Lisa See - Dos chicas de Shanghai

Здесь есть возможность читать онлайн «Lisa See - Dos chicas de Shanghai» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Dos chicas de Shanghai: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Dos chicas de Shanghai»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Corre el año 1937 cuando Shanghai está considerada el París del continente asiático. En la sofisticada y opulenta ciudad, donde conviven mendigos, millonarios, gángsters, jugadores y artistas, la vida sonríe a las hermanas Pearl y May Chin, hijas de un acaudalado hombre de negocios.
De temperamentos casi opuestos, las dos son hermosas y jóvenes, y pese haber sido criadas en el seno de una familia de viejos valores tradicionales, viven con la sola preocupación de asimilar todo lo que llega de Occidente. Visten a la última moda y posan para los artistas publicitarios, que ven en el retrato de las dos hermanas la proyección de los sueños de prosperidad de todo un país. Pero cuando la fortuna familiar sufre un golpe irreversible, el futuro que aguarda a Pearl y May tiñe sus vidas de una sensación de precariedad e incertidumbre hasta ese momento impensable. Con los bombardeos japoneses a las puertas de la ciudad, las hermanas iniciarán un viaje que marcará sus vidas para siempre, y cuando lleguen a su destino en California, su compleja relación se pondrá de manifiesto: ambas luchan por permanecer unidas, a pesar de los celos y la rivalidad, a la vez que intentan hallar fuerzas para salir adelante en las más que difíciles circunstancias que el destino les depara.

Dos chicas de Shanghai — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Dos chicas de Shanghai», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¿Fue ese chico al que conociste en el barco? -Ni siquiera recuerdo su nombre.

– No; fue antes.

¿Antes? Antes de embarcar estuvimos en el hospital de Hangchow, y luego en el hotel de Hong Kong. No me explico cómo pudo pasar algo en ese tiempo, a menos que ocurriera mientras yo estaba enferma, o antes, cuando estaba inconsciente. ¿Fue con uno de los médicos que me atendió? ¿La violaron cuando tratábamos de llegar al Gran Canal? A mí me avergonzaba hablar de mi desgracia. ¿Ha guardado May un secreto similar todo este tiempo? Planteo la pregunta desde otro ángulo, más práctico:

– ¿Cuánto tiempo hace?

Ella se incorpora, se frota los ojos con las manos y se queda mirándome con gesto de pena, vergüenza y súplica. Recoge las piernas y se sienta sobre los talones, de modo que nuestras rodillas se tocan; entonces se desabrocha poco a poco los alamares de la chaqueta de campesina y se alisa la camisa para revelar su vientre. El embarazo está bastante avanzado, lo que explica por qué se ha escondido bajo ropa holgada prácticamente desde que llegamos a Angel Island.

– ¿Fue Tommy? -pregunto, deseando acertar.

Mama siempre quiso que May se casara con Tommy. Ahora que él y mama han muerto, ¿no sería esto un regalo? Pero May contesta «Sólo era un amigo» y no sé qué pensar. En Shanghai, mi hermana salía con muchos jóvenes, sobre todo los últimos días, cuando habríamos hecho cualquier cosa para olvidar la gravedad de nuestra situación. Pero ignoro sus nombres, y no quiero interrogarla con preguntas como: «¿Fue aquel joven que conociste una noche en el Venus Club?», o «¿Fue aquel americano que Betsy traía a veces?» ¿Acaso ese enfoque no sería tan ridículo y estúpido como el que yo he tenido que soportar hoy? Pero no puedo evitarlo:

– ¿Fue el estudiante que vino a vivir al pabellón del primer piso? -No lo recuerdo muy bien; sólo sé que era delgado, que vestía de gris y era muy reservado. ¿Qué estudiaba? No lo sé, pero no he olvidado que estaba junto a la butaca de mama el día del bombardeo. ¿Adoptaría esa actitud porque estaba enamorado de May, como tantos otros jóvenes?

– Entonces ya estaba embarazada -confiesa.

Se me ocurre un pensamiento muy desagradable.

– Dime que no fue el capitán Yamasaki. -No sé cómo reaccionaré si May va a tener un hijo medio japonés.

Mi hermana niega con la cabeza, para mi alivio.

– No lo conoces -dice con voz temblorosa-. Yo apenas lo conocía. Sólo fue algo que pasó. No se me ocurrió pensar que pudiera quedarme embarazada. Si hubiera tenido más tiempo, le habría pedido a un herborista algo para expulsar al bebé. Pero no tuve tiempo. ¡Ay, Pearl! ¡Toda la culpa es mía! -Me coge las manos y rompe a llorar otra vez.

– No te preocupes. Todo irá bien -digo para reconfortarla, aunque sé que es una promesa falsa.

– ¿Cómo va a ir bien? ¿No has pensado lo que esto implica?

La verdad es que no lo he pensado. No he tenido meses para reflexionar sobre la situación de May. Apenas dos minutos.

– No podremos ir directamente a Los Ángeles. -Hace una pausa y me mira fijamente-. Porque debemos ir allí, ¿no?

– No veo alternativa. Pero, incluso sin tener esto en cuenta -digo señalando su vientre-, no sabemos si nos aceptarán cuando lleguemos.

