Colleen McCullough - El Desafío

Здесь есть возможность читать онлайн «Colleen McCullough - El Desafío» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Историческая проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Desafío: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Desafío»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Australia, finales del siglo XIX. Alexander Kinross – un escocés que ha enterrado sus humildes orígenes tras amasar una enorme fortuna en EEUU y Australia – pide la mano de la joven Elizabeth Drummond. Con apenas 16 años, ésta se ve obligada a dejar su Escocia natal para casarse con un completo desconocido. Ni la brillantez ni el dinero ni la insistencia de Kinross logran que la muchacha sea feliz en su matrimonio. Elizabeth se siente prisionera en la mansión que su marido posee en una zona remota del país y en la que su única compañía son los sirvientes de origen chino que trabajan para ellos. La tensión entre los miembros de la pareja es creciente: la joven desprecia y teme a Kinross, que no oculta su relación extramatrimonial con otra mujer. Sin embargo, lejos de aceptar la situación, Elizabeth intentará encontrar su lugar en esas extrañas tierras.
Con el nacimiento de la Australia moderna como trasfondo, Colleen Mc. retrata la vida de un matrimonio destinado al fracaso desde su inicio, y las consiguientes historias de amor que se generan fuera del mismo.

El Desafío — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Desafío», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Lo cual me lleva a hacerte una pregunta crucial: ¿cuál será la nueva capital del país?

– Por derecho tendría que ser Sydney, pero Melbourne no va a estar de acuerdo. Todos coinciden en que debería ser una ciudad de Nueva Gales del Sur.

– En cualquier parte menos en Sydney, ¿eh?

– Sería demasiado fácil hacerla en Sydney, Lee. Es la colonia más antigua, y todo eso. He escuchado propuestas que van desde Yass hasta Orange. De todos modos, hay que agradecer las pequeñas bendiciones: sir Parkes no podrá ser primer ministro porque murió el año pasado.

– ¡Por Dios! El fin de una era. ¿Quién es el actual patriarca?

– Nadie. En Nueva Gales del Sur hay un tipo llamado George Reid. Y en Victoria está Turner, pero no llegará a ser primer ministro. Es una batalla interminable, como la rivalidad que hay entre Inglaterra y Francia.

– Los franceses están a la cabeza con el tema de los automóviles.

– No por mucho tiempo -dijo Alexander cínicamente-. No tienen la experiencia que poseen los americanos y los británicos con el acero. Tienen ingeniería de precisión, pero Alemania se quedó con todos sus metalúrgicos, la planta industrial y la región de Alsacia-Lorena después de la guerra francoprusiana. Los franceses nunca se recuperaron.

– Me sorprende que todavía no tengas un automóvil, Alexander.

– Estoy esperando que Daimler cree algo que valga la pena comprar. Los alemanes y los americanos tienen los mejores ingenieros de precisión del mundo. Además, el diseño del motor es muy simple. Lo bueno de los automóviles es que no necesitas ser ingeniero para repararlos. Con algunos conocimientos de mecánica y un par de herramientas el dueño del automóvil puede repararlo sin problemas.

– También contribuirá a disminuir el ruido en las calles. Basta de ruedas revestidas de hierro, basta de herraduras para los caballos. Además son más fáciles de conducir y maniobrar que los carros tirados por caballos. Me sorprende que no te hayas puesto a fabricarlos tú mismo.

– Ya hay alguien en Australia que se está dedicando a eso. Los van a llamar Pioneer. Pero no, por el momento seguiré dedicándome al vapor -dijo Alexander.

Cuando el traje de Lee estuvo listo, se dirigieron a los astilleros navales de Portsmouth armados con cartas de presentación para recorrer el Majestic.

– Tienes razón acerca de la velocidad. Es lento. Los barcos americanos viajan a dieciocho nudos y llevan armamentos más pesados. Sin embargo, hay que admitir que tienen un blindaje más delgado. -Lee observó atentamente las escotillas del carbón-. Dicen que carga dos mil toneladas. Suficiente para navegar más de cuatro mil trescientas millas marinas a doce nudos. Pero me atrevería a decir que serán los barcos viejos los que naveguen por el océano. Con semejante consumo, éste no se alejará demasiado de los límites del mar del Norte.

– Puedo leer tus pensamientos como si tu mente estuviera emitiendo señales luminosas, Lee. Están utilizando el turborreactor de vapor Parsons para los barcos de pasajeros y los buques mercantes, y también escuché que la Marina británica lo ha usado en algunas lanchas torpederas. Cuando lo pongan en uno de estos barcos de cinco mil toneladas y cambien las barbetas por buenas torretas giratorias, tendrán verdaderos acorazados.

Alexander le dedicó una sonrisa. Recorrió al trote la crujía haciendo girar su bastón con empuñadura de color ámbar, saludando hacia el puente.

– Mantengamos los ojos abiertos y veamos cómo se desarrollan las cosas -dijo, mientras caminaban bajo la fina llovizna.

– Puedo leer tus pensamientos como si tu mente estuviera emitiendo señales luminosas -repitió Lee seriamente.

