Lisa Scottoline - Gente Legal

Здесь есть возможность читать онлайн «Lisa Scottoline - Gente Legal» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Gente Legal: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Gente Legal»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

A Mark lo asesinaron alrededor de las doce de la noche, mientras trabajaba en un acuerdo, un contrato para la liquidación del bufete que había fundado con Bennie Rosato, horas después de anunciar a su socia y ex amante su determinación de constituir su propia empresa. A medianoche Bennie remaba sola en la oscuridad, en la quietud del río, tratando de recobrar la calma, ajena a cuanto sucedía en el despacho y a la sórdida trampa que le habían tendido.
«Una novela trepidante que dejará sin aliento al lector más valiente.»

Gente Legal — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Gente Legal», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Ya está bien de darme órdenes.

– No puedo evitarlo. Soy la jefa.

– No lo eres. Somos socios.

Sonreí.

– ¿Ahora somos socios? Debo pensármelo.

– Rosato y Wells está bien para mí. Sé lo tímida que eres.

Entonces lo oí. Un gluglú que podía identificar hasta durmiendo. Se me aceleró el corazón. Esperé esperanzada.

– -Las toallas de papel están…

– Las encontré -dijo, y yo me hundí aún más bajo las mantas en una espera deliciosa. La vida era una belleza. Era difícil encontrar un hombre con todas esas aptitudes. Dudé de que siguiera buscando. El aroma de su perfecto café llegó con él.

– ¡Dios santo, eres muy mal educada! -dijo Grady en calzoncillos y portando un termo que nos habíamos llevado de Homicidios cuando fui a buscarlo. Era lo menos que nos podían dar. Y ahora estaba lleno hasta el tope.

– ¡Café! -Me senté de inmediato y me dispuse a beber, sedienta. El primer sorbo me acarició la lengua. Era mi tercer orgasmo en ocho horas.

– Bébelo rápido. Tenemos que hacer algo importante. -Grady tomó asiento sobre la cama y me sonrió.

– -¿Más importante que el café?

– -Sin la menor duda.

– -¿Qué podría ser más importante que el café? --Volví a poner pose de mujer fatal, pero Grady no reaccionó.

– -¿Piensas que me refiero al sexo? De ningún modo. --Sacó unos pantalones del armario y se los puso--. Bebe y vístete.

– -¿Qué?

– Está todo arreglado. Lo hice mientras dormías. -Encontró una camisa-. Tenemos que ir a un sitio.

– -¿A dónde?

– Ya verás -dijo, y hasta Bear levantó sus orejas, intrigada.

Diez minutos después, yo estaba atrapada por uno de los abrazos de osa de Hattie, aplastada torpemente contra una miscelánea de brillantes naipes que lucía sobre el pecho.

– Estoy tan feliz de verte, tan feliz… -dijo-. Gracias a Dios que estás en casa. Gracias a Dios.

– -Todo está bien. Ya ha pasado. --La abracé lo más fuertemente que pude. Había llegado a casa demasiado tarde para pasar por el piso de mi madre y no estaba dispuesta a verla en aquel momento. Había pensado lidiar con ella tras una buena noche de sueño, pero Grady había hecho otros planes. Sin mi permiso.

– -Entrad --dijo Hattie; luego dio un paso atrás y se secó los ojos con la manga de su camiseta-. Entrad, vosotros dos. Ella está en su habitación.

– ¿Cómo se siente?

– Ya lo verás. -Hattie cerró la puerta del apartamento y echó tal mirada a Grady que me hizo lanzar una carcajada.

– ¿Habéis estado conspirando?

Hattie sonrió.

– Grady y yo somos viejos amigos. ¿Verdad, Grady?

Él asintió.

– Nos criamos a menos de quince kilómetros de distancia. ¿Lo sabías, Bennie? Hattie creció cerca de la frontera de Georgia y yo nací en Murphy, al otro lado de la frontera.

Hattie me cogió un brazo.

– -Tuvimos una larga charla telefónica. Ahora, vete a ver a tu madre. Está despierta.

Grady me cogió el otro brazo.

– Así es, Bennie. Yo quiero conocerla.

Con cierta desgana, dejé que me llevaran.

– ¿Tenemos que hacerlo ahora? ¿Qué le voy a decir? Lamento que te enviara a…

– Di lo primero que se te ocurra -dijo Hattie. Bear trotaba tras sus zapatillas de noche mientras cruzábamos la sala-. ¿Sabías que tu madre estaba al tanto de todo lo del asesinato de Mark?

– ¿De verdad?

– -Dijo que se lo habías contado todo de noche. --Llegamos a la puerta del dormitorio, que estaba un poco abierta, y Hattie la abrió del todo.

– -Oh, por Dios -me oí decir ante el espectáculo tan inusual.

Una suave brisa matinal entraba por la ventana abierta haciendo mover las cortinas. La habitación estaba llena de luz y aireada, con un ligero olor a flores. Mi madre estaba sentada en una silla al lado de la cama, quieta y calma, leyendo un periódico, FUSIÓN DE EMPRESAS, decía el titular sobre las fotos de Renee y de Eve. Tenía el cabello peinado con suaves ondulaciones y vestía pantalones y una blusa blanca. No se apercibió que yo estaba en el umbral, maravillada.

