Arthur Golden - Memorias De Una Geisha

Здесь есть возможность читать онлайн «Arthur Golden - Memorias De Una Geisha» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Memorias De Una Geisha: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Memorias De Una Geisha»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En esta maravillosa novela escuchamos las confesiones de Sayuri, una de las más hermosas geishas del Japón de entreguerras, un país en el que aún resonaban los ecos feudales y donde las tradiciones ancestrales empezaban a convivir con los modos occidentales. De la mano de Sayuri entraremos un mundo secreto dominando por las pasiones y sostenido por las apariencias, donde sensualidad y belleza no pueden separarse de la degradación y el sometimiento: un mundo en el que las jóvenes aspirantes a geishas son duramente adiestradas en el arte de la seducción, en el que su virginidad se venderá al mejor postor y donde tendrán que convencerse de que, para ellas, el amor no es más que un espejismo. Apasionante y sorprendente, Memorias de una geisha ha batido récords de permanencia en las listas de superventas de todo el mundo y conquistado a lectores en más de veintiséis idiomas. Su publicación en Suma coincide con el estreno en España de la superproducción basada en esta novela.

Memorias De Una Geisha — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Memorias De Una Geisha», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Levanté la pierna y la pasé al otro lado, de modo que un momento después estaba colgando de una vertiente del tejado, apenas sujeta al caballete. Observé con pánico que era mucho más inclinado de lo que creía. Intenté retroceder, pero no pude. Con las sandalias en la mano no podía agarrarme bien al caballete, sólo abrazarlo con las muñecas. Sabía que no tenía vuelta de hoja, pues nunca lograría volver a retreparme; pero tenía la fuerte sensación de que si me soltaba, me escurriría por el tejado y caería sin posibilidad de control alguna. Mis pensamientos se agolpaban, pero antes de decidir si me soltaba o no, el tejado me soltó a mí. Al principio me deslicé más despacio de lo que me había imaginado, lo que me dio cierta esperanza de que un poco más abajo, donde el tejado se curvaba hacia fuera para formar los aleros, conseguiría detenerme. Pero entonces levanté con el pie una teja, que resbaló con gran estrépito y se hizo añicos en el patio. Lo siguiente que supe fue que solté una de las sandalias, que también cayó. Oí un golpe amortiguado cuando llegó al suelo y luego un sonido mucho peor: unos pasos que se acercaban por la pasarela de madera hacia el patio.

Muchas veces había observado a las moscas posadas en la pared o en el techo, como si estuvieran en una superficie horizontal. No tenía idea de si podían hacerlo porque tenían una sustancia pegajosa en las patas o porque pesaban poco, pero no iba a tardar en descubrirlo, pues cuando oí que se acercaba alguien, decidí que iba a encontrar la manera de pegarme a aquel tejado como lo haría una mosca. De lo contrario, en unos segundos terminaría yo también espatarrada en el suelo del patio. Intenté meter los dedos de los pies entre las tejas, y luego los codos y las rodillas. Como último acto de desesperación hice la mayor de las locuras: dejé a un lado la sandalia que me quedaba e intenté detenerme apoyándome en las palmas de las manos. Debía de tener las manos empapadas de sudor, porque en cuanto las puse en el tejado, en lugar de detener mi caída, empecé a tomar velocidad. Oí el silbido de mi cuerpo deslizándose, y luego, de pronto, el tejado había desaparecido.

Durante un momento no oí nada; sólo un espantoso silencio vacío. Mientras caía por el aire tuve tiempo de imaginarme una escena con bastante claridad: me imaginé que una mujer llegaba al patio y bajaba la vista para observar la teja hecha añicos en el suelo, y luego la alzaba hacia el tejado, a tiempo para verme caer del cielo justo encima suyo; pero, claro, eso no fue lo que sucedió. Giré en el aire y caí de lado. Tuve el sentido de protegerme la cabeza con el brazo, pero aun así el golpe me dejó medio aturdida. No sé exactamente dónde estaba la mujer, ni siquiera si estaba en el patio en el momento de mi caída. Pero debió de verme caer del tejado, porque en medio de mi aturdimiento, desde el suelo, la oí decir:

– i Santo cielo! ¡Llueven niñas!

Lo que me habría gustado era ponerme en pie de un brinco y salir corriendo, pero no podía hacerlo. Todo un lado de mi cuerpo estaba sumergido en el dolor. Poco a poco me fui dando cuenta de que había dos mujeres arrodilladas a mi lado. Una de ellas no paraba de decirme algo, pero no pude distinguir qué. Hablaron entre ellas y luego me levantaron del suelo y me depositaron en la pasarela de madera. Sólo recuerdo un fragmento de su conversación.

– Le digo que ha caído del tejado, señora.

– Pero ¿por qué llevaba en la mano unas zapatillas de baño? ¿Te subiste ahí arriba para ir al baño, niña? ¿Me oyes? ¡Has hecho algo muy peligroso! ¡Podrías haberte hecho trizas al caer!