– Claro que nos aceptarán. ¡Nos compraron! Pero ahora está el problema del bebé. Al principio pensé que podría deshacerme de él. Aunque no tuve relaciones esposo-esposa con Vernon, él no iba a decir nada. Pero el venerable Louie examinó nuestras sábanas…

– ¿Entonces ya lo sabías?

– Tú estabas delante cuando vomité en el restaurante. Estaba muerta de miedo. Pensé que alguien lo relacionaría. Pensé que tú atarías cabos.

Por fin, me doy cuenta de que muchas personas entendieron lo que yo no supe ver. La campesina en cuya casa pernoctamos la primera noche, después de salir de Shanghai, le prestó especial atención a May. El médico de Hangchow se mostró muy atento con ella e insistió en que necesitaba dormir. Soy la jie jie de May y siempre hemos estado muy unidas, pero la preocupación por mis propios problemas -perder a Z.G., dejar mi hogar, ser violada, estar al borde de la muerte, llegar aquí- me ha impedido reparar en que lleva meses vomitando. No me he fijado en si la hermanita roja la visitaba. Y ni siquiera recuerdo la última vez que la vi desnuda. La he abandonado cuando más me necesitaba.

– Lo siento mucho…

– ¡Pearl! ¡No me escuchas! ¿Cómo vamos a ir ahora a Los Ángeles? Ese chico no es el padre, y el venerable Louie lo sabe.

Todo está ocurriendo demasiado deprisa, y hoy ha sido un día largo y difícil. No he comido nada desde el cuenco de jook del desayuno, y tampoco voy a cenar. Estoy tan cansada que no advierto que May está pensando en otra cosa. Al fin y al cabo, si me ha confesado que está embarazada es sólo porque me he enfadado con ella por…

– Has mentido en la segunda entrevista a propósito -comprendo de pronto-. Ya les mentiste en la primera.

– Porque el bebé tiene que nacer aquí, en Angel Island.

Se supone que soy la hermana inteligente, pero me cuesta entenderla.

– Ya habías decidido mentir cuando el barco llegó a San Francisco -digo al fin-. Por eso no estudiaste el manual. No querías dar las respuestas correctas. Querías que nos retuvieran aquí.

– No es exactamente así. Confiaba en que Spencer me ayudaría. Nos ayudaría. En el barco me hizo promesas. Dijo que se encargaría de todo para que no tuviéramos que ir a Los Ángeles. Me mintió. -Se encoge de hombros-. ¿Te sorprende, después de lo que nos hizo baba ? Mi otra opción era venir aquí. ¿No lo ves? Si el bebé nace en Angel Island, ellos nunca sabrán que es mío.

– ¿Ellos?

– Los Louie -espeta, impaciente-. Debes quedarte con él. Te lo daré. Tú tuviste relaciones esposo-esposa con Sam. Las fechas casi coinciden.

Le suelto las manos y me aparto de ella.

– Pero ¿qué dices?

– Los médicos dijeron que seguramente no podrás tener hijos. Esto podría salvarme a mí y ayudarte a ti.

Yo no quiero un hijo; no ahora, y quizá nunca. Tampoco quiero estar casada por un acuerdo o para saldar las deudas de mi padre. Tiene que haber otra solución.

– Si no lo quieres, entrégaselo a las misioneras -propongo-. Ellas se lo quedarán. Tienen una sociedad de ayuda a los niños chinos de la que están muy orgullosas. Lo mantendrán alejado de las mujeres enfermas.

– ¡Pearl! ¡Estamos hablando de mi hijo! ¿Qué otros lazos tenemos con mama y baba ? Somos hermanas, las últimas de la familia. Mi hijo podría ser el principio de una nueva familia aquí, en América.

Estamos dando por sentado que el bebé es un niño, por supuesto. Como todos los chinos, no podemos imaginar un hijo que no sea varón; los varones aportan felicidad a la familia y garantizan que los antepasados estén bien alimentados en el más allá. Pero el plan de May no puede funcionar.

– No estoy embarazada y no puedo tener el bebé por ti -digo, señalando lo que es obvio.

Una vez más, May me demuestra que lo ha pensado todo con detalle.

– Tendrás que ponerte la ropa de campesina que te compré. Lo tapa todo. Esas mujeres rústicas no quieren que nadie vea su cuerpo, para no atraer a los hombres y para que no se note que están embarazadas. Tú no has notado lo hinchado que tenía el vientre, ¿verdad? Más adelante, si es necesario, puedes ponerte un almohadón bajo la chaqueta. ¿Quién va a mirarte? ¿A quién le importará? Pero debemos prolongar nuestra estancia aquí como sea.

– ¿Cuánto tiempo?

– Unos cuatro meses.

No sé qué hacer ni qué decir. May es mi hermana, mi única pariente viva, que yo sepa; y le prometí a mama que cuidaría de ella. Así que, sin pensarlo más, tomo una decisión que afectará al resto de mi vida, y también a la de May.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Dos chicas de Shanghai»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Dos chicas de Shanghai» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Dos chicas de Shanghai»

Обсуждение, отзывы о книге «Dos chicas de Shanghai» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x