Jeanne Kalogridis - El secreto de Mona Lisa

Здесь есть возможность читать онлайн «Jeanne Kalogridis - El secreto de Mona Lisa» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Историческая проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El secreto de Mona Lisa: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El secreto de Mona Lisa»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La apasionante vida de la mujer que inspiró La Gioconda, en una intrigante trama llena de amor, traición y luchas de poder. La joven y hermosa Lisa di Gherardini es conducida por su padre al palacio Médici, donde la espera Lorenzo el Magnífico. Allí conoce a Leonardo da Vinci, con quien mantendrá una relación muy especial, y a Giuliano, el hijo menor de Lorenzo, de quien se enamorará perdidamente. Lisa y Giuliano se casan en secreto, pero al poco tiempo estalla una rebelión contra los Médici y Lisa da a su marido por muerto. Comienza una época turbulenta marcada por el terror religioso. La joven florentina tendrá que tomar partido en la contienda.

El secreto de Mona Lisa — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El secreto de Mona Lisa», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Miré a mi padre y no pude evitar el dolor en mi voz.

– ¿Por qué no vino a mí?

– Lo hizo. Envió a un hombre; Francesco lo asesinó. Luego envió una carta, pero Francesco me hizo escribirle una en la que le decía que habías muerto. No creo que ni siquiera entonces lo creyera. Francesco dijo que alguien había ido al baptisterio y había mirado en el registro de los matrimonios.

Salai. Leonardo. Quizá Giuliano se había enterado de mi matrimonio y querría confirmarlo; quizá había creído que yo quería que me creyese muerta.

«Imagínate que estás de nuevo con Giuliano -dijo Leonardo-. Imagínate que le estás presentando a su hijo…»

– Tú quieres la verdad… -susurró Antonio-. Hay una cosa más. La razón por la que me enfurecí tanto con tu madre…

Se le apagaba la voz; me incliné para escucharlo.

– Mira tu rostro, niña. Tu rostro. No verás el mío en él. Te he mirado mil veces, pero nunca he visto a Juliano de Médicis. Hubo otro hombre…

Atribuí esta última afirmación al delirio; apenas la consideré un instante, porque mi padre comenzó a toser, un lento sonido burbujeante. Una espuma sanguinolenta apareció en sus labios.

Zalumma ya estaba a mi lado.

– ¡Incorpóralo!

Lo sujeté por debajo del brazo y lo levanté para echarlo hacia delante; el movimiento hizo que un chorro de sangre negra cayera de su boca sobre su falda. Zalumma fue a llamar a Loretta mientras yo sujetaba los hombros de mi padre con un brazo y su cabeza con el otro. Tuvo una arcada, y un segundo chorro de sangre más brillante salió de su boca. Esto pareció aliviarlo; se sentó, con la respiración agitada. Quería preguntarle el rostro de quién había visto en el mío, pero supe que no había tiempo.

– Te quiero -le dije al oído-. Sé que me adoras. Dios perdonará tus pecados.

Me escuchó. Gimió e intentó palmear mi mano, pero no tenía suficiente fuerza.

– Muy pronto me marcharé con Matteo -susurré-. Encontraré la forma de reunirme con Giuliano, porque ya le sirvo de poco a Francesco. No debes preocuparte por nosotros. Estaremos a salvo, y siempre te querremos.

Él sacudió la cabeza agitado. Intentó hablar; sin embargo, comenzó a toser.

Loretta entró con toallas, y lo limpiamos lo mejor que pudimos; luego lo dejamos yacer de nuevo. No volvió a hablar coherentemente. Sus ojos se habían velado y no reaccionaba al sonido de mi voz. Poco después, cerró los ojos y pareció dormir.

Permanecí con él toda la tarde. Continué sentada con él hasta la noche. Cuando llegó Francesco, indignado por mi fuga pero fingiendo compasión, no le dejé entrar en la alcoba de mi padre.

Seguí sentada hasta pasada la medianoche; entonces me di cuenta de que llevaba sin respirar un rato. Llamé a Loretta y a Zalumma, y luego bajé la escalera para ir al comedor, donde Francesco estaba sentado a la mesa con una copa de vino.

– ¿Está muerto? -preguntó bondadosamente.

Asentí. Mis ojos estaban secos.

– Rezaré por su alma. ¿Sabes de qué murió?

– De las fiebres -respondí-. Provocadas por una enfermedad de los intestinos.

Francesco observó mi rostro atentamente y pareció satisfecho de lo que vio. Quizá después de todo yo no era tan mala espía.

– Lo siento mucho. ¿Te quedarás con él?

– Sí. Hasta después del funeral. Tendré que hablar con los sirvientes, encontrarles un puesto con nosotros o con otra familia. También tendré que ocuparme de algunos asuntos…

– Debo volver a casa. Estoy esperando el aviso de la llegada de nuestro invitado, y aún hay muchos asuntos que atender con respecto a la Signoria.

– Sí. -Sabía que Savonarola había sido arrestado gracias a la oportuna defección de Francesco, que se había pasado a los arrabbiati. Al menos ya no tendría que seguir fingiendo que mi marido y yo éramos gente pía.

– ¿Te veré en el funeral?

