Orhan Pamuk - Me Llamo Rojo

Здесь есть возможность читать онлайн «Orhan Pamuk - Me Llamo Rojo» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Me Llamo Rojo: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Me Llamo Rojo»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Me llamo Rojo nos introduce en el esplendor y la decadencia del Imperio Turco, una potencia que llegó hasta las puertas de Viena. Viajamos hasta el siglo XVI, el sultán desea inmortalizar su figura en un lienzo, pero la ley islámica lo prohíbe. La tentación vence y cuatro artistas trabajarán en secreto, elaborando un libro lleno de imágenes nunca antes pintadas. Hasta que uno de ellos desaparece.

Me Llamo Rojo — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Me Llamo Rojo», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Uno de los ladrones que habían matado al correo y que me llevaban cruzando montañas y ciudades demostraba de vez en cuando la suficiente delicadeza como para darse cuenta de mi valor y comprender que resulta más placentero mirar la imagen de un árbol que un árbol en sí, pero como no sabía qué parte de qué historia era dicho árbol, se aburría rápidamente de mí. El bandido no me rompió ni me tiró después de haberme llevado de ciudad en ciudad, tal y como yo me temía, sino que me vendió en una posada a un hombre refinado a cambio de una jarra de vino. Aquel pobre hombre lloraba algunas noches y me miraba a la luz de las velas. Cuando murió de melancolía, vendieron sus posesiones. Gracias al maestro narrador que me compró entonces, he podido llegar hasta Estambul. Ahora soy muy feliz, me siento honrado de estar esta noche entre vosotros, ilustradores y calígrafos de manos milagrosas, ojos de águila, voluntad de hierro, muñecas airosas y almas sensibles del Sultán Otomano, y os ruego, por el amor de Dios, que no creáis a los que dicen que fui dibujado a toda prisa por un maestro pintor para que me colgaran en una pared.

¡Ved qué otras mentiras, calumnias y desvergonzadas insinuaciones se cuentan! Anoche mi maestro colgó aquí mismo la imagen de un perro y narró la historia de ese sinvergüenza, y mientras tanto contó también las aventuras de un religioso de Erzurum, un tal Husret. Ahora, los seguidores de su Excelencia el maestro Nusret de Erzurum lo han malinterpretado todo; supuestamente, lo criticábamos a él. ¿Cómo podríamos decir que no se sabe quién es el padre de un predicador tan ilustre como Su Excelencia? ¡Por Dios! ¿Cómo se nos va a pasar por la cabeza semejante cosa? ¡Pero qué manera de retorcer las cosas, qué insinuación tan malvada! Ya que Husret de Erzurum y Nusret de Erzurum se confunden, os voy a contar la historia del maestro Nedret de Sivas, el Bizco, y el árbol.

Este maestro Nedret el Bizco de Sivas, además de maldecir el amor a los efebos y el arte de la pintura, afirmaba que el café era obra del Diablo y que el que lo tomara iría al Infierno. ¡Eh, tú, el de Sivas! ¿Se te ha olvidado cómo se me dobló esta enorme rama? Os lo voy a contar, pero juradme que no se lo repetiréis a nadie para que Dios os proteja de las calumnias. Una mañana eché un vistazo y vi que el susodicho y un gigantón grande como un alminar y con garras de león, que Dios nos proteja, se habían subido a esta rama mía y se habían ocultado entre las hojas y allí estaban, perdonad la expresión, dale que te pego. Mientras se beneficiaba a nuestro amigo, el gigante, luego comprendí que era el mismísimo Demonio, le besaba tiernamente las orejas y le susurraba al oído: «El café es impuro, el café es pecado…». Según eso, el que cree que el café es dañino no cree en los preceptos de nuestra hermosa religión sino en las sugerencias del Diablo.

Por último os voy a hablar de los pintores francos, para que, si hay entre vosotros algún degenerado al que le gustara ser como ellos, le sirva de aviso. Bien, estos pintores francos pintan de tal manera las caras de sus reyes, sacerdotes, señores, e incluso señoras, que si miráis la pintura luego podríais reconocerles por la calle. De hecho, sus mujeres pasean libremente por las calles, así que ya podéis imaginaros el resto. Pero como si esto no bastara, han llevado el asunto más allá. No me refiero al proxenetismo, sino a la pintura…

Un gran maestro franco y otro gran pintor iban paseando por un prado en la tierra de los francos hablando de arte y pintura. De repente se encontraron un bosque. El que era mejor pintor le dijo al otro: «Pintar según las nuevas formas requiere tanta habilidad que si reproduces uno de los árboles de este bosque cualquier curioso que viera la pintura y luego viniera hasta aquí debería poder diferenciar ese árbol de los otros si quisiera».

