Y me dice:
– Su pulgar estaba muy limpio.
Ella sigue leyendo:
– «¿Ibas a colonias de verano? (Porque algunos de mis mejores recuerdos de infancia son de las colonias de verano)».
Y sigue leyendo:
– «¿Te gustan las montañas rusas?».
Dice Steve Berra:
– Hace mucho tiempo yo estaba de gira, haciendo skateboard, y me compré Kalifornia en una gasolinera. Recuerdo haber intentado imitar una risa que ella soltaba en una de las escenas. Y es que me dejó flipado. Una simple risita que el personaje de Adele soltaba. Era tan natural y verdadera, y recuerdo haber pasado diez minutos intentando reír como se había reído ella. No la conocía de nada. No conseguía imaginar por qué demonios aquella persona era tan buena.
Tienen puesta una copia en vídeo de la película en su sala de estar y Juliette se dedica a reírse y a señalar todas las líneas de diálogo que improvisó en el rodaje.
Dice Juliette:
– En el guión, mi pequeño personaje, Adele, tenía alguna frase dispersa en alguna escena. Así que me reuní con Dominic Sena y me quedé ñipada con su energía y su visión de la película. Era un tipo muy entusiasta. Así que básicamente me dejó crear el personaje. El noventa por ciento de lo que hago en esa película me lo inventé sobre la marcha. Fue un momento crucial para mí en materia de interpretación, porque tenía que llegar a la mesa con algo, inventar cosas de verdad. Para mí fue mi primer personaje oficial. Aquel pequeño personaje de Adele.
Sigue leyendo:
– «¿Qué te imaginas que le pasa a uno después de que el cuerpo muere? ¿Crees que eres un espíritu con un cuerpo o simplemente un cerebro?».
Y luego:
– «La siguiente pregunta es: ¿cómo explicas que Mozart escribiera sinfonías a los siete años? (Porque yo creo que es un ejemplo perfecto de que el talento creativo lo genera el espíritu)».
Dice Juliette:
– Cuando tienes oportunidad de trabajar con buenos actores, simplemente se crea un universo alternativo de realidad fingida. Es lo inexplicable. Yo creo que es magia. Es pura fe. Mi truco para sentirme segura es la cámara. Conozco el universo de la cámara. Solamente está captando lo que hay aquí. Tengo cierta seguridad o certeza de que puedo ejecutar cosas en este espacio. Es la realidad condensada de la cámara.
»A veces quieres hacer un aparte y decir: “Por cierto, público, cuando rodamos esta escena en realidad eran las tres de la mañana. Estábamos a temperaturas bajo cero en la calle. Y a pesar de ello, yo di todo lo que veis”. Antes de que saliera El cabo del miedo, hice una película que se titulaba Aquella noche. Una historia de amor ambientada en mil novecientos sesenta y dos. Un tipo de los barrios bajos, muy atractivo, muy dulce. Se suponía que yo tenía que conocerlo en plena noche en un muelle de Atlantic City. Hacía un frío de muerte, pero se suponía que era verano. Ya sabes, una de esas noches calurosas. Entretanto, yo estaba amoratada de frío. Me castañeteaban los dientes. Así que tuve que hacer un esfuerzo para que no me temblara la boca, y además, llevaba un vestido de verano. Tenía que abrigarme con una parka hasta que viniera alguien y me dijera: “Vale, ya puedes ponerte”. Entonces me quitaba la parka y me tenía que decir a mí misma: “Caray, qué enamorada estoy…”.
»Cuando estaba trabajando en Abierto hasta el amanecer, la película de vampiros en la que trabajé con George Clooney, George me dijo: “Coño, todos mis amigos me preguntan: ‘Oooh, así que estás trabajando con Juliette. ¿Es verdad que es tan psicótica? ¿Es verdad que es tan apasionada?’”. Y yo no soy nada apasionada, al contrario. Tal vez de joven fuera un poco huraña. Eso a lo mejor puedo admitirlo. La verdad es que mi trabajo no es nada duro. Me meto en él y salgo. Cuando la cámara está rodando, estoy metida. Cuando se apaga, salgo y ya está.
