Chuck Palahniuk - Asfixia

Здесь есть возможность читать онлайн «Chuck Palahniuk - Asfixia» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Asfixia: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Asfixia»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Basada en una novela de Chuck Palahniuk (El club de la lucha), "Asfixia" narra la historia de Victor (Sam Rockwell) que para sufragar el caro tratamiento médico en un hospital privado de su madre (Anjelica Huston), se dedica a timar a la gente. Su trabajo diario es representar el papel de un miserable campesino del siglo XVIII en un parque temático de carácter histórico, mientras está tratando de recuperarse de su adicción al sexo.
Pero cuando su cada vez más débil madre insinúa poder revelar la identidad secreta de su perdido padre, Victor recobra la esperanza de encontrar finalmente las respuestas que ha estado buscando. Victor hace amistad con la joven doctora de su madre (Kelly McDonald), quien le lleva a creer que sus orígenes quizás puedan ser mucho más sorprendentemente divinos de lo que jamás pudo nunca haber imaginado.
Así, ¿es todavía Victor Mancini el perdedor sin honor que siempre ha creído que iba a ser durante el resto de su vida o es posible que sea una especie de loco salvador?

Asfixia — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Asfixia», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Te vi -me dice mirándome con un ojo entelado-. ¡La noche del incendio te vi con ellos!

No se puede ganar. Todos los hombres que han pasado por la vida de Eva han sido probablemente su hermano mayor de alguna forma. Lo sepa o no, se ha pasado la vida entera esperando y deseando que los hombres abusen de ella. En serio, incluso momificada dentro de su piel arrugada sigue teniendo ocho años. Se ha quedado ahí. Igual que la plantilla hippiosa de colgados del Dunsboro colonial, en Saint Anthony todo el mundo vive atrapado en el pasado.

Yo no soy ninguna excepción, y tampoco creo que lo seas tú.

Igual de atrapada que Denny en el cepo, Eva se ha quedado pillada en su fase de crecimiento.

– Tú -dice Eva y me señala con un dedo tembloroso-. Tu me has hecho daño en el chichi.

Estos vejestorios colgados.

– Oh, dijiste que era nuestro juego -dice meciendo la cabeza y convirtiendo su voz en un sonsonete-. Que era nuestro juego secreto, pero luego me metiste tu cosota enorme. -Su dedo meñique esquelético continúa señalando al aire en dirección a mi entrepierna.

En serio, la mera idea hace que mi cosota tenga ganas de salir corriendo de la habitación.

El problema es que pasa lo mismo con todo el mundo en Saint Anthony. Otro viejo esqueleto cree que le pedí prestados quinientos dólares. Otra vieja podrida me llama el demonio.

– Y me hiciste daño -dice Eva.

Resulta difícil no venir aquí y asumir la culpa de todos los crímenes de la historia. Dan ganas de gritarle a todas esas caras desdentadas. Sí, yo secuestré a la criatura de los Lindbergh.

Lo del Titanic lo hice yo.

El rollo del asesinato de Kennedy, sí, fui yo.

La trastada aquella de la segunda guerra mundial, aquel chisme atómico que tiraron. ¿Lo adivinas? Fui yo.

¿El virus del sida? Lo siento. Otra vez yo.

La forma correcta de manejar un caso como el de Eva es desviar su atención. Distraerla mencionando el almuerzo o el tiempo o el peinado tan bonito que lleva. Su capacidad de concentración dura un paso del segundero del reloj y luego ya puedes pasar a un tema más agradable.

Salta a la vista que así es como los hombres han estado capeando la hostilidad de Eva durante toda su vida. Simplemente distrayéndola. Dejando pasar el momento. Evitando el enfrentamiento. Escaqueándose.

Así es en gran medida como pasamos la vida. Viendo la televisión. Fumando porquería. Automedicándonos. Desviando nuestra propia atención. Cascándonosla. Negando la realidad.

Todo su cuerpo se inclina hacia delante y su dedo raquítico me señala temblando en el aire.

Al carajo.

Ya tiene un pie en el altar para casarse con la muerte.

– Sí, Eva -le digo-. Te la hincaba. -Y bostezo-. Sí. Cada vez que tenía ocasión, te la metía y te echaba un polvazo.

A esto lo llaman psicodrama. También se puede considerar otra modalidad de abandono de abuelita.

Su dedo retorcido se encoge y su espalda se apoya de nuevo entre los brazos de la silla de ruedas.

– Así que por fin lo admites -dice.

– Pues sí, coño -digo yo-. Tienes un polvazo, hermanita.

Ella se queda mirando un punto ciego del suelo de linóleo y dice:

– Después de tantos años, lo admite.

Estamos haciendo terapia de rol, lo que pasa es que Eva no sabe que es real.

Su cabeza sigue balanceándose en círculos, pero sus ojos se vuelven hacia mí:

– ¿Y no estás arrepentido? -dice.

En fin, si Jesucristo pudiera efectivamente morir por mis pecados, supongo que podría encajar unas cuantas en honor de los demás. Todos tendríamos la oportunidad de hacer de chivo expiatorio. De asumir la culpa.

El martirio de san Yo.

Los pecados de todos los hombres de la Historia aterrizando sobre mis hombros.

