Mi abuela hubo de partir, cosa que mi madre jamás habría de perdonar a mi padre. La anciana había pasado con su hija poco más de un mes después de pasar dos meses viajando a través de China con grave riesgo de su vida. Le asustaba la posibilidad de que mi madre pudiera abortar de nuevo, y no confiaba en los servicios médicos de Yibin. Antes de marcharse, fue a ver a mi tía Jun-ying y la saludó con un solemne kowtow, diciendo que dejaba a mi madre a su cargo. Mi tía también se sentía apesadumbrada. Estaba preocupada por mi madre, y hubiera querido que la abuela estuviera allí durante el parto. Intercedió por ella ante su hermano, pero éste no se dejó conmover.

Con el corazón lleno de amargura y los ojos llenos de amargas lágrimas, mi abuela descendió lentamente hasta el muelle en compañía de mi madre, dispuesta a abordar el pequeño barquichuelo que habría de transportarla de nuevo Yangtzé abajo como inicio del largo e incierto viaje de regreso a Manchuria. Mi madre permaneció en la orilla, agitando la mano mientras la embarcación desaparecía entre la niebla y preguntándose si volvería a ver alguna vez a su madre.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Cisnes Salvajes»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Cisnes Salvajes» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Cisnes Salvajes»

Обсуждение, отзывы о книге «Cisnes Salvajes» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x