Clive Barker - Medianoche absoluta

Здесь есть возможность читать онлайн «Clive Barker - Medianoche absoluta» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Medianoche absoluta: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Medianoche absoluta»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La hora más oscura está cada vez más cerca… Candy Quackenbush continúa su viaje por el mundo fantástico y feroz de Abarat: un archipiélago donde en cada isla es una hora distinta del día, el eterno teatro de una lucha sin tregua entre luz y oscuridad. Antiguos presagios empujan a Candy a surcar las aguas del mar de Izabella: todo indica que se acerca una tormenta. Mater Motley está obsesionada con convertirse en la emperatriz de las Islas y, para alcanzar su objetivo, urde un plan simple y diabólico: oscurece los cielos, cubriendo soles, lunas y estrellas, y despierta de los rincones más remotos del archipiélago a unos monstruosos aliados dispuestos a luchar a su lado en la batalla. Tinieblas implacables se ciernen sobre Abarat: la Medianoche Absoluta acaba de empezar y solo Candy tiene el poder para detenerla. «He visto el futuro del terror y su nombre es Clive Barker.» Stephen King"Abarat es una creación intrigante y merece ser comparado con Oz. Barker utiliza el poder de lo fantasmagórico, en un mundo regido por la lógica de los sueños." Kirkus Reviews"Clive Barker es la gran mente creativa de nuestro tiempo." Quentin Tarantino"Te mantiene fácilmente enganchado a sus páginas." The New York Times Magazine

Medianoche absoluta — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Medianoche absoluta», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—¿Y qué si los leyó en un libro? ¿No estuvo con el idiota de Wolfswinkel durante un tiempo? Sea lo que sea lo que ha aprendido, lo olvidará. La humanidad no puede retener los misterios.

Hubo un silencio largo e irritado. Finalmente, Candy dijo:

—¿Puedo irme?

—No —dijo el representante con el rostro de piedra de Efreet—. No hemos terminado con nuestras preguntas.

—Deja que se vaya, Zuprek —dijo Jimothi.

—Neabas todavía tiene algo que decir —respondió el efreetiano.

—Pues adelante.

Neabas habló como un caracol deslizándose por el filo de un cuchillo. Su aspecto era como el de una telaraña irisada.

—Todos sabemos que siente algún afecto por la criatura, aunque el motivo nos sea incomprensible. Es obvio que nos está ocultando mucha información. Si por mí fuera, llamaría a Yeddik Magash…

—¿A un torturador? —dijo Jimothi.

—No. Simplemente es alguien que sabe obtener la verdad cuando, como ocurre ahora, se oculta a propósito. Pero no espero que este Consejo autorice dicha elección. Sois todos demasiado blandos. Elegiréis la piel en lugar de la piedra y al final todos sufriremos por ello.

—¿De verdad tenéis alguna pregunta para la chica? —preguntó Yobias Thim con cansancio—. Se me han consumido todas las velas y no tengo más aquí conmigo.

—Sí, Thim. Tengo una pregunta —dijo Zuprek.

—Entonces, por el amor de Lou, pregunta.

Las esquirlas de Zuprek observaron fijamente a Candy.

—Quiero saber cuándo fue la última vez que estuviste en compañía de Christopher Carroña —dijo.

«No digas nada», le dijo Boa.

«¿Por qué no pueden saberlo?», pensó Candy y, sin esperar ningún otro argumento por parte de Boa, respondió a Zuprek.

—Lo encontré en la habitación de mis padres.

—¿Eso fue en el Más Allá?

—Sí, claro. Ni mi padre ni mi madre han estado en Abarat. Nadie de mi familia ha estado nunca.

—Bueno, eso es una especie de consuelo, supongo —dijo Zuprek—. Al menos no tendremos que lidiar con una invasión de Quackenbush.

Su humor sarcástico obtuvo unas cuantas risitas por parte de las almas compasivas que había en la mesa: Nyritta Maku, Skippelwit y uno o dos más. Pero Neabas seguía teniendo más preguntas y se puso mortalmente serio.

—¿Cuál era el estado de Carroña? —quiso saber.

—Estaba muy malherido. Pensé que iba a morir.

—¿Pero no se murió?

—En la cama no, no.

—¿Insinúas que fue en otro sitio cercano?

—Solo sé lo que vi.

—¿Y qué viste?

—Pues… la ventana se abrió de golpe y entró un montón de agua que se lo llevó. Esa fue la última vez que lo vi: cuando se hundió entre las aguas oscuras y desapareció.