– ¿Está… curada? -susurré.

– Aún no, pero está cerca -dijo Hattie en voz baja-. Carmella, cariño -dijo-. Mira quién ha llegado a casa.

Mi madre levantó la vista del diario y sus ojos ojerosos apenas se abrieron de la sorpresa.

– -Benedetta.

Su voz me tocó una cuerda enterrada en lo más profundo. La única que me llamaba Benedetta era mi madre y sentí que el sonido hacía eco dentro de mí. Benedetta. Me resonaba en el pecho. Llamándome para cenar o para jugar. Para que me subiera sobre su regazo. Benedetta.

– -Benedetta, estás libre --dijo.

Se me enrojecieron los ojos. Se me hizo un nudo en la garganta. Me latió con fuerza el corazón. No sabía cuánta razón tenía. Y yo, tampoco.

Hasta ese momento.

41

Las estanterías de caoba llenas de informes del Tribunal Supremo rodeaban el inmenso y silencioso despacho. Su escritorio era de estilo colonial auténtico, el llamado lowboy, y solo tenía encima un jarrón Waterford lleno de plumas blancas de ave. Había tres teléfonos sobre varias superficies lacadas, pero ninguno había sonado en toda la mañana. No había ningún ordenador a la vista, pero sí una caja de bombones Godiva sobre la mesita de café. Al lado de un gato.

– -Es una belleza --dijo Grun. Nos sentamos en un sofá cubierto con una funda de damasco azul marino.

– -Y ya se lo he entrenado para hacer sus necesidades. -No mencioné que prefería como papel los informes jurídicos. No quise poner en peligro mi suerte.

– Me hace acordarme de mi Tiger. Tenía un color de piel parecido.

– Creía que Tiger tenía rayas.

– -Por debajo de las rayas, era parecida. Amarronada.

– Pues es suyo si lo quiere. Ahora necesita un hogar, ya que su dueño está… de vacaciones. -No le dije que Sam estaba en pleno tratamiento de rehabilitación, ya que todo el mundo en la empresa creía que estaba en Disney World, dada su afición a los cómics.

– -¿Crees que le caigo bien? --Le hizo cosquillas a Jammie 17 con su arrugado dedo índice, pero el gato prefirió una Mont Blanc negra que había al lado.

– Por supuesto que sí. ¿Cómo podría ser de otra manera?

– A ti yo no te caía nada bien -dijo con cierto resentimiento.

– Ya se lo he dicho. Eso fue antes de que lo conociera de verdad. -Habíamos pasado la mañana juntos. Yo le confesé mi engaño en el papel de Linda Frost y el Grande y Poderoso me había perdonado después de hacerme jurar que devolvería a la empresa el valor de mi vestido de buscona y de los bocadillos de atún.

– No me parece que le gusté. No me presta ninguna atención.

– -Lo hará con el tiempo.

– -Tengo ochenta y dos años, Bennie. No tengo mucho tiempo.

– Basta de eso. -No quise pensarlo. Había tenido suficientes muertes como para que me duraran toda la vida.

Miró a Jammie 17 revolcarse encima de la mesa jugando con la estilográfica con su patita peluda.

– Sin duda, es juguetón. Tiger también lo era. Era igual de pequeña cuando me la dieron. -Marcó unos quince centímetros en el aire con las manos-. Le encantaba el requesón.

– Lo recuerdo. Usted me lo dijo.

– -¿Qué le gusta a este gato?

– Pues… galletas Snickers y Coca-Cola de dieta.

– -Estás bromeando.

– -Pues sí. --Si supiera…--. Le gusta el salmón. Sólo lo mejor para el pobre gatito.

Guardó silencio.

– -Debo decirte, Bennie, que no supe qué pensar cuando vi tu nota… --Se refería a la que le había dejado cuando se quedó dormido en la sala D de reuniones. Estaba arrugada entre nosotros sobre la mesita de café, una sola página de papel amarillo en la que yo había escrito mi mensaje.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Gente Legal»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Gente Legal» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Lisa Scottoline - Save Me
Lisa Scottoline
Lisa Scottoline - Falsa identidad
Lisa Scottoline
Lisa Scottoline - Look Again
Lisa Scottoline
Lisa Scottoline - Think Twice
Lisa Scottoline
Lisa Scottoline - Daddy's Girl
Lisa Scottoline
Lisa Scottoline - Devil's corner
Lisa Scottoline
Lisa Scottoline - Dead Ringer
Lisa Scottoline
Lisa Scottoline - Killer Smile
Lisa Scottoline
Lisa Scottoline - Mistaken Identity
Lisa Scottoline
Lisa Scottoline - Legal Tender
Lisa Scottoline
Отзывы о книге «Gente Legal»

Обсуждение, отзывы о книге «Gente Legal» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x