Foto 6: Paleoduna de Punta Concón, estratificación entrecruzada eólica de arena en la parte superior.
Al continuar la acumulación de arena se forman voluminosas dunas activas en cordones cuyo eje principal se dispone perpendicular a la dirección de proveniencia del viento; en un perfil se observa que estas dunas son disimétricas, con pendiente suave en su ladera de barlovento y abrupta a sotavento, donde se forma el frente de deslizamiento y avance de la duna (Figura 5). En efecto, el movimiento de las dunas se debe al arrastre de la arena desde la ladera de suave pendiente que enfrenta al viento o ladera de barlovento, hacia la parte protegida de pendiente más marcada o ladera de sotavento. Más al interior del continente no se forman dunas debido a la menor acción del viento, la escasez de arena y la colonización vegetal que frena su avance.
Figura 5: Frente de avance de una duna activa, la arena acumulada cae por la cara de deslizamiento hasta la base por donde la duna avanza.
Foto 7: Duna de Los Choros, frente de deslizamiento con pequeños derrumbes que se deslizan hasta la base de la duna, mecanismo que produce su avance (la escala está señalada por la huincha amarilla al centro de la foto y marca un metro).
2.3. Influencia de la orientación y topografía de la línea de costa
La orientación general de la línea de costa chilena es perpendicular a la dirección de proveniencia de los vientos eficaces, lo que es favorable para la formación de dunas. En los tramos de costa con dicha orientación, se sitúan sistemas de dunas cuyo eje principal se orienta de noroeste a sureste, por ejemplo, entre El Tabo y Las Cruces (33º 26’S); Longotoma, 32º 24’S; Ritoque, 32º 49’ S ; Chanco, 35º 43’S; Paicaví 37º 50’S; entre Puerto Saavedra 38º 46’S y Toltén 39º 12’S.
También, la existencia de un espacio topográfico como el de las terrazas marinas bajas y amplias de algunos tramos de la costa es otro factor favorable para la instalación de las dunas activas que cubren la terraza marina baja, delimitada hacia el interior por un acantilado marino antiguo.
2.4. La vegetación y su importancia en la formación de dunas
La vegetación de las dunas es altamente específica, adaptada a condiciones ambientales extremas como el golpeteo de los granos de arena movidos por el viento, las inmersiones por el oleaje, la salinidad, la movilidad y la alta porosidad del sustrato, entre otras condiciones para las cuales las plantas modifican sus hojas, raíces y su forma, dependiendo de la especie vegetal colonizadora.
Las plantas halonitrófilas de las dunas, que soportan la salinidad, generan un obstáculo en el sustrato donde se inicia la acumulación (Foto 4), creando montículos de arena. La especie Ambrosia Chamissonis desarrolla tallos y raíces profundas para alcanzar las napas freáticas, al mismo tiempo que ocurre la acumulación de arenas; así se forma un montículo de un metro o más de altura (Foto 8).
La relevancia biogeográfica y fitosociológica de las dunas ha sido definida por Albert, A. 1900; Kohler, A. 1970, quien determina el carácter de neófita de la especie Ambrosia Chamissonis ; Ramírez, C. 1992, quien describe las principales entidades fitosociológicas reconocidas en las dunas de Chile central; así la síntesis de la diversidad vegetacional y avifauna de las dunas se puede ver en el Cuadro 3 (Castro, C. et al. 2003).
Foto 8: Los Vilos, formación de dunas monticulares por presencia de Ambrosia Chamissonis .
Foto 9: Duna de Chanco, sistema radicular de Ambrosia Chamissonis .
Cuadro 3: Diversidad de la vegetación y avifauna de dunas costeras de Chile.
3. GEOMORFOLOGÍA DE LAS DUNAS
La forma de una duna depende del modo como interactúan la arena, el viento y la vegetación. Así mismo, un sistema dunario desarrollado tiene diferentes generaciones de dunas (Paskoff, R. 1970). Así, al analizar un perfil transversal desde la orilla de la playa hacia el interior, se reconoce una secuencia con los siguientes tipos: anteduna bordera, depresión interdunaria, dunas activas libres, dunas longitudinales y dunas antiguas estabilizadas(Castro, C. 1985), según se observa en la Figura 6 y las Fotos 9, 10 y 11.
Figura 6: Zonación de formas y vegetación de dunas costeras de Chile.
Foto 10: Duna Monticular de Santo Domingo, a partir del nivel de la más alta marea, se forma por el efecto de obstáculo de especies como Ambrosia Chamissonis (en la foto); Nolana Paradoxa; Carpobrotus Chilensis .
Foto 11: Los Vilos, duna en medialunao barján, formada por vientos unidireccionales y ausencia de vegetación.
3.1. La anteduna bordera y su importancia como barrera de protección
Forma una banda paralela a la playa y se encuentra en contacto con esta; su ancho varía entre 50 y 200 metros y la conforman dunas en montículos separadas por corredores de deflación orientados según el viento dominante. La anteduna bordera tiene una función natural significativa como defensa de la costa y elemento de equilibrio de la zona de contacto entre la playa y la base de la duna, Figura 7. En efecto, constituye una reserva de arena disponible para reponer los sedimentos que la playa pierde durante las marejadas invernales o por una ola de tsunami, ver Foto 12.
Figura 7: Variación estacional del perfil playa-anteduna bordera con erosión en invierno y reconstrucción en verano.
Foto aérea: C. Alvarado.
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