Todos los estudios previos se han desarrollado insertos en un contexto de investigación-acción en el mejor sentido del término. El programa de Salud Integral del Adolescente en el consultorio La Faena creció en forma importante en la década de los 90 bajo la conducción de Matilde Maddaleno. Con el apoyo de la Fundación W. K. Kellogg se desarrolló una intensa labor de capacitación del personal de esa unidad, labor en la que participamos hasta hoy. Además, el programa se amplió a otros consultorios de la Comuna de Peñalolén y posteriormente a todo el Servicio de Salud Metropolitano Oriente. Al asumir la Dra. Maddaleno responsabilidades como Asesor Regional del tema en la Organización Panamericana de la Salud en Washington, D.C, distintos grupos chilenos han mantenido una activa asesoría a profesionales de salud, educación y otras áreas, a nivel no sólo nacional, sino internacional: en varias oportunidades se han desarrollado actividades conjuntas de capacitación para profesionales del Cono Sur, y especialmente de la República Argentina. Nuestro texto Guías Curriculares de Salud Integral del Adolescente (15)es un producto de este permanente esfuerzo de capacitación.
Uno de los temas reiterativos en toda esta trayectoria ha sido la convicción de que es mejor integrar los esfuerzos preventivos dirigidos al adolescente en programas comunes. La tradición de separarlos en categorías fragmentarias (programas de prevención de farmacodependencias, de medicina reproductiva, de prevención de la violencia o del fracaso escolar) lleva a múltiples duplicaciones de esfuerzo y a gastos innecesarios para terminar, generalmente, ayudando a los mismos adolescentes desde nichos administrativos o burocráticos diversos. Si bien nuestra aproximación al tema fue desde la salud mental y la prevención del alcoholismo y la drogadicción (16), tema en el cual pudimos demostrar la importancia especial del grupo de pares en los programas educativos (17), progresivamente hemos llegado a la convicción de que los factores antecedentes de estos temas, que se revisarán en detalle en varios de los capítulos de este texto, son comunes. Los programas preventivos, creemos, debieran desarrollarse en forma cada vez más integrada. El camino recorrido nos permite señalar en algunas direcciones: además del fortalecimiento de la familia y la integración de programas, ya mencionados, agreguemos el foco en los sistemas escolares y la participación juvenil.
Todo éste no ha sido un recorrido solitario: hemos integrado parte de un equipo, al cual es oportuno agradecer en este momento. El poder comunicar estos resultados ha sido posibilitado por muchas instituciones y personas. En primer lugar, y antes que nada, por la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, que fue el lugar desde donde se desarrolló la mayoría de nuestros estudios. Ésta más que centenaria institución mostró, una vez más, su compromiso con el mandato de Bello acerca de estudiar los problemas urgentes de nuestro país. Los temas de adolescencia tienen en ella una larga trayectoria, con nombres como los de Paula Peláez, Ana María Kaempffer y, actualmente, Santiago Muzzo y Ramiro Molina. Dentro de esa Facultad, el equipo de la Unidad de Salud Mental contribuyó permanentemente con aportes y comentarios a esta línea de estudios. Debemos mencionar en especial a Gabriela Venturini, Anita Marchandón, Nina Horwitz, así como a Gloria Estrada y Elba Andrade. El trabajo colaborativo con la unidad de Medicina de la Adolescencia de la Universidad de Minnesota y, en especial, con Robert Blum, Trisha Beuhring y Michael Resnik, ha sido una experiencia extremadamente satisfactoria. En el plano editorial, han difundido nuestros estudios en forma de libros la Editorial Universitaria, las Ediciones de la Universidad Católica de Chile y la Corporación de Promoción Universitaria. Esta última institución, además, ha realizado diversos seminarios académicos para discutir nuestros hallazgos y puntos de vista. El apoyo financiero para las investigaciones ha venido del Departamento Técnico de Investigación de la Universidad de Chile, del Fondo Nacional de Investigación Científica y Tecnológica, del fondo de subsidios a la investigación de la Organización Panamericana de la Salud y, en forma muy especial, de la Fundación W. K. Kellogg. Esta última, fuera de prestar su apoyo directo al Proyecto Peñalolén, antes descrito, ha subsidiado la Subred de Familia y Juventud, que ha permitido intercambiar experiencias sobre estos temas con otros grupos nacionales y con aquellos allende los Andes. La Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud nos han invitado a participar en reuniones de expertos, dándonos una visión más global de estos temas. La preocupación de esa Organización por ellos es antigua: la visión profética de Jorge Rosselot promovió iniciativas que han sido concretadas por Elsa Moreno, Joao Yunes, Néstor Suárez Ojeda, Carlos Serrano, Mabel Munist y, actualmente, Matilde Maddaleno.
