1 ...6 7 8 10 11 12 ...17 Después de la segunda sesión, Joe desertó jurando nunca regresar a una consejería. Ruth solo volvió para reportar que lo había dejado y que había «regresado con su madre». Durante la hora de charla, ella se convenció de su responsabilidad delante de Dios de regresar con su esposo y dijo: «Está bien, si eso es lo que Dios dice, debo hacerlo, y lo haré. Pero no me gusta». Ruth había aprendido cómo funcionar como una esposa cristiana, independientemente de la respuesta de Joe. Cuatro sesiones más tarde (ocho semanas) Joe retomó la consejería. Reportó que los cambios en su esposa lo habían convencido de que no todo estaba perdido.
Seis semanas más tarde, el consejero preguntó: «Joe, ¿qué más te gustaría que haga por ti?». Él respondió: «Puede enseñarme más acerca de lo significa vivir una vida cristiana». ¿No podría haberse evitado tres años de agonía para esta pareja con una correcta preparación para el matrimonio? ¿No es posible que esto hubiera prevenido su falta de compromiso en el servicio? ¿No sería esto redimir el tiempo tanto para el pastor como para la pareja?
Esta discusión acerca de la teología de la consejería prematrimonial busca dos cosas: (1) demostrar la responsabilidad teológica del pastor de realizar una consejería prematrimonial y (2) animar a futuras exposiciones, ideas y escritos acerca de la obligación pastoral desde un punto de vista teológico.
2 LA IMPORTANCIA DE LA CONSEJERÍAPREMATRIMONIAL A LA LUZ DE SUS VENTAJAS
La palabra ventaja habla de beneficio, ganancia o utilidad. Aplicada a la consejería prematrimonial sugiere que contribuye, prácticamente, a un ajuste saludable del matrimonio. Considerando la actual crisis de la familia y sus repercusiones tanto en la iglesia como en la sociedad, este aspecto tan prometedor del ministerio debería ser recibido sin reservas. Sin embargo, es probable que la respuesta inicial de algunos líderes cristianos latinoamericanos acerca del uso o de las ventajas de la consejería prematrimonial sea reservada. Es importante considerar las razones para esto, tres de las cuales son las siguientes:
• Para algunos, tal asociación les parecerá hacer de la consejería prematrimonial un acercamiento pragmático para evitar el conflicto matrimonial; un curso de acción introducido a la iglesia por la simple razón de que parece funcionar. Estos individuos reconocen perceptivamente que los beneficios prácticos no justifican un procedimiento dado. La prioridad debe darse al asunto de la garantía o validación bíblica.
• Para otros, el tópico de las ventajas suena a una «charla de éxito». Esto despierta un sentido de descontento por su asociación con las muchas técnicas ministeriales lanzadas en la tan programada y orientada al éxito cultura norteamericana; muchas de ellas promovidas en Latinoamérica como la respuesta a todas las necesidades relacionadas con la iglesia. Desafortunadamente, muchos de estos métodos se han exportado al sur con poca o ninguna preocupación de su relevancia, y sus sensibilidades y valores. Y como era de esperarse, los resultados no siempre han sido beneficiosos.
• Para otros, el énfasis en las ventajas despertará malos entendidos asociados con la psicología. Aunque parece que los evangélicos en Latinoamérica están abiertos, mayoritariamente, a esta disciplina (en parte por la gran cantidad traducida de materiales de psicólogos norteamericanos), muchos líderes permanecen aprehensivos. Están conscientes de que los métodos terapéuticos propuestos por la psicología prometen grandes beneficios; pero existe preocupación porque quizá la búsqueda de tal ganancia pueda hacer que los fieles estén receptivos a ciertas concepciones humanísticas que son insostenibles desde el punto de vista bíblico. Contra este peligro, es comprensible que para algunos el hecho de que el presente capítulo se enfoque en las ventajas parezca, a primera vista, más bien algo acoplado a la psicología secular que a un ministerio bíblico.