Por supuesto, era necesario inspeccionar los trabajos de ingeniería del señor Charles Parsons, así como también otras fábricas que producían maquinarias innovadoras, pero en agosto decidieron partir hacia Persia para ver los oleoductos de Peacock. Allí, Lee descubrió que el norteamericano, que hablaba farsi muy fluidamente y que había quedado al mando durante su ausencia, había hecho las cosas muy bien y podía continuar ocupándose de todo. No había más excusas: tenía que volver a casa.

Una parte de él esperaba que, de camino, Alexander decidiera ir a visitar su plantación de árboles del caucho en Malasia, pero no fue así. En Aden se embarcaron en un buque de vapor rápido que iba directo a Sydney.

– Es decir, vía Colombo, Perth y Melbourne -dijo Lee-. Creo que ésa es la razón de que Sydney sea tan impopular como capital del país. Perth podría estar perfectamente en otro continente, pero los barcos llegan primero a Melbourne. Hay que recorrer casi ochocientas setenta millas marinas más para llegar a Sydney, así que muchos barcos ni se molestan en continuar hasta allí. En cambio, si se encontrara alguna forma de llegar a Australia desde el norte, Sydney sería mucho más importante que Melbourne.

Pasó todo el viaje hablando sin parar porque no quería dar a Alexander el más mínimo indicio de que tenía miedo de volver a Kinross. ¿Cómo haría para comportarse normalmente con Elizabeth, sobre todo ahora que Alexander estaba decidido a tenerlo más cerca que nunca? Podía vivir en el hotel Kinross, sí, pero desde que Anna se había marchado, Alexander había trasladado toda la parte administrativa y de documentación a su casa. Las oficinas se habían convertido parcialmente en instalaciones para la investigación supervisadas por Chan Min, Lo Chee, Wo Ching y Donny Wilkins. Lee tendría que trabajar todo el tiempo con Alexander y seguramente debería almorzar y hasta puede que cenar en su casa.

Esos años habían sido solitarios, pero había logrado soportarlos gracias a las enseñanzas de los monjes tibetanos. Si no hubiera sido por Elizabeth, Lee tal vez habría decidido quedarse con ellos. Hubiera abandonado todo el entrenamiento y los preceptos que su madre y Alexander le habían inculcado a cambio de una vida que poseía un elemento hipnótico, una sincronía comunal gobernada por el alma. A su parte oriental le gustaba eso. Habría podido ser feliz viviendo en la cima del mundo, ajeno al tiempo, al dolor y al deseo. El problema era que Elizabeth le importaba mucho más. Y eso era un misterio. Jamás hubo en ella una mirada o un gesto que lo alentara. Ni siquiera una palabra que le diera algún tipo de esperanza. Sin embargo, no podía quitársela de la mente ni dejar de amarla. ¿Será que algunos de nosotros tenemos verdaderamente un alma gemela y que, una vez que la encontramos, vagamos sin rumbo llevados por la marea luchando eternamente por sumergirnos y fundirnos con nuestra alma gemela? ¿Para llegar a ser sólo uno?

– ¿Has avisado a Ruby y a Elizabeth de que pronto llegaremos? -preguntó a Alexander cuando el barco estaba cerca de Melbourne.

– Todavía no, pero puedo llamar por teléfono desde Melbourne. Pensé que así sería mejor -dijo Alexander.

– ¿Me harías un favor?

– Por supuesto.

– No le digas a nadie que estoy contigo. Quisiera darles una sorpresa -dijo Lee tratando de sonar informal.

– Así se hará.

Sin embargo, eso complicaba un poco las cosas. Tenían que hacer algunas visitas en Sydney: a Anna y a Nell. ¿Sería capaz esta última de mantener el secreto?

– Ahora está viviendo en la casa de Anna -dijo Alexander en el coche de punto que los llevaba a Glebe-. Cuando los muchachos se graduaron y volvieron a Kinross, no podía quedarse sola en la casa en la que vivían antes, así que sugirió que construyéramos un departamento para ella en la parte de atrás de la casa de Anna. Para mí fue un alivio. Ella tiene su intimidad pero, al mismo tiempo, está cerca de Anna para poder controlar que esté bien cuidada.

– ¿Cuidada? -preguntó Lee frunciendo el entrecejo.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Desafío»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Desafío» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Colleen McCullough - La huida de Morgan
Colleen McCullough
Colleen McCullough - El Primer Hombre De Roma
Colleen McCullough
Colleen McCullough - El caballo de César
Colleen McCullough
Colleen McCullough - Czas Miłości
Colleen McCullough
Colleen McCullough - Credo trzeciego tysiąclecia
Colleen McCullough
Colleen McCullough - Antonio y Cleopatra
Colleen McCullough
Colleen McCullough - Morgan’s Run
Colleen McCullough
Colleen McCullough - Las Señoritas De Missalonghi
Colleen McCullough
Colleen McCullough - 3. Fortune's Favorites
Colleen McCullough
Colleen McCullough - Angel
Colleen McCullough
Colleen McCullough - Sins of the Flesh
Colleen McCullough
Отзывы о книге «El Desafío»

Обсуждение, отзывы о книге «El Desafío» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x