– Eva -le digo-, cariño, vida mía, hermanita, amor de mi vida, por supuesto que lo siento. Fui un cerdo -le digo mirándome el reloj-. Lo que pasa es que estabas tan potente que yo no podía controlarme.

Como si me hiciera falta aguantar esta mierda. Eva se me queda mirando con sus ojos hipertiroideos hasta que un lagrimón le brota del ojo y le resbala por la superficie empolvada de su mejilla arrugada.

Yo pongo los ojos en blanco y le digo:

– Muy bien, te hice daño en el chichi, pero hace ochenta puñeteros años de eso, así que supéralo de una vez. Sigue con tu vida.

Entonces levanta sus manos horribles, demacradas y llenas de venas como raíces de árbol o zanahorias mustias, y se tapa la cara:

– Oh, Colin -dice desde detrás de las manos-. Oh, Colin. -Aparta las manos y revela una cara empapada de lagrimones-. Oh, Colin -susurra-. Te perdono. -Deja caer la barbilla sobre el pecho, respirando de forma entrecortada y sollozando, y sus manos espantosas usan el borde del babero para secarse los ojos.

Nos quedamos ahí sentados. Joder, ojalá tuviera un chicle. Mi reloj dice que son las doce y treinta y cinco.

Ella se seca los ojos, se sorbe la nariz y levanta un poco la vista:

– Colin -me dice-, ¿todavía me quieres?

Estos vejestorios de mierda. Joder.

Y por si te lo estás preguntando, no soy ningún monstruo.

Y como si fuera un puto personaje de novela, voy y le digo en serio:

– Sí, Eva -le digo-. Claro que sí. Supongo que todavía puedo quererte.

Eva solloza con la cabeza gacha y todo el cuerpo meciéndose.

– Me alegro mucho -dice con los ojos lagrimeando y una sustancia gris goleándole de la nariz y cayéndole en las manos vacías-. Me alegro mucho -repite, sin dejar de llorar, y puedo oler los trozos masticados de carne picada que se ha guardado como una ardilla en el zapato y el pollo con champiñones que lleva en el bolsillo de la bata. Y además la puñetera enfermera no va a traer nunca a mi madre de vuelta de la ducha, y yo tengo que volver a trabajar en el siglo xviii a la una en punto.

Ya es bastante duro rememorar mi pasado para poder terminar el cuarto paso de mi terapia. Ahora además se está mezclando con el pasado de toda esta gente. Hoy ya ni me acuerdo de qué abogado soy. Me miro las uñas. Le pregunto a Eva:

– ¿Sabes si está por aquí la doctora Marshall? ¿Sabes si está casada?

La verdad sobre mí mismo, quién soy realmente y lo de mi padre. Si mi madre lo sabe, está demasiado bloqueada por los remordimientos para decírmelo.

– ¿No podrías llorar en otra parte? -le pregunto a Eva.

Pero ya es demasiado tarde. La urraca empieza a cantar.

Y no hay forma de que Eva se calle. Sigue llorando y meciéndose, con la cara tapada por el babero, con la pulsera de plástico temblando en la muñeca y diciendo todo el tiempo:

– Te perdono, Colin. Te perdono. Te perdono. Oh, Colin, te perdono…

9

El niño estúpido y su madre adoptiva estaban pasando la tarde en un centro comercial cuando oyeron el aviso. Era verano y estaban haciendo las compras para volver a la escuela, el año que él tenía que hacer quinto de primaria. Ese año que tienes que llevar camisas a rayas para integrarte. De aquello hace un montón de años. Aquella era la primera de sus madres adoptivas.

Rayas verticales, le estaba explicando el niño a la madre adoptiva cuando lo oyeron.

El aviso:

– Doctor Paul Ward -le dijo la voz a todo el mundo-, por favor, reúnase con su mujer en el departamento de cosméticos de Woolworth’s.

Aquella fue la primera vez que su madre fue a buscarlo.

– Doctor Ward, por favor, reúnase con su mujer en el departamento de cosméticos de Woolworth’s.

Aquella era la señal secreta.

De forma que el niño mintió y dijo que tenía que ir al baño, pero en cambio fue a Woolworth’s, y allí, abriendo cajas de tinte para el pelo, estaba su madre. Llevaba una peluca amarilla enorme que hacía que su cara pareciera demasiado pequeña y olía a cigarrillos. Estaba abriendo una caja de tinte usando las uñas y sacando la botella de color marrón oscuro. Luego abrió otra caja y sacó la otra botella. Puso la botella en la primera caja y la devolvió a la estantería. Luego abrió otra caja.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Asfixia»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Asfixia» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


libcat.ru: книга без обложки
Chuck Palahniuk
libcat.ru: книга без обложки
Chuck Palahniuk
libcat.ru: книга без обложки
Chuck Palahniuk
Chuck Palahniuk - Phoenix
Chuck Palahniuk
Chuck Palahniuk - Fight Club
Chuck Palahniuk
Chuck Palahniuk - Pigmeo
Chuck Palahniuk
libcat.ru: книга без обложки
Chuck Palahniuk
libcat.ru: книга без обложки
Chuck Palahniuk
libcat.ru: книга без обложки
Chuck Palahniuk
libcat.ru: книга без обложки
Chuck Palahniuk
libcat.ru: книга без обложки
Chuck Palahniuk
Отзывы о книге «Asfixia»

Обсуждение, отзывы о книге «Asfixia» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x