Doce inalámbricas que dan voz a una sola mujer o doce voces de mujeres, que luego seguirán multiplicándose en otros poemas . El amor, el desengaño, la exploración del sí misma y de la lengua.
Quince poemas cierran el ciclo. Argumentos , brevísimas historias que no pueden ser narradas.
Inalámbricas y otros poemas fue publicado por primera vez en 1999, por Libros de Tierra Firme. Esta nueva edición se propone prolongar su destino a la búsqueda de nuevos lectores.
Claudia López Swinyard
y otros poemas
Inalámbricas y otros poemas
Claudia López Swinyard
1a edición, 2019
Inalámbricas y otros poemas fue publicado por primera vez (en papel) por la editorial Libros de Tierra Firme, en 1999.
Diseño de cubierta: Mailén Tamargo Gandía
ISBN: 978-987-86-0769-6
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a mi hermana Paula
con la persistencia de los ciclos
llueve
sin más
desde hace meses centenarios
en el fondo de la casa
el agua acerca
las imágenes remotas
de todos los naufragios
al más acá amarillo
donde se hace difícil
refugiarse
sin embargo,
hay puentes como dedos crispados
astilleros
islas femeninas
y sobre todo
un capitán de luto
el siempre padre
que nos dejó la dirección exacta
del tesoro
hermana,
sólo las dos la conocemos
inalámbricas
mira el fuego cotidiano
hasta que los ojos se le endurecen
y se sueldan a la llama
adosada a la sombra
ha roto los lazos que la unían a otra divinidad
a otro destino
sus imágenes anteriores se encogen aturdidas
solo valen como combustible
ella
una sucesión de destrucciones
y una mirada muerta de sed
asciende
desde la superficie donde la demora
el recurso ritual
el fuego
la forma de lo ignoto
ha abandonado el arco ficticio
de las certezas
cruje
el infierno y el paraíso están siempre al ras
son continuos
de la misma materia
el duelo y la fiesta
la calabaza y el príncipe
la desvían
baila
pierde los zapatos
sonríe
lo único indeleble es la ceniza
así es que baja
y en el desdén mineral
cae
languidece
sin el motivo de las estaciones
solo porque sí
en el declive
del agua
así
como si alguna causa que la razón no entiende
la dejara caer
para la geometría amorosa
como un divertimento
de la sensiblería
pero,
cae así
para que los corazones furtivos
tiemblen
en las superficies
de sus pozos
Con la seguridad del fuego
en el centro de las bocacalles
se sostiene justo
cuando la promiscuidad de los zapatos
está a punto de robarle
la huella indócil.
Entonces,
es probable que se pliegue
sobre su propio dobladillo
cocido por generaciones de manos perfumadas
en posición de fiera
tan pétalo soldado
que los distraídos piensan
con el nudo de la corbata en celo
en llamar a sus esposas a la casa.
La calabaza
ingresa
a punta de clarines.
La constelación
de futuras princesas
sigue puntualmente
su coreografía hipnótica
para la corte de bostezos.
Ella
(alguien debe hacerlo)
desordena la escena
y deja para siempre
su signo
en la escalera.
en algún lugar se mece
quebrada por el horizonte y los desvelos
para que la hija duerma
acuática
imperturbable
parece que bajara o que subiera
entre los estruendos de todas las batallas
para dejar al margen de la muerte
el beso anaranjado
y la línea de fuga
en algún lugar
enciende la madera de los barcos
hasta incendiar el mar
para que la hija
no conozca
los pañuelos salados
ni los besos inútiles
en algún lugar esta mujer
se desprende de la premeditada red
que tejieron
los dioses
cuando se dieron cuenta de que eran
mortales
Ocupa los estantes con fantasmas
de noches únicas.
Ella los cuida,
los alimenta con giros de su cuerpo
en el arreglo.
Sobre sus piernas nylon negras
ellos se chocan.
Los dedos de ella
en compás
dibujan un campo de batalla
para que resuelvan sus pesadillas.
El brazo acero
les atraviesa los corazones
(ellos brotan metal en vez de sangre).
El otro
a tiempo retiene
mercurio nylon negras
en las capas de vidrio.
Ella les habla.
La promesa dibuja alfileres
en los ojos de ellos
que relucen escudos enemigos.
Se forman
por órdenes de sucesivas glaciaciones.
A trasluz,
en el nivel nylon negras,
se enceguecen
de noches únicas.
en el umbral o en los marcos
sin entrar
sin salir
de la casa
se balancea al ritmo de la sangre
intercambia gestos o palabras
para que las ceremonias cotidianas
continúen sin ella
nunca está
donde la ven
pacientemente ha forjado su trapecio
invisible
entra y sale
como un pájaro de agua
por el fuego futuro
del corazón del valiente
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