Iain Banks - El puente

Здесь есть возможность читать онлайн «Iain Banks - El puente» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Город: Madrid, Год выпуска: 2007, ISBN: 2007, Издательство: La Factoría de Ideas, Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El puente: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El puente»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El hombre que se despierta en el mundo extraordinario del puente sufre amnesia, y su médico parece no querer curarlo. Pero ¿eso importa?
Explorar el puente ocupa la mayor parte de sus días. Pero por la noche están sus sueños. Sueños en los que los hombres desesperados conducen carruajes sellados a través de montañas yermas rumbo a un extraño encuentro; un bárbaro analfabeto asalta una torre encantada mediante una tormenta verbal; y hombres destrozados caminan eternamente sobre puentes sin fin, atormentados por visiones de una sexualidad que los lleva a la perdición.
Yacer en cama inconsciente después de sufrir un accidente no parece muy divertido a simple vista. ¿Y si lo es? Depende de quién seas y de lo que hayas dejado atrás.
Iain Banks está considerado como uno de los escritores más innovadores de la narrativa británica actual. El puente es una novela de contrastes perturbadores, donde se funden el sueño y la fantasía, el pasado y el futuro.

El puente — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El puente», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Me despierto de mi pequeño trance para descubrir que mi imagen ha desaparecido; el agua corriente es muy caliente y el vapor que se arremolina frente al espejo se ha condensado en su fría superficie, enmascarándola, cubriéndola, borrándome de ella.

Vestido y aseado de forma impecable, bien desayunado y habiendo comprobado —casi con sorpresa— que la consulta del doctor sigue donde ayer y que mi cita no ha sido cancelada ni aplazada («Buenos días, señor Orr, qué alegría verlo. Por supuesto que el doctor se encuentra aquí. ¿Desea una taza de té?»), me siento en el despacho del médico, preparado para las preguntas de mi mentor.

Mientras desayunaba, he decidido que mentiré sobre mis sueños. Después de todo, si he podido inventarme los dos primeros, puedo hacer lo mismo con los sucesivos. Diré al doctor que esta noche no he soñado, e improvisaré el presunto sueño del día anterior. Ni que decir tiene que de ningún modo le explicaré lo que he soñado en realidad. Una cosa es el análisis y otra, muy distinta, la vergüenza.

El doctor, vestido con su atuendo gris habitual, y con esquirlas de hielo en la mirada, me observa expectante.

—Bien —empiezo con un tono como de disculpa—, tengo tres sueños. O un sueño con tres partes.

—Ajá. Bien, adelante —responde el doctor asintiendo y anotando algo en su bloc.

—El primero es muy breve. Me encuentro en una mansión grande y lujosa, mirando una pared negra del final de un pasillo oscuro. Todo el entorno es monocromo. De un lateral sale un hombre; anda lentamente y con pasos pesados. Es calvo y sus mejillas están sonrosadas. No oigo ningún sonido. Camina de izquierda a derecha, pero cuando pasa por el punto que yo estoy mirando, me percato de que la pared más lejana en realidad es un espejo enorme, y de que su imagen se repite una y otra vez gracias a otro espejo que debe estar frente al primero, por detrás de mí. Así, puedo ver a todos esos hombres gruesos en una gran fila, caminando con un compás perfecto, más que digno de cualquier formación de soldados... —Miro al doctor a los ojos. Tomo aliento—. Lo más curioso —prosigo— es que el reflejo más cercano al hombre, el primero, no mimetiza sus movimientos; durante un segundo, solo un instante, se vuelve y lo mira, sin perder el paso, moviendo únicamente los brazos, llevándoselos a la cabeza de esta forma —muestro la pose al doctor— y extendiéndolos, para llevarlos inmediatamente a la posición normal. El hombre auténtico, el original, no se da cuenta de nada de lo que ha sucedido. Y... bueno, eso es todo.

El doctor frunce los labios y chasquea sus gruesos dedos.

—¿También se identificó con el hombre del mar en algún momento? Igual que se sintió como el hombre que observaba desde la orilla, ¿en algún punto tuvo la sensación de ser el otro? Después de todo, ¿cuál de ellos era más real? El hombre de la playa parece haber desaparecido en un momento concreto; el hombre del látigo con cadenas dejó de verlo. En fin; no responda ahora, piense en ello, y en que el hombre que era usted no tenía sombra. Continúe, por favor. ¿Cuál es su siguiente sueño?

Miro al doctor Joyce con la boca abierta. No doy crédito.

¿Qué es lo que acaba de decir? ¿He oído lo que creo haber oído? ¿Qué es lo que le he contado? Dios mío, esto es todavía peor que lo de anoche. Estoy soñando y usted forma parte de mi sueño.

—¿Cómo...? Perdone, ¿qué...? ¿C-c-cómo ha podido...?

—¿Discúlpeme? —el doctor parece atónito.

—Lo que acaba de decir... —balbuceo.

—Lo siento —apunta el doctor Joyce mientras se quita la gafas—, pero no sé a qué se refiere. Lo único que he dicho ha sido «continúe, por favor».

