abandonados la pasada Navidad.
Dulces sueños al cuervo oculto
en el busto de Palas Atenea.
Dulces sueños a la calavera charlatana
de la televisión.
Dulces sueños a la santidad y a la fraternidad
mutuamente opuestas.
Dulces sueños a las familias que cenan
en Pascua cagadas de palomas.
Dulces sueños a los refugiados que cruzan
la frontera como muertos vivientes.
Dulces sueños al monstruo
que está justo detrás de ti.
Dulces sueños al corazón
que hace caer el sonajero.
Dulces sueños al llanto
que hace callar la oración.
Dulces sueños a la mujer de negro
que deja de mecer la cuna de tu hijo.
VI (II)
Dulces sueños a los refugiados
ocultos en la televisión
Dulces sueños a la oración que hace
caer las cagadas de palomas.
Dulces sueños a la lluvia
en los ojos cerrados.
Dulces sueños al monstruo
que mece la cuna de tu corazón.
VI (III)
Dulces sueños a Yavhé, Alá,
Brahmā, Aura Mazda o Tirthankaras.
Dulces sueños a Samael, Shaitán,
Angra Mainyu, Iama o Mara
Dulces sueños al Corán, al Evangelio
a la Torá, Zend Avesta o Canon Pali
Dulces sueños a Mahoma, Jesucristo,
Siddharta, Mahavira o Zarathustra.
Dulces sueños a la cruz, la esvástica,
la rueda del dharma o la estrella de David.
App Eugenesia
VII
Oigo un grito escandaloso plantado
en el único hueco existente al ojo humano.
Miles de arañas corretean triunfantes
de un lado a otro por mi cuerpo paralítico
mientras la cortina de acero y el pañuelo de seda
envuelven mi corazón gris encontrado en el río
como una guirnalda despedazada.
Y te preguntas: «¿Qué hacemos aquí?».
Busqué la comunión con la naturaleza,
la individualidad solitaria,
el vínculo con el yabyum,
la constante impermanencia.
Y te preguntas: «¿Qué pasará ahora?».
Ojalá estuvieras aquí,
frente a frente,
y te hablaras a ti mismo.
Estás llegando y, ¿crees haber nacido?
Estoy preparado para entrar en la nueva ciudad,
íntimamente sacrificado.
Estoy preparado para recibir el nuevo espíritu,
doblemente divino.
Y te pregunto: «¿Puedes sentirme?».
VIII
¿Cómo apaciguarías la ira inmisericorde de los dioses?
¿Sacrificarías tu mejor ganado?
¿Arrebatarías la vida de tu primogénito?
¿Ofrecerías el Holocausto Sagrado?
Dime, ¿cómo apaciguarías la ira inmisericorde de los dioses?
Deslízate por mi interior.
IX
Oh, mi hermosa España,
estoy acercándome a tu hombro maricón,
estoy sumergiéndome en tus entrañas
para expurgar cada parte de tu asqueroso sistema.
¿Cuándo dejarás caer los huevos de codorniz?
¿Cuál es la Voluntad?
Cuando un rey cae,
otro se levanta.
X
No encuentro a las deslenguadas
prostitutas de c/ Córdoba.
Las habitaciones del Club D’antony
eran rojas con sábanas acrílicas
tan finas que podías percibir
su gran coño ubicuo y suculento.
Hemos vuelto a la ciudad
de las Ratas y las Malas Hierbas.
Mi amigo está de vuelta.
Tenemos que podar.
Gestar la vida.
Tatuarnos los brazos.
Hemos vuelto a la ciudad
de los Dioses y el Mal Gusto.
Ven con nosotros.
Estamos dentro.
Tenemos café y otras drogas
para mantenernos despiertos.
La luna permanece tranquila
en lo alto de la colina.
XI
Mirada asiática.
Pelagra.
Claridad metálica.
Turpiales.
XII
26 de abril.
1937.
Legión Cóndor.
Diluvio ilegítimo.
Olor mordiente.
Guernica.
XIII
Oficial.
Schutzstaffel.
Alois Brunner.
Beriberi.
Escorbuto.
La muerte tuvo lugar
en Damasco.
XIV
¿Qué sabrán ellos acerca de la locura, la soledad,
la tristeza, el romanticismo, la oscuridad,
los arrebatos de ira y pasión, la violencia, el odio,
el miedo, la culpabilidad, el desorden, el caos, la tensión,
la imaginación, el suicidio, la bipolaridad,
la depresión, el sueño y la pesadilla, la inspiración,
la influencia, las emociones, los placeres, la odaxelgania,
el contacto, el anhelo, lo prohibido, la contradicción,
lo extraño, la enteogénesis, la muerte de DIOS en mi cabeza?
¿Qué sabrán ellos, que dan la espalda a mis poemas?
XV
Caminaré pisando la hierba como una sombra espectral
con la infancia al descubierto absolutamente erróneo
reconstruido mártir inmortalizado ante mis ojos
ejercido en la noche promiscua de los señores
símbolo viviente de la agonía y el éxtasis
estremecido amor aferrado a mis pies
contemplado por los cielos abiertos
inclinado hasta pudrir la sangre
el sueño navega hacia la luz
la belleza ha terminado
olvida el sufrimiento
los moribundos y
catecúmenos
pesares
XVI
En las noches de luna,
cercano a la vida y a la voluntad,
deja que el mundo se haga pequeño.
En las noches de luna,
valiente y desacomplejada,
espera la llegada del sol naciente.
XVII
Distopía. Dientes blancos de pedernal. ¿Sabéis que ya mismo se podrá cultivar en humanos órganos de cerdos para trasplantes? Realmente es un gran paso para la humanidad y una matanza para los cerdos. El hombre muere trabajando. La música se renueva. El muro se ha levantado en la frontera. ¿Por qué fue Jesús crucificado? ¿Cuál será nuestra moneda de cambio? Nosotros, los de la raza y el placer. Nosotros, los hijos de la quinta noche. Despierta ¡Ha habido un nacimiento! ¿Y la madre? El presidente no habla de los judíos. En la mesa encontrarás avena y uvas. Sírvete. El edículo queda inaugurado ¿Y la piedra? Ha sido movida. ¡Pasen y vean! cinco euros la entrada. Habrá descuentos y un guía gratis por cada grupo de diez personas. Mamá, llévame a ver la tumba de papá. No tengo dinero, Sarah.
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