Y dice:
– Cuando la gente se pregunta cómo eres capaz de hacer lo que haces, necesita una explicación. Y les sirve decir: «Vale, lo que te pasa es que estás un poco loca y por eso puedes ser tan apasionada en la pantalla». Necesitan una explicación, pero mi explicación es, simplemente, magia.
Sigue leyendo su lista:
– «¿Alguna vez te ha desconcertado y asustado la anatomía femenina? (Porque a mí sí, y soy la dueña)».
Mientras pasamos en coche por delante del Centro de Celebridades de la Cienciología, me dice:
– Lo importante en la cienciología, el gran lema es: «Lo que es real para ti, es real para ti». Así que no hay dogma. No es más que una filosofía religiosa aplicada. Y dan cursillos, como el «Curso de éxito a través de la comunicación». Tienen cosas que puedes aplicar a tu vida, pero nada de falsedades, nada de rollos robóticos. Puedes ver si funciona o si no. Si funciona, funciona. Es algo que me ha ayudado mucho.
Sigue leyendo la lista:
– «¿Alguna vez has estado atrapado en un desastre natural?».
Sigue leyendo:
– «¿Alguna vez has tenido unas sandalias Birkenstock?».
Delante de la puerta de su dormitorio, mirando una foto enmarcada tamaño póster de ella y Woody Harrelson sacada de la portada de Newsweek, Juliette dice:
– Con Asesinos natos me he dado cuenta con el tiempo de que la película es una sátira y que mi personaje es una caricatura, aunque yo lo llené de emociones humanas verdaderas. Pero para mí es un poco afectada. Es boba. Es demasiado exagerada para ser real. Simplemente le tuve que poner un poco de energía, como en toda esa secuencia inicial en que está gritando: «¿Todavía te parezco sexy?». Tengo mucha voz, así que puedo subir el volumen, pero cuando cortamos me sentí boba. Todo el mundo debió de pensar «Oooh, qué chiflada está», pero no lo estaba. Para mí aquella actuación fue bastante afectada.
Sobre la forma en que la gente reaccionó a la película, Juliette dice:
– Se puede intentar homogeneizarlo todo, pero siempre quedará gente que son bombas, gente lista para explotar. ¿Y por qué pasa eso? Creo que desde los años cincuenta, el incremento de drogas psiquiátricas ha aumentado de forma arrolladora… Lo he investigado. Llegué a hablar en algunas reuniones del Senado, pero la verdad es que es un problema demasiado grande para ellos, considerando que hay seis millones de niños mayores de seis años que toman Ritalin. Así que prefieren fingir que no lo ven. Se limitan a decir: «¿Podríais hacer películas menos violentas?».
»Tienes a aquel tío famoso, el Hijo de Sam, el asesino, que dijo que la razón por la que mataba era porque cuando el perro ladraba le estaba transmitiendo mensajes. Que era el demonio el que hablaba por boca del perro. Muy bien, ¿entonces qué, encerramos a todos los perros? ¿Por lo que dice un criminal?
Sigue leyendo su lista:
– «¿Cuál era tu expresión favorita en la adolescencia? O la que más se le acercaba:
Mola.
Guay.
Chachi.
Puta madre.
Para flipar».
Dice Juliette:
– No creo que uno tenga que usar su pasado para crear en el presente. Hay varias escuelas de interpretación en las que coges un incidente que te haya resultado doloroso, lo insertas en la película y lo usas. A mí eso me resulta demasiado complicado. Yo me limito a someterme al material. Simplemente tengo que someterme.
»Para mí, las tres cosas más difíciles que hay para un actor son: una, llorar, porque casi nunca lo hago en la vida real. Puede que me vengan lágrimas a los ojos, pero no lloro. Otra es reírse histéricamente, como cuando dicen: “No puede parar de reír”. Y la tercera es cuando te dan una sorpresa o te asustan, las situaciones tipo: “¡Caray, qué susto me has dado!”. Uno tiene que retrotraerse a cosas del tipo: “¿Qué pasa cuando alguien me da un susto?”. Oh, tal vez después del shock inicial te tiemblan las manos, tardas un minuto en volver a respirar con normalidad… Así que te esfuerzas en llegar a esa situación.
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