Dios mío, ¿acaso aún estoy dormido? No, no, definitivamente no. Resulta impensable pretender que esto sea un sueño. Vamos, adelante, seguro que se trata de un desfase temporal; todavía tengo algo de fiebre, eso es todo. Seguro que es eso. Tengo la mente algo obnubilada, pero no debo permitir que eso me inquiete. El espectáculo debe continuar.

—Sí, sí. Lo siento muchísimo. Es que hoy no estoy muy concentrado. He dormido mal esta noche; posiblemente por eso no he tenido ningún sueño —afirmo y sonrío intentando aparentar normalidad.

—Por supuesto —responde el doctor, poniéndose de nuevo las gafas—. ¿Se siente bien para continuar?

—Sí, sí, claro.

—De acuerdo. —El doctor sonríe con un toque de artificialidad, como un hombre probándose una corbata chillona que sabe que no le sienta bien—. Por favor, prosiga cuando esté listo.

No tengo elección. Ya le he dicho que eran tres sueños.

—En mi siguiente sueño, también en monocromo, estoy observando a una pareja en un jardín, tal vez un laberinto. Están sentados en un banco, besándose. Detrás de ellos hay un seto, y una estatua de... bueno, una estatua, una escultura sobre un pedestal cercano. La mujer es joven, atractiva, y el hombre —que lleva un traje elegante— es mayor que ella y tiene un aire distinguido. Se abrazan apasionadamente.

He evitado mirar al doctor a los ojos; recuperar el temple y enfrentarme a su mirada requiere una considerable dosis de voluntad.

—Entonces, aparece un sirviente —continúo—, un mayordomo o un lacayo, que dice algo así como «su excelentísima, llaman de la Embajada», mientras el hombre mayor distinguido y la joven miran a su alrededor. La mujer se levanta del banco, se alisa el vestido y dice algo así como «maldita sea. El deber me llama. Lo siento, cariño», y se marcha tras el sirviente. El hombre mayor, frustrado, se acerca a la estatua, se queda mirando uno de los pies de mármol de la figura y saca un martillo enorme que estrella contra el dedo gordo de la escultura.

El doctor Joyce asiente, toma algunos apuntes y dice: —Me interesaría saber qué cree que significa el dialecto. Pero, siga, siga.

Trago saliva. En mis oídos, resuena un extraño zumbido.

—El último sueño, o la tercera parte del sueño, tiene lugar durante el día, en las escarpas que dan a un río en un hermoso valle. Un niño está sentado comiendo un trozo de pan, junto a otros niños y una bella profesora... Están todos comiendo, creo, y detrás tienen una cueva... No, no hay ninguna cueva... Bueno, el niño tiene un bocadillo en la mano y yo lo estoy mirando de cerca. De pronto, aparece una gran salpicadura roja en el sándwich, y luego otra. El niño mira hacia arriba, perplejo, para ver una mano en el saliente de la escarpa, sosteniendo una botella de salsa de tomate que va vertiendo sobre el pan del niño. Es todo.

¿Y ahora qué?

—Mmm... —empieza el doctor—. ¿Fue un sueño húmedo?

Lo miro de nuevo. La pregunta es suficientemente reveladora y, por descontado, todo lo que se dice aquí es completamente confidencial. Me aclaro la garganta antes de responder:

—No. No lo fue.

—Ya veo —prosigue el doctor, que se toma un rato para anotar media página de impecables notas microscópicas. Me tiemblan las manos. Estoy sudando.

—Bien —dice el doctor—, parece que hemos llegado a un... fulcro, ¿no cree?

¿Un fulcro? ¿Qué querrá decir?

—No sé de qué está hablando —respondo.

—Tenemos que pasar a otra fase del tratamiento —aclara el doctor Joyce. No me gusta cómo suenan sus palabras.

El doctor suspira de una forma profesionalmente calculada.

—Aunque pienso que podríamos tener una... una buena cantidad de material —vuelve atrás en el bloc y consulta algunos apuntes—, no creo que vayamos a acercarnos al núcleo del problema. Estamos dando vueltas en círculo a su alrededor, eso es todo. ¿Sabe?, si pensamos en la mente humana como en un castillo...

Vaya, mi doctor cree en las metáforas.

—... lo único que ha hecho en las últimas sesiones ha sido llevarme en una visita guiada alrededor del mismo. Atención, no estoy diciendo que intente decepcionarme de forma deliberada, estoy seguro de que quiere ayudarse a sí mismo tanto como yo quiero ayudarlo a usted, y posiblemente usted piense que estamos avanzando, pero, según mi experiencia, puedo asegurarle que no vamos a ninguna parte, John.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El puente»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El puente» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Iain Banks - Der Algebraist
Iain Banks
Iain Banks - L'Algébriste
Iain Banks
Iain Banks - A barlovento
Iain Banks
Iain Banks - Inversiones
Iain Banks
Iain Banks - El jugador
Iain Banks
Iain Banks - Dead Air
Iain Banks
Iain Banks - The Algebraist
Iain Banks
Отзывы о книге «El puente»

Обсуждение, отзывы о книге «El puente» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x