Los italianos sabían que podían contar conmigo, pero se les olvidaba que yo no era un cobrador, yo hacía el dinero. Guardaba su sucio dinero en mis bancos y salía limpio, llevándome una buena tasa para mí. Era lo que me hacía poderoso.
Todo su dinero debía pasar primero por mí, era el trato y sabían que no había nadie mejor que yo para hacerlo. Mi negocio era limpio y aunque a puertas cerradas tenía a la mejor gente haciendo todo legal, su dinero era transferido en diferentes cuentas anónimas, por lo tanto, nunca la ley se daba cuenta de lo que realmente hacían y cuando los llegaban a atrapar su dinero siempre estaba a salvo.
Di Maggio debió cagarla muy grande para atreverse a robarle mercancía a los italianos. Ya la mafia rusa andaba tras él, yo. Y ahora, solo era cuestión de tiempo para esperar quien lo agarrara primero, yo.
—Eso no es todo—Verdugo volvió a decir— han robado una de nuestras sucursales y los han matado a todos. Al final solo dejó a un cajero vivo, herido, pero vivo, lo suficiente para dejar un mensaje.
Temblé de la cólera.
Se había atrevido a robar de nuevo. No podía hacerlo en una sucursal grande, se había ido a una pequeña. A uno de mis bancos, no importaba si solo hubiese un par de millones ahí. Cada centavo, cada papel, era mío.
Y él se había atrevido de nuevo a desafiarme.
Lo único que pude hacer al terminar de escuchar el informe de Verdugo fue estrellar el vaso de cristal sobre la pared. Tenía un mal temperamento. Destruir todo a mi alrededor. Lo material y romperle la cara a alguien cuando cruzaba la línea.
Los objetivos verdes la estaban cagando en grande. Yo no era un jodido banquero solamente, tampoco un cobrador de la mafia. Imprimía el dinero, y me limpiaba el culo con él.
Era demasiado importante para este mundo como para dejarme pisotear por chichiguas como ese tipo. Pero no importaba cuánto era, el objetivo era que se atrevían a desafiarme, a no respetar lo ajeno y cruzar los límites que yo con sangre, había trazado.
Respiré profundo y miré a Verdugo. Ya sabía lo que tenía que hacer.
Le enviaría un mensaje al muy bastardo.
Конец ознакомительного фрагмента.
Текст предоставлен ООО «ЛитРес».
Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.
Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.