Yo, esta pobre imagen de árbol que veis, le doy gracias a Dios por no haber sido pintado con semejante intención.

Y no porque tema que de haber sido pintado a la manera de los francos todos los perros de Estambul me habrían tomado por un árbol auténtico y se me habrían meado encima. Sino porque yo no quiero ser un árbol, sino su significado.

11. Me llamo Negro

La nevada comenzó tarde pero continuó hasta el amanecer. Durante toda la noche leí una y otra vez la carta de Seküre. Paseaba inquieto arriba y abajo por la habitación vacía de aquella casa vacía, me acercaba al candelabro y a la luz temblorosa de la pálida vela contemplaba el estremecimiento nervioso de las airadas letras de mi amada, las piruetas que hacían para engañarme, su avance retorcido de derecha a izquierda. De súbito se me aparecía la repentina apertura de los postigos y la cara de mi amada surgiendo ante mí y su sonrisa triste. En cuanto vi su verdadero rostro olvidé todas aquellas caras continuamente cambiantes que había llevado en mi mente durante los últimos seis años sólo porque las recordaba como la de Seküre y cuyas bocas del color de la cereza se habían ido ensanchando con el tiempo.

En un momento de la noche me dejé arrastrar por sueños de matrimonio. En mis sueños no tenía la menor duda de la realidad de mi amor, ni de que era correspondido. Y así nos casábamos enormemente felices, pero aquella felicidad que soñaba que viviríamos en una casa con escaleras se fundía como el hielo: no encontraba un trabajo decente y discutía con mi esposa sin conseguir que me escuchara.

Cuando a mitad de la noche comprendí que aquellos sueños oscuros se los debía a las partes de La resurrección de la ciencia de Gazzali, que había leído durante mis noches de soltería en Arabia, en que habla de los perjuicios del matrimonio, se me vino a la cabeza que en esas mismas páginas se hablaba aún más de los beneficios del casamiento. Pero a pesar de todo lo que me esforcé sólo pude recordar dos de aquellos beneficios que tantas veces había leído. Cuando el hombre se casaba alguien ponía en orden los asuntos domésticos, pero en la casa de las escaleras de mis sueños no había el menor orden.

Segundo, casándome me libraba del sentimiento de culpabilidad de tener que masturbarme o, todavía peor, de tener que arrastrarme por callejones oscuros tras algún proxeneta buscando una prostituta.

Ese pensamiento de liberación me trajo a la mente, a una hora ya bastante avanzada de la noche, la idea de masturbarme. Con el deseo inocente de quitarme de la cabeza cuanto antes esa obsesión me aparté hasta un rincón del cuarto como solía, pero pasado un rato comprendí que no podría hacerlo. ¡Después de doce años volvía a estar enamorado!

Aquella prueba irrefutable envolvió mi corazón con una excitación y un temor tales que caminaba por la habitación casi tan tembloroso como la luz de la vela. Si Seküre iba a mostrárseme por la ventana, ¿a cuento de qué venía esta carta totalmente incongruente? Y si la muchacha me despreciaba de aquella manera, ¿para qué me mandaba llamar su padre? ¿A qué jugaban conmigo el padre y la hija? Paseaba arriba y abajo por el cuarto y sentía que la puerta, las paredes y el suelo chirriante intentaban darme respuesta con sus crujidos, tartamudeando como yo, a cada una de mis preguntas.

Miré la ilustración que había hecho hacía tantos años, aquella que describía cómo Sirin había visto colgada de la rama de un árbol la imagen de Hüsrev y se había quedado prendidamente enamorada de él. La había pintado inspirándome en la misma ilustración que había en un libro mediocre llegado de Tabriz que había caído en manos de mi Tío. El hecho de mirar la pintura ni me avergonzó, tal y como me había ocurrido en los años siguientes cada vez que la recordaba (a causa de la tosquedad tanto de la pintura como de la declaración de amor), ni me trajo de vuelta los recuerdos de mi juventud feliz. Poco antes del amanecer conseguí dominar mi mente y vi en el hecho de que Seküre me devolviera la pintura un movimiento en el juego de ajedrez del amor que estaba organizando magistralmente para mí. Me senté y a la luz del candelabro le escribí una carta de respuesta.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Me Llamo Rojo»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Me Llamo Rojo» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Me Llamo Rojo»

Обсуждение, отзывы о книге «Me Llamo Rojo» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x