Diane Liang - El Ojo De Jade

Здесь есть возможность читать онлайн «Diane Liang - El Ojo De Jade» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Ojo De Jade: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Ojo De Jade»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La moderna y emprendedora Mei acaba de abrir una agencia privada de detectives en pleno corazón de Pekín. Esta mujer joven es un símbolo evidente del gran cambio cultural y ecónomico que está viviendo China. Al volante de su Mitsubishi rojo, y con un hombre como secretario, Mei está preparada para su nuevo trabajo. Cuando un cliente le pide que encuentre un valioso jade de la dinastía Han sustraído de un museo en plena Revolución Cultural, Mei se verá obligada a profundizar en ese oscuro periodo de la historia de China.
La investigación de Mei revela una trama que tiene mucha más relación con el pasado y la historia de su propia familia de lo que podría haber esperado. Esto la llevará a la trastienda de Pekín y a un secreto tan bien guardado que, desenterrarlo, amenazará con destruir lo que Mei consideraba sagrado…

El Ojo De Jade — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Ojo De Jade», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

La siguieron hasta el final del vestíbulo, hasta la última puerta a su izquierda.

La sala apestaba a tabaco y alcohol. Mei vio un grupo de siluetas. Una pareja se abrazaba en el sofá de la esquina. Una chica con un qipao azul se inclinaba sobre la máquina de karaoke; las aberturas laterales del vestido revelaban hasta las ligas sus blancas piernas. Un hombre cantaba por un micrófono, otro sostenía con una mano una botella de cerveza y con la otra hacía gestos de director de orquesta.

– ¡Mirad quién ha venido! -gritó Hermana Mayor Hui.

La mano del director de orquesta se quedó en el aire. La pareja de la esquina se separó. El que cantaba dejó de cantar y se volvió hacia ellas; dos mechones de pelo mojados de sudor le caían por la frente. Su camisa blanca, con los dos últimos botones abiertos, mostraba un cuerpo en forma.

Sus ojos se encontraron con los de Mei.

Yaping se acercó con pasos largos, agarrado todavía al micrófono. En la pantalla del karaoke la letra de una canción de amor se iba dibujando en silencio.

– Hola -dijo.

Mei recordó la suave voz que una vez, hacía mucho tiempo, había conmovido su corazón.

– Ven a sentarte -le ofreció la mano-. Me alegro de verte.

Mei no le cogió la mano. Se dirigió al sofá de cuero de color crema, evitando su mirada. Le dijo hola al director de orquesta, que se había sentado a beber cerveza y a fumar. Saludó también de lejos al hombre delgado que estaba en el rincón y a la adolescente de pelo de punta que él presentó como su novia. Hacía años que Mei no veía a Liang Yi. Seguía siendo abrumadoramente guapo, y seguía siendo un donjuán.

– Hermana Mayor Hui, te debo una -Yaping se volvió sonriente hacia Hermana Mayor Hui-. ¿Qué te apetece beber? ¿Y comer?

Antes de que ella pudiera responderle ya se había vuelto hacia la chica que había estado manejando la máquina de karaoke:

– Señorita, ¿podría traernos otra bandeja de fruta y unas lenguas de pato especiales de la casa? Y más cerveza y más vino.

La camarera cimbreó su menuda cintura y salió. Súbitamente una puerta lateral se abrió de una sacudida y la voz tonante de Guang salió de los lavabos:

– ¡Su madre, no se quita! -tenía el pecho empapado. Llevaba en la mano una camisa blanca que se había vuelto rosa. Lanzó una mirada feroz a la sala-. ¿Por qué tanto silencio? ¿Quién ha dejado de cantar? -vociferó. Tenía la cara y los ojos rojos.

– Ay, Guang, ¡estás borracho! -chilló Hermana Mayor Hui.

– No: sólo huelo como si lo estuviera -rió él, agitando un dedo hacia ella.

Cuando vio a Mei se tropezó, con gran crujir de huesos. -Mei, no le dejas dignidad a mi hermano. Mira que no venir, después de cientos de miles de llamadas… ¿Sigues teniéndotelo tan creído?

Yaping le puso la mano en el hombro:

– Tranquilo -le dijo con calma.

Guang le hizo un gesto como diciendo «Ya sé». Estiró sus largas piernas, suspirando tristemente.

– ¡Eh, me he perdido la diversión! -exclamó Hermana Mayor Hui-. ¿Quién quiere cantar conmigo? Guang, tú y yo, a dúo.

Ante esa propuesta, Guang se animó. Se acercaron a la máquina para elegir una canción.

Dos camareras trajeron más comida y bebida: cuencos de nueces, melón, pina, fresas, y fuentes de fiambres. Ambas camareras lucían idénticos qipao de color azul imperial e idénticas sonrisas amplias. Una era alta, de pelo largo y guapa; la otra era corriente y tenía el pelo corto.

– ¿Todavía no bebes cerveza? -dijo Yaping con una sonrisa, sentándose junto a Mei. Ella casi podía tocar su cálido aliento. Su cara había cambiado muy poco, pero su expresión había madurado.