—¿Estás satisfecho, Neabas? —dijo Jimothi.

—Casi —fue la respuesta—. Simplemente dinos, sin mentiras ni medias verdades, ¿cuál crees que es la auténtica razón por la que Carroña se interesó por ti?

—Ya lo he dicho: no lo sé.

—Ella tiene razón —Jimothi se dirigió a sus compañeros del Consejo—. Ahora estamos dando vueltas en círculos. Yo digo que ya es suficiente.

—Tengo que darte la razón —observó Skippelwit—. Aunque yo, como Neabas, añoro los buenos tiempos en los que podríamos haberla dejado con Yeddik Magash durante un rato. No tengo ningún problema en utilizar a alguien como Magash si la situación realmente lo requiere.

—Y esta no lo requiere —dijo Jimothi.

—Al contrario, Jimothi —dijo Neabas—. Va a haber una Última Gran Guerra…

—¿Eso cómo lo sabes? —preguntó Jimothi.

—Acéptalo sin más. Sé qué aspecto tiene el futuro y es desalentador. El Izabella se teñirá de rojo desde Tazmagor hasta Babilonium. No estoy exagerando.

—¿Y todo eso será por su culpa? —preguntó Helio Fatha—. ¿Es eso lo que insinúas?

—¿Todo? —dijo Neabas—. No, todo no. Hay diez mil razones por las que una guerra puede acabar ocurriendo. Si será la última guerra está… digamos… abierto a la especulación. Pero, tanto si lo es como si no, va a ser un conflicto desastroso porque llega con muchas preguntas sin contestar, muchas de las cuales (quizás la mayoría, quizás todas) están relacionadas con esta chica. Su presencia ha avivado el fuego bajo la sartén. Y ahora hervirá. Hervirá y arderá.

«¿Qué respondo a eso?», le preguntó en silencio Candy a Boa.

«Lo menos posible», le contestó Boa. «Deja que él vaya a la ofensiva, si ese es el juego al que quiere jugar. Simplemente finge que estás a gusto y eres sofisticada en lugar de ser una niña a la que sacaron de ninguna parte».

«¿Quieres decir que actúe más como una princesa?», contestó Candy, incapaz de alejar un genuino disgusto de sus pensamientos.

«Bueno, ya que lo planteas de ese modo…», dijo la princesa.

«¿Ya que lo planteo de ese modo?».

«Sí. Supongo que quiero decir más como yo».

«Bueno, pues sigue pensando», dijo Candy.

«No discutamos por eso. Las dos queremos lo mismo».

«¿Y qué es?».

«Evitar que nos encierren en una habitación con Yeddik Magash».

—De manera que, si alguien tiene acceso a la naturaleza de Carroña, esa es nuestra invitada. ¿No es verdad, Candy? ¿Puedo llamarte Candy? No somos tus enemigos. Lo sabes, ¿verdad?

—Eso tiene gracia, porque no me da esa impresión en absoluto —respondió Candy—. Venga, se acabaron los juegos estúpidos. Todos pensáis que yo conspiraba con él, ¿no es cierto?

—¿Conspirar para hacer qué? —preguntó Helio Fatha.

—¿Cómo voy a saberlo si no es verdad? —contestó Candy.

—No somos tontos, muchacha —dijo Zuprek cuando se volvió a incorporar a la discusión con un tono de voz claramente agresivo—. Seguimos teniendo a nuestros informantes. No puedes frecuentar a alguien como Christopher Carroña sin llamar la atención.

—¿Me estás diciendo que nos estuvisteis espiando?

Zuprek permitió que una sonrisa fantasmal rondara su rostro de piedra.

—Qué interesante —dijo en voz baja—. Huelo culpabilidad.

—No es verdad —replicó Candy—. Solo puedes oler irritación. No teníais derecho a vigilarme. A vigilarnos. ¿Sois el Gran Consejo de Abarat y espiáis a vuestros propios ciudadanos?

—Tú no eres una ciudadana. Eres una doña nadie.

—Eso ha sido muy cruel, Zuprek.

—Se está riendo de nosotros. ¿Es que ninguno se da cuenta? Será nuestra muerte y se ríe de nosotros.

Se produjo un silencio prolongado. Al final alguien dijo:

—Hemos terminado con esta entrevista. Sigamos adelante.

—Estoy de acuerdo —dijo Jimothi.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Medianoche absoluta»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Medianoche absoluta» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Medianoche absoluta»

Обсуждение, отзывы о книге «Medianoche absoluta» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x