vvaa - Uganda

El elefante es el animal terrestre más grande. Es también el único mamífero que tiene una trompa: este curioso y característico órgano, cuya punta está formada por dos «dedos» muy sensibles, es el miembro más importante del animal. El elefante puede bajarla hasta el nivel del suelo o elevarla hasta una altura de 5 m, la utiliza para oler, agarrar y coger la comida, para beber e incluso para respirar (cuando el elefante cruza un río profundo, utiliza la trompa como un tubo de buceo). En la base, está flanqueada por dos defensas: dos colmillos modificados que el elefante usa para levantar, cavar, cortar, tallar, abatir y golpear. El marfil crece 10 cm por año, así que los colmillos rotos son reemplazados regularmente. Tiene también cuatro enormes molares que se renuevan seis veces durante su vida. Finalmente, cuando se desgastan permanentemente (lo que ocurre después de unos sesenta años), el elefante, incapaz de masticar el alimento, muere de desnutrición, enfermedad o hambre.

Se alimenta de hierba, que representa el 80 % de su dieta diaria, ramas, semillas, hojas, cortezas, raíces... ¡El consumo es de 150 a 250 kg por día! Muy aficionado a las frutas (especialmente las de la marula), puede comerlas hasta la indigestión. Duermen relativamente poco (no más de 4 a 5 horas), pasan la mayor parte del tiempo (16 horas de promedio) comiendo y recorriendo largas distancias para diversificar su dieta lo más posible. El agua también juega un papel importante en la determinación de sus desplazamientos. Aunque puede permanecer varios días sin beber, la situación no puede prolongarse demasiado, lo cual obliga al animal a desplazarse para satisfacer su necesidad imperiosa de agua (esto explica las migraciones durante la estación seca).

Una de las características más interesantes de la raza es su complejo sistema social, que es de tipo matriarcal. La estructura básica se basa en la familia, formada por varias hembras adultas y sus crías liderados por la matriarca, la hembra más vieja y, por tanto, la más experimentada de la manada. Ella es la que dirige al grupo y toma la decisión de huir o atacar en caso de peligro. Cuando es demasiado vieja o débil, la matriarca se aleja del grupo y es reemplazada por la hembra más vieja inmediatamente después de ella. Curiosamente, los machos adultos no tienen poder en la familia; de hecho, no permanecen en el rebaño, sino que se mezclan esporádicamente con diferentes grupos, especialmente cuando las hembras son fértiles. El resto del tiempo, viven solos o en pequeños grupos de 2 a 20 ejemplares, cuya composición varía y muy a menudo cambia de una semana a otra.

Una familia está formada por unos quince miembros; cuando crece, tiende a dividirse: una parte de la manada permanece bajo la tutela de la madre y la otra pasa a estar bajo la supervisión de una «hermana» o una «prima». Sin embargo, durante la estación seca, dado que las familias van a parar a los mismos puntos de agua y de comida, tienden a reunirse en grandes manadas. Es decir, los elefantes son animales muy sociales. Este carácter se puede observar en muchas manifestaciones, sobre todo durante el juego de trompas y gritos: cuando dos individuos se saludan, se huelen, se tocan, se acarician y meten sus trompas en la boca del otro. Cuando dos familias cercanas se reúnen después de una separación de varios días o semanas, dejan que su alegría estalle: entre barritos y retumbos, defecan y multiplican el roce de sus trompas... Todos estos signos y toqueteos, indudablemente cargados de un significado preciso, dan testimonio de los múltiples medios de comunicación que la raza parece tener a su disposición. Investigaciones recientes han demostrado que los elefantes disponen de un verdadero lenguaje y pueden emitir sonidos de baja frecuencia muy por debajo del umbral del oído humano. Estos sonidos, muy útiles, eliminarían la interferencia de la vegetación y permitirían que los paquidermos se comuniquen en un radio de diez kilómetros.

El contacto y la sociabilidad son esenciales en los elefantes y también se manifiestan por el instinto de protección.