– No la oye, señora. Mírele los ojos.

– Claro que me oye. ¡Di algo, niña!

Pero yo no podía decir nada. Sólo podía pensar en que Satsu me estaría esperando frente al Teatro Minamiza, y yo no iba a aparecer.

Dejándome hecha un ovillo en el suelo, conmocionada, la criada se fue llamar a todas las puertas de la calle hasta que averiguó de dónde había salido yo. Estaba llorando sin lágrimas, agarrándome la mano, que me dolía horrorosamente, cuando de pronto me pusieron de pie y me cruzaron la cara de una bofetada.

– ¡Niña insensata! -oí decir a alguien-. La Tía estaba de pie frente a mí, encolerizada. Entonces me sacó a rastras de aquella okiya y me condujo calle arriba. Cuando llegamos a nuestra okiya, me arrimó al portón de madera y volvió a cruzarme la cara.

– ¿Sabes lo que has hecho? -me dijo, pero yo no podía contestarle-. ¿En qué estarías pensando? Te has buscado la ruina… ¡Niña estúpida!

Nunca me había imaginado que la Tía pudiera enfadarse tanto. Me arrastró al patio y me echó boca abajo en la pasarela. Entonces empecé a llorar de verdad, pues sabía lo que me esperaba. Pero esta vez, en lugar de pegarme sin ganas, como lo había hecho en otras ocasiones, la Tía me echó primero un cubo de agua para empaparme el vestido y que la vara me lastimara más, y luego golpeó con tal fuerza que me dejó sin respiración. Cuando acabó de pegarme, tiró la vara al suelo y me puso boca arriba.

– Ahora ya nunca llegarás a geisha -exclamó-. Te advertí que no cometieras este tipo de errores. Y ahora ni yo ni nadie podemos hacer nada para ayudarte.

Y ya no oí más de lo que decía debido a los gritos que venían del otro extremo de la pasarela. La Abuela estaba zurrando a Calabaza por no haberme vigilado como debía.

El resultado fue que me había roto el brazo al caer al patio. A la mañana siguiente vino un médico que me llevó a una clínica cercana. Ya había anochecido cuando regresé a la okiya con el brazo escayolado. Todavía me dolía mucho, pero Mamita me mandó llamar inmediatamente a su habitación. Me miró fijamente durante un largo rato, mientras acariciaba a Taku con una mano y sostenía la pipa en la boca con la otra.

– ¿Sabes cuánto he pagado por ti? -me preguntó finalmente.

– No, señora -contesté-. Pero seguro que va a decirme que pagó más de lo que valgo.

No diré que era ésta una forma educada de contestar. En realidad, pensé que Mamita me daría una bofetada por ello, pero ya nada me importaba. Me parecía que ya nada volvería a ser como antes. Mamita apretó los dientes y soltó una de esas extrañas risas suyas que parecían toses.

– Tienes razón -dijo-. Medio yen habría sido más de lo que vales. Me había parecido que eras una chica lista. Pero no eres lo bastante lista para saber lo que te conviene -volvió a dar unas bocanadas a su pipa y luego dijo-: Pagué por ti setenta y cinco yenes; eso es lo que pagué. Entonces vas y destrozas un kimono y robas un broche, y ahora te rompes un brazo, así que tendré que añadir a tus deudas los gastos en médico. Además de tus comidas y tus clases. Y esta misma mañana me dice la madame del Tatsuyo de Migyagawa-cho que tu hermana se ha escapado. Todavía no me había pagado lo que me debía por ella. Y ahora dice que no piensa pagármelo. Así que lo añadiré también a tus deudas. Pero ¿qué más da? Ya debes más de lo que podrás devolver nunca.

Así que Satsu había logrado escapar. Me había pasado el día preguntándomelo, y ahora tenía la respuesta. Quería alegrarme por ella, pero no podía.

– Supongo que podrías saldar la deuda tras diez o quince años de geisha -continuó-, si logras hacerte con cierto renombre. Pero ¿quién va a invertir ni un céntimo en una chica que se escapa?

No estaba segura de cómo contestar a esto, así que le dije a Mamita que lo sentía. Me había estado hablando bastante tranquila hasta ese momento, pero después de que yo me disculpara, dejó la pipa en la mesa y sacó la mandíbula de tal forma -de pura rabia, supongo- que me pareció un animal a punto de atacar.

– ¿Qué lo sientes, dices? Hice una tontería invirtiendo en ti. Probablemente eras la chica más cara de todo Gion. ¡ Si pudiera vender tus huesos para recuperar algo de lo que me debes, estate segura de que ya te los estaría sacando!

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Memorias De Una Geisha»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Memorias De Una Geisha» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Memorias De Una Geisha»

Обсуждение, отзывы о книге «Memorias De Una Geisha» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x