Sinopsis
Existen dos acercamientos al humor en la Biblia, uno más común que el otro. El primero son los chistes que la gente hace a partir de algún personaje o evento bíblico. Generalmente son chistes tontos, y en muchas ocasiones irreverentes. El segundo acercamiento consiste en el reconocimiento del uso intencional del humor como instrumento retórico para comunicar un mensaje y persuadir al lector a creer y hacer algo. Naturalmente este libro usará el segundo acercamiento.
Pocos estudios le permiten a uno divertirse tanto mientras aprende, aunque, como veremos, el humor del que hablaremos es más bien serio, de mucha reflexión y poca risa. Así, pues, lo más irónico de todo esto es que al igual que muchos tratados sobre el tema, nuestro estudio también es muy serio.
El humor en el Antiguo Testamento
© 2009 Milton A. Acosta B.
© 2009 Centro de Investigaciones y Publicaciones (cenip) – Ediciones Puma
Primera edición digital, julio 2020
ISBN N° 978-612-4252-54-9
Categoría: Estudios bíblicos - Estudios del Antiguo Testamento
Primera edición impresa, agosto 2009
ISBN N° 978-9972-701-59-7
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Ediciones Puma es un programa del Centro de Investigaciones y Publicaciones (cenip)
Diseño de carátula: Adilson Proc
Diagramación y ePub: Hansel J. Huaynate Ventocilla
Reservados todos los derechos
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Prohibida la reproducción total o parcial sin la autorización de los editores
Las citas bíblicas en su mayoría han sido traducidas desde los originales por el autor, salvo los casos en los que se indica otra versión.
A Ludio, mi papá, quien me enseñó el poder del humor para la comunicación.
A Conchita, mi mamá, consagrada a Dios, a la gente y al estudio.
Agradecimientos
Este libro ha sido posible gracias al apoyo de varias personas e instituciones. Gracias a Brad Palmer de John Stott Ministries, quien me sugirió que las conferencias sobre el tema las convirtieran en un libro. También gracias a Peter Kwant de Langham Partnership International, por una sugerencia parecida. Igualmente a Ian Darke de Letra Viva, quien ha servido como agente para encontrar una buena editorial.
A la Dra. Elizabeth Magba, directora de la Biblioteca Tyndale House en Cambridge, Inglaterra, por facilitarme el acceso a la biblioteca de la Universidad de Cambridge.
A Sylvia y Chris Akhurst en Cambridge, Inglaterra, quienes muy generosamente me hospedaron en su casa. ¡Qué gran sentido de humor de esta pareja! Gracias a Gerson y Angélica Donner en Cambridge quienes, en medio de sus ocupaciones, me recibieron como un hermano. A David y Olwen Ford, quienes me hospedaron en su casa en Glasgow, Escocia, y me facilitaron visitas a varias bibliotecas en Saint Andrews, Glasgow y Edimburgo. A mi hermana Jenny y su esposo Diego en Madrid, España, quienes con mucha diligencia me consiguieron libros que me fueron de mucha ayuda.
A Gregg Morrison, de la biblioteca de Wheaton College, y a mi amigo Eugenio Green, profesor de esta institución, quienes me facilitaron todo lo necesario para la investigación y el acceso a los recursos bibliográficos.
A José Antonio Moreno, quien como decano del seteca, propuso el tema del humor en el Antiguo Testamento para las conferencias bíblicas de seteca 2007.
A Manuel Reaño y Elizabeth Sendek, rector y vicerrectora del Seminario Bíblico de Colombia, quienes generosamente me facilitaron el tiempo para escribir y me dieron ánimo en el camino.
A todas las personas que habiendo participado en las conferencias sobre el tema me manifestaron sus sugerencias: seteca en Guatemala, los pastores en San Salvador, Seminario Evangélico de Lima, Seminario Bíblico de Colombia, Instituto Bíblico de la Iglesia Central Presbiteriana en Ibagué, Colombia, los biblistas de la Sociedad Bíblica Colombiana, y los pastores de la Iglesia Presbiteriana Cumberland en Colombia.
A mi esposa Laura por su compañía y apoyo en esta tarea. Junto con mi hija Beatriz sacrificaron vacaciones y soportaron de buena gana mis prolongadas ausencias, y me dieron ánimo para completar este libro. Dios se los recompense.
Prólogo
El catorce de junio del presente año, durante la celebración de los cuarenta primeros años de vida y ministerio de la Unidad Cristiana Universitaria de Colombia, tuve el agrado de escuchar, en Bogotá, al Dr. Milton Acosta en una conferencia sobre el “Humor en el Antiguo Testamento”. Escogió un extraño pasaje del libro de los Jueces, con el cual hizo un trabajo hermenéutico, exegético y pastoral, que me encantó. Acosta es un comunicador que sabe hacer reír en persona y también en su libro. Sin duda el lector lo disfrutará al leerlo, y más aún cuando lo presente personalmente.
En la reunión mencionada, el profesor Acosta nos informó que el libro sería impreso en el Perú por Ediciones Puma, lejos estaba de mí pensar, que los editores me iban a solicitar escribir el prólogo, el cual está presionado por la brevedad del tiempo del generoso pedido, por la cercanía de su aparición, por las demandas de mi agenda y la incertidumbre de la llegada de mi pasaporte desde Nueva York para poder viajar el próximo viernes. Aquí pesó más el amor que se llama amistad, y no me quedó más remedio que acceder de ‘buen humor’ a esta honrosa solicitud.
Leyendo el libro, el lector se dará cuenta de la convergencia entre Thomas Alva Edison y Milton Acosta, cuando el primero expresó: “No trabajé ni un día en toda mi vida, todo fue diversión”. No cabe duda que el autor ha disfrutado espiritual y académicamente en la elaboración de su obra, acercándose al tema del humor en las Escrituras del Viejo Testamento “reconociendo el uso intencional del humor (de los autores), como instrumento retórico para comunicar un mensaje y persuadir al lector a creer y hacer algo”.
El mundo eclesiástico en general, y el evangélico en particular ha vivido alejado del humor. Se ha confundido la alegría, la risa y el humor con la mundanalidad. “¿Hay algún pasaje bíblico en el cual veamos a Jesús riendo?”, nos preguntará algún hermano que solicita ‘un texto prueba’. La respuesta es: No, no encontramos un tal pasaje. Pero sí encontramos pasajes en los cuales nuestro Señor dio rienda suelta a su alegría. ¿Podemos separar, siempre, la alegría de la risa o de la sonrisa? Pienso que no. En todo caso la tristeza, como modo de vida, jamás ha sido una virtud cristiana o signo inequívoco de espiritualidad. En este sentido, no en el del arrepentimiento, razón tienen quienes observan, “que un cristiano triste, es un triste cristiano”.
Sin embargo, es importante aclarar, que todo humor no se condice con la fe cristiana. A través de la lectura de este libro de Acosta, el lector podrá ir comprendiendo mejor, el humor que contienen las Sagradas Escrituras: su naturaleza y su propósito. El libro ha sido escrito con pasión y por eso apasiona, por su amor a la Palabra de Dios y al Dios de la Palabra.
El sentido del humor, como todo lo que pertenece a nuestra humanidad, tiene sus complejidades. De allí que escogeré decir de este amplio espectro, sólo lo siguiente: El humor como el dolor nos hace más humanos. Esto lo entendió el apóstol Pablo cuando escribió: Si alguno está alegre, alégrense con él; si alguno está triste, acompáñenlo en su tristeza (Ro 12.15, tla). El amor y el humor nos hacen más humanos. Lo cierto es, que las cosas más serias, dichas con amor y humor, se hacen más memorables.
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