– Todavía no -dijo Mei, devolviéndole la sonrisa.

Se había roto el hielo.

Hermana Mayor Hui y Guang eran viejos compañeros de canto que solían representar a sus departamentos en los concursos. Nueve años después, todavía eran capaces de cantar en armonía.

Yaping sirvió un vaso de vino tinto para Mei.

– Espero que te guste. Aquí la carta de vinos es bastante escasa -se disculpaba como si fuera culpa suya no poder ofrecerle nada mejor.

Mei dio un sorbo y dejó el vaso. Tampoco era bebedora de vino.

– Me sorprendió enterarme de que ahora eres detective privada.

– ¿Por qué? ¿Es que no puedo ser detective? -preguntó Mei, con los ojos chispeantes.

– No, si no pretendía ser una crítica. En algunos aspectos estoy seguro de que eres muy buena detective, inteligente y extremadamente racional. Es sólo que no me parece que seas una persona a quien le interese la vida de la gente. En la universidad nunca fuiste realmente parte de la clase ni te implicaste en lo que pasaba a tu alrededor. Mucha gente pensaba que eras una orgullosa. Yo te veía aislada pero contenta de estarlo, ¿me equivoco?

Mei se encogió de hombros.

– ¿Cómo te decidiste a convertirte en sabueso? -Yaping le puso unos cuantos fiambres en el plato.

– Me pareció lo más lógico que podía hacer. Había estado metida en trabajos policiales. Cuando dejé el ministerio pensé en intentar hacerlo de forma privada.

– ¿Por qué dejaste el ministerio?

– Es una larga historia y no me apetece contarla, ¿vale?

– Entiendo -dijo Yaping.

El vino tinto y las lenguas de pato en adobo se entremezclaban, penetrantes y apetitosos. Yaping se puso más cerca.

– ¿Por qué no me cuentas más de tu trabajo? ¿Qué haces, pinchar teléfonos?

Mei se rió.

– No, pinchar teléfonos es ilegal. Aunque también es ilegal tener una agencia de detectives. Nos las arreglamos como podemos. Lo que sí hago a veces es seguir a gente. Y también hago vídeos y fotos.

– ¡Ajá: la fotografía! Me acuerdo: te gustaba fotografiar la naturaleza. Pero tu madre no estaba muy contenta con eso; ella habría preferido que te relacionases más con la gente.

La mención de su madre, como una piedra arrojada al agua en calma, le perturbó el ánimo. De pronto oyó a Guang: tenía el brazo alrededor de la cintura de la camarera de aspecto corriente y cantaba a grito pelado. Abandonado en el sofá, su busca estaba sonando, y no era la primera vez: su mujer se tenía que estar irritando. Hermana Mayor Hui sostenía una acalorada discusión con el director de orquesta. El donjuán y su novia habían vuelto a su besarse y manosearse.

Yaping no advirtió el cambio de humor de Mei.

– ¿Recuerdas esas excursiones a la montaña que hacíamos para fotografiar el mundo silvestre? Te emocionabas tanto que apenas reparabas en mí. Y los picnics que hicimos. Llevábamos las tarteras de aluminio llenas de zumos de esos aguados con burbujas, que de zumo no tenían nada, ¿no crees?: puros químicos tóxicos. Pero cómo echo de menos su sabor; los estoy buscando desde que he vuelto, pero parece ser que ya no los hacen.

Llegó el té, pero Mei había perdido el apetito.

– Lo siento, me tengo que ir a casa -dijo con tristeza. Sintió cómo la soledad pesaba de pronto sobre ella-. Mi madre está en el hospital. Necesito ir a verla mañana por la mañana.

– ¿Qué le pasa?

– Le dio un ataque. El médico ha dicho que puede que no se recupere.

– Cómo lo siento. No lo sabía.

– Me encantaría quedarme y ponerme a tono, pero… -bajó las largas pestañas. La vida estaba llena de decisiones difíciles.

– Deja que te lleve a casa -dijo Yaping, levantándose.

– No. No puedes dejar así a todos estos amigos. Han venido especialmente para verte.

– Entonces coge mi coche; que mi chófer te deje en casa.

Él le dio la mano, y ella se la cogió. Mirándole a los ojos, sintió cómo las fuerzas se le escapaban. El tacto de su piel era cálido y sugerente.

– ¿Ya te vas? -Hermana Mayor Hui y el director de orquesta se pusieron de pie.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Ojo De Jade»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Ojo De Jade» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Lobsang Rampa - El Tercer Ojo
Lobsang Rampa
James Swallow - Jade Dragon
James Swallow
Ursula Le Guin - El ojo de la garza
Ursula Le Guin
Henning Mankell - El ojo del leopardo
Henning Mankell
Naomi Novik - Throne of Jade
Naomi Novik
libcat.ru: книга без обложки
Diane Liang
Diane Jeffrey - Diane Jeffrey Book 3
Diane Jeffrey
Diane Amos - A Long Walk Home
Diane Amos
Judith Gautier - Le livre de Jade
Judith Gautier
Отзывы о книге «El Ojo De Jade»

Обсуждение, отзывы о книге «El Ojo De Jade» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x