Fernando Marías - Todo el amor y casi toda la muerte

Здесь есть возможность читать онлайн «Fernando Marías - Todo el amor y casi toda la muerte» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Todo el amor y casi toda la muerte: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Todo el amor y casi toda la muerte»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Premio Primavera de Novela 2010.
Una novela sobre la fuerza del deseo y la oscuridad de los sentimientos que redefine la literatura amorosa y el thriller psicológico a través de las historias de dos hombres unidos por una misma maldición.
Principios del siglo xx: Gabriel, infortunado poeta itinerante, vive atrapado en la pasión por una mujer que no existe, y tal obsesión condicionará su amor por Leonor, mujer de carne y hueso cuyo destino está trágicamente unido al del atormentado indiano Tomás Montaña.
Principios del siglo xxi: Sebastián, un hombre corriente en el punto de mira de una terrorífica banda criminal, se ve obligado a hacerse desaparecer a sí mismo para luego renacer bajo una identidad falsa. Pero no podrá superar el deseo que, como una condena a muerte, lo atrae sin remedio hacia Vera, insólita femme fatale que desapareció misteriosamente de su vida tiempo atrás.

Todo el amor y casi toda la muerte — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Todo el amor y casi toda la muerte», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Enfoca los prismáticos hacia el mar, hacia la playa batida por una lluvia ahora fina que parece reponer fuerzas para el siguiente asalto. Abajo, la masa de agua azul de la bahía en marea baja reposa lejana y callada, aunque haya sido testigo de tantas cosas… Tal vez el mar sabe lo que pasó realmente. Si fuera una persona podría contarme la verdad.

Y exactamente entonces se sobresalta al encuadrar la silueta lejana pero nítida de un cuerpo sobre la orilla.

Una mujer desnuda boca arriba.

¿Vera?

La razón sabe que ni es ni puede ser Vera, pero le viene a la cabeza un amanecer en que, al despertar solo en la cama que compartían desde que ella se instaló en el caserón, salió a buscarla y, auxiliado como hoy de unos prismáticos, la localizó paseando solitaria y pensativa por la playa desierta que comenzaba a iluminar el amanecer. Aquella imagen lo enamoró aún más, recuerda mientras se apresura a tomar el camino que conduce hacia la playa de hoy, hacia la mujer desnuda de ahora. Hace tiempo que casi siempre es sincero consigo, es su única virtud adquirida en la muerte, y por eso admite que no es el afán de socorrer a la desconocida lo que le impulsa, sino una desazón de origen confuso aunque imaginado, una ebullición repentina que no puede definir pero tampoco dejar de atender.

Corre hacia el coche, pisa el acelerador hacia la playa.

Si todos los espectros estamos condenados a espiarnos, ¿los de quiénes me observan a mí ahora?

6

– El mar de este acantilado vive una maldición de amor. -Gabriel Ortueño Gil eleva los párpados y observa a su audiencia, compuesta exclusivamente por mujeres. Al verlas siente, como siempre, miedo. Antes no le invadía este sentimiento imposible de vencer. Meses antes encaraba al correspondiente grupo de oyentes femeninas desde la atalaya de ese rostro suyo clásico y viril pero, a la vez, un punto aniñado que hacía de él un hombre digno de ser mimado, protegido, tocado, acariciado, redimido y amado, un varón frágil deseado en secreto por casi todas. Pero desde la guerra de Cuba lo domina el miedo, y hoy su mirada no es altiva ni seductora, sino desarbolada y suplicante, aunque paradójicamente los temores dan un aire esquivo a sus ojos, le añaden intensidad al aura romántica gracias a la cual come cada día.

Tras pronunciar, premeditadamente suave y engolado, las palabras «maldición de amor», se demora en la pausa cien veces ensayada ante el espejo y otras tantas probada frente al público a punto de seducción, y repite el lema, alzando esta vez en arco solemne el brazo hacia el amplio ventanal desde el que se divisa la playa larga y estrecha:

– El mar de este acantilado, de este acantilado vuestro -subraya-, vive una maldición de amor…

A veces añora las ocasiones en que recitaba sus historias con verdadero ardor y las sentía vibrar en la mente y en la piel, llenas de verosimilitud y verdad. Pero lo que vivió en Cuba le arrebató casi toda la vida. Ahora es un pelele sin alma, que se caricaturiza a sí mismo para seguir caminando sin objetivo claro. La anfitriona de la velada poética, sentada a la derecha de él ante el piano, acaricia torpemente el teclado para matizar sus palabras con notas mínimas que quieren ser sugerentes pero a veces resbalan y tropiezan sobre sí mismas. Ha insistido en acompañarle musicalmente y, a pesar de su incapacidad manifiesta, Gabriel no ha podido negarse. Es ella quien dirige estas veladas literarias de Padrós que acoge en su casa y financia el rico del pueblo, el indiano Tomás Montaña, y si hoy todo sale bien podría contratarle más actuaciones en Padrós, incluso en las villas cercanas. Así que Gabriel no cuestiona el torpe trenzado musical que se esfuerza por seguirle y centra su atención en los rostros que lo observan expectantes, ocultos en algunos casos tras abanicos que se dirían elegidos por el mismo decorador que ha decidido los recargados colores de las paredes del gran salón, los manteles de las mesitas sobre las que reposan los juegos de té y las telas que tapizan los asientos donde se acomodan las mujeres, doce según su primer recuento, que poco a poco, lo capta ya en sus miradas, van dejando nacer en su interior excitados interrogantes colectivos sobre la maldición de amor de ese mar que ellas, muy probablemente, miran cada nuevo día desde sus respectivas rutinas sin brillo.