– Por supuesto. Que dios nos dé a todos fuerza.

– Sí -dije. Necesitaba fuerza. La necesitaría para matar a Francesco.

68

Me quedé en casa de mi padre aquella noche y dormí en la cama de mi madre. Zalumma fue a casa de Francesco para recoger mis efectos personales, una túnica de duelo y un velo para el funeral. También trajo, a petición mía, la gran esmeralda que Francesco me había dado la primera noche, con la que me había comprado, y los pendientes de diamante y ópalo. Matteo se quedó en la casa, con la niñera; no tuve el valor de llevarlo a un lugar tan triste.

No vi a Loretta mientras lavaba el cuerpo de mi padre porque estaba esperando el regreso de Zalumma. En cambio, fui a su despacho y busqué una hoja de papel, una pluma y un tintero.

Giuliano di Lorenzo de Médicis

Roma

Mi amor, mi amor:

Me mintieron, me dijeron que estabas muerto. Pero mi corazón siempre ha sido tuyo.

Una advertencia: Salvatore di Pazzi y Francesco del Giocondo planean atraerte a ti y a Piero aquí para mataros. Están reuniendo un ejército en Florencia. Quieren repetir -esta vez con éxito- el plan de micer Iacopo di Pazzi para reunir a la gente en la piazza della Signoria contra los Médicis.

No debes venir.

Hice una pausa. Después de tanto tiempo, ¿cómo podía estar seguro de mi caligrafía? ¿Qué podía decir para que no dudase de la autenticidad de la carta?

Solo te pido, como ya hice una vez: dime un lugar, en cualquier ciudad y en cualquier momento. De cualquier manera iré a ti muy pronto. No te comuniques a través de una correspondencia regular; tu carta sería confiscada y leída, y yo y nuestro hijo, tu hijo, estaríamos en peligro.

He estado separada de ti por una monstruosa mentira. Ahora que sé la verdad, no puedo tolerar la distancia entre nosotros ni un instante más de lo indispensable.

Tu amante esposa,

Lisa di Antonio Gherardini

Cuando Zalumma regresó, le di la carta doblada.

– No puedo enviarla por correspondencia -dije-. El Consejo de los Ocho la interceptaría, y me costaría la cabeza. Necesito comprar a alguien dispuesto a hacerse cargo de la carta, llevarla hasta Roma y entregarla personalmente. -Le mostré la esmeralda y los pendientes y se los di-. Tú eres la única en quien puedo confiar. -Había creído que podía confiar en Leonardo, pero ahora no podía pronunciar su nombre sin rencor. Él había ocultado intencionadamente la única verdad que hubiese sanado mi corazón.

«Giuliano… muerto. Pocas personas lo saben. La mayoría cree que todavía está vivo.»

«¿Aún lo quieres?»

Él se había mostrado reticente en nuestro primer encuentro porque creía que me había casado con otro hombre mientras mi primer marido aún vivía. Me había creído capaz de tan abyecta traición, porque él era capaz de hacerlo.

Zalumma cogió las joyas y las guardó cuidadosamente en el bolsillo oculto de su túnica.

– Si es posible -dijo-, me ocuparé de que se haga.

Acordamos que ella saldría temprano por la mañana a buscar un correo de confianza. La excusa sería que estaba tan afectada por el dolor que iba al boticario en busca de algo que calmase mis nervios. Era muy temprano, y yo estaba tan desesperada que no quise esperar a que el mozo de cuadra se despertase y preparase los caballos, así que la envié a ella a pie.

Estaba aterrorizada por enviarla a un encargo tan peligroso.

– No he traído mi puñal -dije; de haberlo hecho, se lo hubiera dado a ella.

Su sonrisa fue un tanto perversa.

– Yo sí.

Aquella noche no velé a mi padre. Yací en la cama de mi madre, con Zalumma a mis pies, en el catre que mi padre nunca se había sentido con ánimos de retirar, pero no dormí. Ahora que Antonio había muerto, Francesco ya no me necesitaba; excepto como cebo, un papel que no estaba dispuesta a interpretar. Había llegado el momento de huir; mi destino era Roma. Pensé en diferentes maneras de cruzar las puertas de la ciudad, pero ninguna parecía factible con un inquieto niño de dos años de por medio.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El secreto de Mona Lisa»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El secreto de Mona Lisa» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Jeanne Kalogridis - The Borgia Bride
Jeanne Kalogridis
Jeanne Kalogridis - La Cautiva De Los Borgia
Jeanne Kalogridis
Jeanne Kalogridis - Il Signore dei Vampiri
Jeanne Kalogridis
Jeanne Kalogridis - Il patto con il Vampiro
Jeanne Kalogridis
Dionigi Cristian Lentini - Der Mann, Der Die Mona Lisa Verführte
Dionigi Cristian Lentini
Jeanne Kalogridis - Painting Mona Lisa
Jeanne Kalogridis
Jeanne Kalogridis - The Scarlet Contessa
Jeanne Kalogridis
Jeanne Kalogridis - The Devil’s Queen
Jeanne Kalogridis
Отзывы о книге «El secreto de Mona Lisa»

Обсуждение, отзывы о книге «El secreto de Mona Lisa» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x