Tales preocupaciones serán tratadas satisfactoriamente para que la consejería prematrimonial se convierta en una opción viable para el ministerio de la iglesia en Latinoamérica. Para lograr este fin, hay dos consideraciones fundamentales que deberían ser enfatizadas:
1. Este libro se desenvuelve en el campo de la consejería prematrimonial bíblica . La designación bíblica indica que la fuente de este procedimiento no es el pragmatismo ni algunos conceptos ministeriales importados, tampoco la agenda de la psicología. Como se trató de demostrar en el capítulo anterior, la consejería bíblica prematrimonial está construida en un fundamento teológico sólido: el matrimonio es divinamente ordenado y es una institución permanente a la que se ingresa mediante un pacto. La solemnidad de este hecho llama a la iglesia a hacer todo lo que sea posible para salvaguardar la naturaleza inviolable de este pacto. Esto implica que un pastor debe estar convencido, más allá de cualquier duda razonable, de que el matrimonio que él está bendiciendo no terminará en fracaso. Y para que esto sea posible, él debe conocer a la pareja, enseñarles acerca del matrimonio bíblico y ayudarles para aplicar estas verdades a sus vidas. Esto podría parecer una tarea demandante, aunque en realidad refleja el corazón mismo del ministerio pastoral: guiar a las ovejas hacia senderos seguros y prósperos, porque eso es lo que Dios espera.
2. Las ventajas de la consejería prematrimonial reflejan profundos principios bíblicos. Como se evidenciará a lo largo de este capítulo, hay un valioso soporte bíblico detrás de cada una de las ventajas consideradas. El lector observador podrá notar, sin embargo, que en algunos puntos también hay algún grado de correspondencia con ciertas ventajas ofrecidas por sistemas extra bíblicos de ayuda a la gente. Por ejemplo, tanto la consejería bíblica como la psicología están de acuerdo en que la consejería prematrimonial ayuda a la pareja a manejar las situaciones prácticas (punto 1. e.). Pero este acuerdo puede ser considerado sin consecuencia alguna en la presente discusión, dado que los beneficios descritos no buscan o necesitan de soporte alguno de fuentes distintas de la Escritura.
Las ventajas de la consejería prematrimonial se dividirán en cuatro categorías generales: para (1) la pareja, (2) el pastor consejero, (3) la iglesia y (4) la sociedad. Esta división sugiere la diversidad y riqueza de los beneficios de este aspecto del ministerio. Para propósitos puramente prácticos, las letras CBPM se usarán a menudo en lugar de la designación completa: «Consejería Bíblica Prematrimonial».
1. Ventajas para la pareja. La mayoría de las ventajas que se tratarán bajo las cuatro categorías benefician a la pareja.
a. CBPM ofrece la oportunidad para que las parejas desarrollen una filosofía bíblica de la vida y un punto de vista cristiano. Aunque la mayoría de la gente no está consciente, todos tenemos una filosofía de vida o una manera de mirar el mundo. Este es el sistema de ideas que cada persona mantiene acerca de la vida y el universo. Incluye las presuposiciones (asumir lo que es verdad), los valores y las creencias básicas. Una visión del mundo nos ayuda a llevar cuenta de los hechos y las experiencias, y a ponerlos juntos. Es como un par de lentes a través de los cuales vemos e interpretamos nuestro medio. El punto de vista de alguien tiene mucho que ver con su comportamiento, dado que mucho de lo que uno asume influencia fuertemente lo que uno cree, y lo que hace o deja de hacer. Aplicando esto a la relación matrimonial, cuando los esposos hablan de valores, estándares y prioridades de la Escritura, inevitablemente comienzan a vivir un estilo de vida que glorifica a Dios, es decir mantienen su diseño para la institución del matrimonio. Por esta razón, la CBPM impulsa activamente a una pareja a adquirir una forma bíblica de ver las cosas. Por ejemplo, se les pide desarrollar un tiempo devocional juntos como un paso inicial hacia el objetivo de ver la vida con los ojos de Dios.
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