Isabel Allende - La Suma de los Días
Здесь есть возможность читать онлайн «Isabel Allende - La Suma de los Días» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.
- Название:La Suma de los Días
- Автор:
- Жанр:
- Год:неизвестен
- ISBN:нет данных
- Рейтинг книги:5 / 5. Голосов: 1
-
Избранное:Добавить в избранное
- Отзывы:
-
Ваша оценка:
- 100
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
La Suma de los Días: краткое содержание, описание и аннотация
Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Suma de los Días»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.
La Suma de los Días — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком
Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Suma de los Días», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.
Интервал:
Закладка:
«Ayúdanos, Paula, mira que esto no es broma», te pedí, pero no sé si me oíste.
NADA QUE AGRADECER
El desastre -no se me ocurre otra palabra para definirlo- se desencadenó a finales de noviembre, el día de Acción de Gracias. Cierto, parece irónico, pero uno no escoge las fechas para estas cosas. Willie y yo regresamos a California lo más deprisa que pudimos, pero conseguir vuelos, cambiar los pasajes y atravesar medio planeta nos tomó más de tres días. Aquella noche en que Celia me despertó, alcancé a decirle a Willie de qué se trataba, pero estaba dormido, no me oyó y a la mañana siguiente debí repetírselo. Le dio risa.
«Esta Celia es una bala suelta de cañón», me dijo, sin medir las consecuencias que el anuncio de mi nuera tendría para la familia. Tabra debía seguir viaje a Bali, así es que nos despedimos sin muchas explicaciones. Al llegar a San Francisco, Celia estaba esperándonos en el aeropuerto, pero nada dijimos al respecto hasta que nos hallamos a solas; no era una confidencia que ella estuviese dispuesta a hacer frente a Willie.
– Nunca imaginé que me iba a pasar esto, Isabel. Acuérdate de lo que yo pensaba de los gays -me dijo.
– Me acuerdo, Celia, cómo se me iba a olvidar. ¿Ya te acostaste con ella?
– ¿Con quién?
– Con Sally, con quién va a ser.
– ¿Cómo sabes que es ella?
– Ay, Celia, no hay que verse la suerte entre gitanos. ¿Se acostaron?
– ¡Eso no es lo importante! -exclamó con los ojos ardientes.
– A mí me parece muy importante, pero puedo estar equivocada… Las calenturas se pasan, Celia, y no vale la pena destruir un matrimonio por eso. Estás confundida por la novedad, eso es todo.
– Estoy casada con un hombre estupendo y tengo tres hijos que no soltaré jamás. Puedes imaginarte cuánto lo he pensado antes de decírtelo. Una decisión así no se toma a la ligera. No quiero herir a Nico y a los niños.
– Es curioso que me lo confieses a mí, que soy tu suegra. ¿No será que inconscientemente…?
– ¡No me vengas con vainas psicológicas! Tú y yo nos contamos todo -me interrumpió. Y era cierto.
Soporté una semana de brutal ansiedad, pero nada comparado con la angustia de Celia y Sally, quienes debían decidir su futuro. Habían vivido en la misma casa, trabajaban juntas, compartían niños, secretos, intereses y diversiones, pero de carácter eran muy diferentes y tal vez en eso consistía la mutua atracción. La Abuela Hilda me había hecho notar que «estas niñas se quieren mucho». Callada, discreta, casi invisible, a la Abuela nada se le pasaba por alto. ¿Quiso advertirme? Imposible saberlo, porque esa vieja prudente nunca habría hecho un comentario malicioso.
Me debatí en la confusión de cargar con aquel secreto mientras preparaba el pavo del día de Acción de Gracias con una receta nueva que mi madre me había mandado por carta. Se ponía un montón de hierbas en la licuadora con aceite de oliva y limón, luego se le inyectaba con una jeringa esa mezcla verde entre cuero y carne al pájaro y se dejaba macerar por cuarenta y ocho horas.
Sally renunció al empleo en mi oficina, pero nos veíamos casi a diario cuando yo visitaba a mis nietos, porque ella pasaba mucho tiempo en esa casa. Yo procuraba no clavar los ojos en ella y Celia cuando estaban juntas, pero si se rozaban por casualidad, me daba un
brinco el corazón. Willie, aturdido por el largo viaje a la India y la resaca de la infección intestinal, se mantuvo al margen con la esperanza de que las pasiones se disolvieran en el aire.
Por fortuna, conseguí cita con mi psicólogo, a quien no veía desde hacía tiempo porque se había trasladado al sur de California, pero había venido a San Francisco a pasar las fiestas con su familia. Nos encontramos en una cafetería, puesto que ya no tenía su despacho, y mientras él saboreaba su té verde y yo mi capuchino, lo puse al tanto de la telenovela familiar. Me preguntó si acaso estaba demente, que cómo se me ocurría hacer de celestina en una situación semejante; ése no era un secreto que me correspondiese guardar.