– … aunque justo es añadir que sin cada una de vosotras, sin cada uno de vuestros corazones palpitantes de sentimiento, ese mar hechizado pronto se volvería árido.

Y pasea Gabriel la mirada medidamente cálida, deteniéndose un instante en cada rostro para intentar precisar la expectativa individual que cada uno de ellos expresa ante su vacuo discurso dulzón. Él querría haber sido narrador de historias recias, creador de relatos provocadores y apocalípticos, incluso novelista, pero siempre ha carecido de talento y fuerza para ello, y su sustento diario, demasiado bien lo sabe, ha dependido siempre y depende hoy de que esas miradas, ya casi conmovidas, ya casi húmedas, traspasen la frontera de la lágrima. «Cuando lloran, ceno mejor», resumió certeramente una noche de crisis existencial compartida al calor del vino con Rufino Matamoros, otro poeta de los caminos y pueblos. «Y con esa cara y esos ojos verdes que te ha dado Dios a veces hasta desayunarás, ¿eh, mamonazo?», había sentenciado con guiño pícaro Rufino. Gabriel, bebiendo un sorbo de vino, concedió con resignado encogimiento de hombros.

Le conviene mantener su falsa leyenda de gran seductor, pues en parte vive de ella, aunque también le haya deparado momentos amargos, como esa ocasión no tan lejana en que el tosco marido de una muchacha a la que paradójicamente ni siquiera había mirado lo arrinconó contra la barra del bar del pueblo, agarrándolo por las solapas, amenazador y furibundo. ¿Cómo explicar que desde su regreso de Cuba vive aterrorizado por la maldición que atravesó el océano en pos de él? ¿Quién creería que esa fantástica historia que cada día cuenta en sus recitales como si fuera una leyenda mágica es la simple y terrible verdad? Vive a solas con su secreto y con el miedo que éste engendra, y se limita a asentir con forzada ambigüedad cada vez que alguien alude a sus proezas de seducción. «¡Para una vez que eras inocente!», se reía cariñosamente en la cara Rufino Matamoros tras aquel incidente del bar. A fuerza de veladas poéticas y miserias acumuladas, los dos poetas del camino han solidificado una camaradería que las noches mal dadas les lleva a compartir lo poco que hubieran podido conseguir: pan, algo de queso, un cuartillo de vino… «No te engañes, amigo Gabriel -suele dolerse Rufino las noches de borrachera, cuando le atenaza el miedo a morirse solo en algún camino perdido entre velada poética y velada poética-. No somos poetas, sólo mendigos. Y así nos moriremos, solos y tirados en algún recodo solitario».

– Así que sois vosotras, cada una de vosotras, la que puede deshacer esa desdicha. Pero también hay algo más… Una historia mágica real, una increíble maldición que es a la vez una aventura de amor y muerte que pervivirá más allá del tiempo y del espacio, mucho después de que todos los presentes hayamos desaparecido y seamos apenas un recuerdo para aquellos que nos conocieron y amaron por lo que somos, y no por lo que podríamos haber llegado a ser…

El lloro inesperado de un bebé, aproximándose desde alguna parte de la casa, se cuela en esta segunda pausa de la representación, arruinando el instante en que Gabriel suele detenerse a inspirar para que las mujeres asimilen toda la melancolía de su jerigonza vacua disfrazada de profundidad.

– Es esa historia, una historia de amor inmortal pero también terrible, la que me dispongo a contaros ahora -continúa sin dilación, consciente de que el chillido infantil, cada vez más cercano, le está restando protagonismo. Son ya tres las mujeres que han vuelto la cabeza hacia la puerta cerrada, dejando de atenderle a él. El poeta sube un punto el tono de su voz-. Os anuncio también que la he publicado en un bello librito que luego, si os place, podréis adquirir. Con mucho gusto os lo dedicaré individualmente, ideando un breve poema especial para cada una de vosotras, lo que lean mis ojos en los vuestros, o dejando a mi pluma describir aquellos sentimientos y sueños que perciba en vuestros pechos -a fin de imponerse sobre el lloro del bebé que sigue aproximándose, Gabriel opta por acelerar el ritmo de su verborrea-. Todos hemos oído relatos prodigiosos que les han acontecido a otros. Yo, ahora, contaré uno que me ocurrió a mí, que me está ocurriendo a mí… Muchas, prefiero decirlo de antemano, no daréis crédito a lo que voy a narrar. Y sin embargo, es tan cierto como triste, brutal e irremediablemente triste… Lleva por título Todo el amor y toda la muerte, y ya advierto que se trata de una odisea cuyo final aún no se ha producido, aunque podría muy bien estar acechándome en este instante, mientras os lo cuento. Porque debéis saber que soy yo, y nadie más que yo, el portador de una terrible maldición que me asaltó cuando luchaba por nuestra bandera en tierras de Cuba.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Todo el amor y casi toda la muerte»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Todo el amor y casi toda la muerte» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Todo el amor y casi toda la muerte»

Обсуждение, отзывы о книге «Todo el amor y casi toda la muerte» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x