Dentro de la misma familia, la solidaridad no es un concepto vacío: a menudo sucede que dos elefantes mantienen a uno de sus compañeros de pie cuando están enfermos o heridos. Este apoyo es claramente perceptible en la relación entre las madres y sus crías. En caso de peligro, las hembras comienzan a galopar en filas cerradas y mantienen a las crías en el centro. Si la huida no es suficiente, se juntan en fila y forman una muralla defensiva tras la cual se refugian los más pequeños. Del mismo modo, la matriarca es muy atenta y solícita con su descendencia todos los días: acaricia regularmente a sus crías con la trompa, las levanta cuando se caen, las empuja cuando la pendiente es demasiado empinada, las ducha y las frota durante los baños, las sostiene por la cola para guiarlas y las ayuda a superar ciertos obstáculos. Se transforma en un verdadero ángel de la guarda hasta que el bebé llega a la pubertad (10-12 años). Es el momento en que el joven macho se enfrenta solo a la sabana africana para probarse a sí mismo... La hembra, por su parte, permanece en la familia y, a partir de los 13-14 años, comienza a procrear. Las hembras entran en celo cada dos o tres meses, excepto cuando están preñadas o amamantando. Esperan unos tres o cuatro años antes de volver a dar a luz.

Las vidas de los elefantes terminan como las de los humanos: está comprobado que los paquidermos entierran a sus muertos. Cuando encuentran a cualquier individuo de la especie inmóvil en el suelo, entre todos lo cubren de polvo y ramas.

¿Dónde observarlo? El elefante de la sabana se puede ver fácilmente en todos los parques excepto en el del lago Mburo. Uganda cuenta también con el elefante africano de bosque, que se caracteriza por tener orejas más pequeñas y circulares y colmillos más delgados y rectos. Mucho más difícil de observar, está presente en Kibale y en Bwindi.

Jirafa( Giraffa camelopardalis ). Orden: artiodáctilos. Familia: Giraffidae . Nombre en inglés: girafe . Altura: 5 a 6 m. Peso: 700 a 1000 kg. Longevidad: 28 años. Gestación: 15 meses. Número de crías: 1, a veces 2. Depredadores: leones, hienas.

Símbolo de África por excelencia, la jirafa es el animal terrestre más alto. Al igual que otros mamíferos, su largo cuello está sostenido por siete vértebras, pero su separación de 40 cm es excepcional. Estas vértebras representan la mitad de su columna vertebral, una hipertrofia que probablemente se debe a la lenta adaptación de la jirafa a su hábitat y a su búsqueda de alimento en las alturas.

Las jirafas se alimentan tanto de día como de noche, y no dependen de un aporte regular de agua. Su dieta consiste en hojas (son particularmente aficionadas a las hojas de acacia) y a veces hierbas. Ambos sexos tienen cuernos, que están pelados en los machos y recubiertos de pelo en el caso de las hembras.

Animales gregarios, tienen un sentido muy agudo del olfato, de la vista y del oído. A pesar de su gran tamaño, a veces son presas de leones y de grupos de hienas, especialmente cuando se inclinan para beber. Su mejor defensa es su velocidad de carrera (50 km/h), pero también son capaces de matar a sus depredadores con violentos golpes de casco.

El tamaño desmesurado de este mamífero requiere algunas adaptaciones anatómicas. Por ejemplo, el corazón de la jirafa pesa 12 kg porque debe ser capaz de enviar sangre a un cerebro situado a más de 3 m de distancia. Su presión arterial es tres veces más alta que la de un hombre. Este empuje cardíaco requiere vasos sanguíneos muy elásticos que evitan la hipertensión. Por último, las venas principales tienen válvulas para controlar la entrada o salida masiva de sangre del cerebro cuando la jirafa se inclina para beber. Otra consecuencia sorprendente de su gran tamaño: ¡la jirafa da a luz de pie y el recién nacido cae desde más de 2 m! La jirafa es el animal más pacífico del continente.