– Usted es la figura de la madre, en este caso es un arquetipo: madre de Nico, madrastra de Jason, suegra de Celia, abuela de los niños. Y futura suegra de Sally, si esto no hubiese ocurrido -me explicó.
– Lo dudo, creo que Sally no se habría casado con Jason.
– Ésa no es la cuestión, Isabel. Debe enfrentarlas y exigirles que confiesen la verdad a Nico y Jason. Deles un plazo breve. Si no lo hacen, tendrá que hacerlo usted.
Seguí el consejo y el plazo se cumplió justo durante el fin de semana largo del día de Acción de Gracias, sagrado para los estadounidenses.
Con el pretexto de las fiestas, la familia iba a juntarse por primera vez en meses, incluido Ernesto, quien nos anunció que se había enamorado de una compañera de trabajo, Giulia, y la traía a California para presentarla a la familia. El momento era muy poco propicio. Llegaría él primero de Nueva Jersey y Giulia aparecería al día siguiente, lo que nos daba un poco de tiempo para preparar los ánimos. Menos mal que Fu, Grace y Sabrina iban a celebrar en el Centro de Budismo Zen, así habría tres testigos menos. Willie y yo estábamos tan ofuscados que no podíamos ayudar ni con un consejo. No me explico cómo sobrevivimos sin violencia durante ese horrendo fin de semana. Celia se encerró con Nico y no sé cómo se lo dijo, porque no había manera de hacerlo con diplomacia o de evitar la paliza emocional de semejante noticia. Sería imposible no herirlo a él y a los niños, como ella tanto temía. Creo que al principio Nico no se dio cuenta cabal del alcance de lo que había sucedido y pensó que las cosas podrían barajarse con imaginación y tolerancia. Pasarían semanas, tal vez meses, antes de que comprendiera que su vida había cambiado para siempre.
Jason y Sally estaban separados no sólo por la distancia geográfica, sino también por el hecho de que tenían poco en común. Era difícil imaginar a Sally haciendo vida nocturna y bohemia entre intelectuales en el caos de Nueva York, o a Jason en California, vegetando en el seno de la familia y aburrido a muerte. Muchos años más tarde, hablando de esto con ambos, las versiones se contradicen. Jason me aseguró que estaba enamorado de Sally y convencido de que se casarían, por eso perdió la cabeza cuando ella lo llamó por teléfono para contarle lo ocurrido.
«Tengo algo que decirte», le anunció. Él pensó de inmediato que le había sido infiel y sintió una oleada de rabia, pero supuso que no era algo demasiado serio, ya que estaba dispuesta a confesarlo. Ella logró articular las frases para explicarle que se trataba de una mujer, y Jason respiró aliviado porque creyó que no enfrentaba realmente a un rival, eran tonterías que hacen las mujeres por curiosidad, pero entonces ella agregó que estaba enamorada de Celia. A Jason la doble traición le pegó como un garrotazo. No sólo perdía a quien creía ser todavía su novia, también perdía a una cuñada que quería como a una hermana. Se sintió burlado por las dos mujeres y también por Nico, porque no había podido impedirlo. El fin de semana maldito Jason apareció en la casa; estaba flaco, había perdido no sé cuántos kilos, y demacrado. Venía con una mochila a la espalda, sin afeitarse, con los
dientes apretados y olor a alcohol. Tuvo que enfrentar la situación sin apoyo, porque cada uno andaba perdido en sus propias pasiones.
Sally recogió en el aeropuerto a Ernesto, que venía de Nueva Jersey, donde vivía desde 1992, cuando te trajimos enferma a California, y se lo llevó a tomar un café para prevenirlo de lo que sucedía; no podía aterrizar de sopetón en el melodrama, creería que nos habíamos vuelto todos locos. ¿Cómo se lo explicaría él a Giulia? Su novia era una rubia alta y parlanchina, de ojos celestes, con esa frescura de la gente que confía en la vida. Las Hermanas del Perpetuo Desorden habíamos rezado durante varios años para que Ernesto encontrara un nuevo amor y Celia te había encargado la misma tarea, que no sólo cumpliste, sino que de paso nos hiciste un guiño desde el Más Allá: Giulia nació el mismo día que tú, el 22 de octubre, su madre se llama Paula y su padre nació el mismo día y año que yo. Demasiadas coincidencias. No puedo menos que pensar que la escogiste para que hiciera feliz a tu marido. Ernesto y Giulia disimularon lo mejor posible su desconcierto ante el descalabro familiar. A pesar de las dramáticas circunstancias que se vivían, dimos el visto bueno a Giulia de inmediato: era perfecta para él, fuerte, organizada, alegre y cariñosa. Según Willie, no valía la pena que nos molestáramos, puesto que esa pareja no necesitaba la aprobación de una familia con la que no tenía lazos de sangre.
Читать дальшеИнтервал:
Закладка:
Похожие книги на «La Suma de los Días»
Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Suma de los Días» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.
Обсуждение, отзывы о книге «La Suma de los Días» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.