Finalmente, y en forma muy especial, vayan nuestros agradecimientos para la Fundación Rockefeller, que nos ha permitido redactar este libro en su Centro de Estudios en Bellaggio, a las riberas del lago de Como en Italia. Esta invitación ha posibilitado el tiempo y las condiciones de trabajo ideales para esta tarea.
Ramón Florenzano Urzúa y Macarena Valdés Correa
CAPÍTULO I
Introducción
Julián observaba cabizbajo cómo sus compañeros se inscribían en diversas carreras universitarias. Hijo de una familia humilde, pasó a ser el jefe de hogar cuando a los ocho años de edad su padre abandonó la casa. Su madre, con esfuerzo y tenacidad, trabajó y pudo mantener a sus tres hijos en la escuela y liceos de su sector. Julián respondió estudiando seriamente y ayudándola con trabajos ocasionales que podía hacer los fines de semana. Al terminar su enseñanza media, comprobó cómo su puntaje ponderado en la Prueba de Aptitud Académica no era, sin embargo, suficiente para entrar a alguna de las universidades tradicionales. Su madre no contaba con los recursos para inscribirlo en una privada. Sus compañeros más afortunados elegían alegremente entre diversas carreras que eran anunciadas por los multicolores folletos de la prensa de fines de año. Resignado a trabajar, comenzó una larga peregrinación con su curriculum y diploma de licencia secundaria por varios lugares. Pudo allí comprobar cómo éstos no acogían su nivel deformación como útil más que para tareas de empleado administrativo, junior o de aseador. En la gran mayoría de los lugares se exigía formación técnica o profesional. Progresivamente se percató de que su posibilidad ocupacional real era uno de esos empleos. En diversas industrias a las que acudió se le dijo que debería tener una formación técnica más específica, que con una licencia secundaria tampoco calificaba para actuar como obrero especializado. Julián observaba cabizbajo cómo sus compañeros se inscribían en diversas carreras universitarias. Por primera vez entendió a quienes, frustrados, se refugiaban en la marihuana.
Vivimos en mundo para los jóvenes, pero no de los jóvenes. Los temas ligados a la juventud aparecen a diario en la prensa, a veces, pintados en forma entusiasta e ilusionada, con una visión idealizada de lo que es ser joven hoy día. En muchas otras oportunidades, los adolescentes aparecen como los chivos expiatorios de múltiples males sociales: la droga, la promiscuidad sexual, la despreocupación y falta de responsabilidad son presentados como problemas exclusivamente de ellos. Los jóvenes son halagados y vilipendiados a la vez: los políticos cortejan su apoyo pensando en futuras elecciones, y los administradores de sistemas educacionales y laborales los ven como los sujetos a quienes hay que incorporar en sus sistemas sin que alteren demasiado el funcionamiento de éstos. La opinión pública los tiene constantemente en el foco de su atención. Los departamentos de prensa de los medios televisivos y escritos saben que las noticias sobre el aumento de consumo de cocaína, de los embarazos tempranos, de la delincuencia juvenil y otros temas ligados a la juventud, venden y, por lo tanto, les dan espacio en titulares y en tiempo estelar de noticiarios y de programas de conversación.
Читать дальше