Esta estructura bíblica nos advierte de que en este siglo no hay una bendición que no vaya seguida de una prueba, ningún gozo que no vaya seguido de un pesar; y ninguna victoria final sobre el pecado remanente. Los cristianos deben ser conscientes del síndrome de la cumbre de la montaña. En este siglo no existe el permanecer siempre en la cumbre de la montaña. Debemos siempre regocijarnos con temblor. Cuando los cristianos dejan de buscar en esta vida una experiencia que la Biblia nunca les promete, estarán preparados adecuadamente para disfrutar las bendiciones que Dios les da en esta vida y no buscarán algo más en las bendiciones que nunca van a encontrar. También estarán preparados para afrontar la realidad de la vida cristiana como es debido, pelear la buena batalla de la fe, acabar la carrera, y correr de la manera adecuada para ganar.
Este esquema también explica mucho sobre el futuro de la iglesia. No debemos esperar una edad de oro antes del regreso de Cristo. Eso es una negación del carácter de este siglo. Pero tampoco debemos ser “pesimilenaristas” y no ver otra cosa que apostasía para la iglesia visible. Eso también es una negación de la superposición de los siglos. La iglesia es animada por las poderosas realidades del siglo venidero que ya han irrumpido en el mundo con la primera venida de Cristo. Aquellos que le dicen a la gente que no “abrillanten los dorados” en el barco que se hunde de la iglesia están trágicamente equivocados. Aquellos que enseñan que esta dispensación de la iglesia (como cualquier otra dispensación) acabará sin duda en fracaso y apostasía están equivocados. Estos debilitan las manos de los verdaderos cristianos en la labor ordenada por Dios de edificar la iglesia de Cristo. Tanto los pesimistas sombríos como los optimistas soñadores tienen perspectivas desequilibradas de las perspectivas futuras de la iglesia. La perspectiva bíblica entiende la superposición de los siglos y equilibra estas perspectivas diferentes en un optimismo realista.
Observaciones Finales
Esta exposición de El Propio Sistema de la Biblia comenzó con la intención de mostrar que un estudio del lenguaje claro, de los pasajes literales, y de las verdades generales de la Biblia resuelve muchas de las grandes dificultades y mucha de la profunda confusión sobre la escatología bíblica. Desde las afirmaciones, claras, literales y generales de la Biblia hemos aprendido una perspectiva de la historia y especialmente de la historia futura que es simple en su naturaleza y al mismo tiempo profunda en sus implicaciones. Esta estructura bíblica, simple, de la historia de la redención es poco hospitalaria tanto para el premilenarismo como para el postmilenarismo. También arma al creyente con un realismo bélico optimista con el que pelear la buena batalla de la fe en este período de superposición de los siglos. Finalmente, El Propio Sistema de la Biblia proyecta una luz asombrosa sobre el significado y la enseñanza de la Biblia en asuntos que van más allá de lo que con frecuencia se consideran los confines estrictos de la escatología. El lector debe juzgar por sí mismo, pero el escritor siente que la intención de estos estudios sobre El Propio Sistema de la Biblia ha sido cumplida.
Capítulo 7
La Línea Divisoria
- El Juicio General
El Día del Juicio es un asunto inmensamente importante y práctico en el estudio de la escatología. Es una cuestión que es sujeto de una amplia revelación en la Biblia. El término “día” como referencia al día del juicio ocurre 58 veces en el Nuevo Testamento. Es un punto fundamental, un principio elemental, de la enseñanza Cristiana (Heb. 6:1-3). Una vez más, permítaseme enfatizar que para establecer el sistema bíblico de profecía no vamos a ir a los detalles de la escatología ni a los asuntos bíblicos marginales.
El siguiente tratamiento, no obstante, no tiene la intención de ser un estudio exhaustivo del día del juicio. Nuestro interés está simplemente en cómo el juicio general clarifica el sistema de escatología que se enseña en la Biblia. Lo que estamos preguntando es cómo nos ayuda esta doctrina a escoger entre los distintos sistemas escatológicos que compiten por nuestra lealtad.
La tesis de este capítulo es que habrá un juicio de todos los hombres vivos o muertos, justos o injustos, que ocurrirá en la segunda venida de Cristo y que dará como resultado la vida eterna o el castigo eterno. Esta tesis tiene tres puntos. El alcance del juicio es todos los hombres vivos y muertos. El tiempo del juicio es la Segunda Venida de Cristo. Los resultados de este juicio son la vida eterna o el castigo eterno. 16
En los capítulos precedentes consideramos todo el tiempo al considerar los dos siglos. En este capítulo estrechamos nuestro enfoque a la línea divisoria entre los dos siglos. Si la tesis mencionada anteriormente puede ser establecida, tendrá un impacto tremendamente clarificador en nuestro sistema de escatología. Si el juicio ocurre en la segunda venida, es absolutamente universal, y da como resultado el estado eterno, esto corroborará poderosamente muchas de las conclusiones a las que hemos llegado en los capítulos precedentes.
Nuestra metodología no será un intento de inspeccionar los amplios materiales bíblicos, sino tomar los tres pasajes clásicos que tratan de manera más extensa el asunto. 17Esos pasajes son:
I. Mateo 25:31-46
II . Romanos 2:1-16
III. 2 Pedro 3:1-18
I. Mateo 25:31-46
31 Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria,
32 y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos.
33 Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.
34 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
35 Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis;
36 estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.
37 Entonces los justos le responderán diciendo: Señor,
¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber?
38 ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos?
39 ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?
40 Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.
41 Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.
42 Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber;
43 fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis.
44 Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor,
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