De la diestra del Padre de Luz,
Bajó a este mundo vil el Señor Jesús;
Se despojó de gloria y honor;
Por raza inútil se dio el Señor,
¡Cuán grande amor, inmenso, pleno y sin par!
Que al pecador, el Salvador dignóse a salvar. 5
Los Cristianos también necesitan aprender sobre los varios frutos de esta obra salvadora de Cristo, incluyendo regeneración, justificación, adopción, santificación y glorificación. Jamás he olvidado cómo siendo un joven a principio de mis veintes, me encontré con el libro de J. I. Packer God’s Words [Las Palabras de Dios] y estudie cada uno de estos conceptos. 6El impacto que ese ejercicio tuvo en mí es indescriptible. Sentí como si hubiera nacido de nuevo – ¡otra vez! Todas estas son palabras bíblicas. Como mujeres viniendo del río cargando cubetas de agua refrescante sobre sus cabezas, cada una de estas palabras del evangelio refrescan nuestras almas a medida que avanzamos en este mundo cansado.
Pablo y los otros escritores de las cartas en el Nuevo Testamento tomaron el tiempo para explicar el evangelio a los creyentes del primer siglo. ¡La carta a los Romanos es un ejemplo clásico! Debemos hacer lo mismo en nuestra predicación pastoral. Regularmente debemos explicar conceptos bíblicos importantes de manera que el pueblo de Dios sea confirmado en su fe y no tengan que depender únicamente en sus sentimientos, los cuales cambian de un día para otro . Es por eso que muchos jóvenes creyentes luchan con la seguridad de su salvación. Ellos no han comprendido que la salvación no está basada en sentimientos sino en las inmutables promesas de Dios que están ancladas en la obra terminada de Cristo en la cruz, Su obra continua a la diestra del Padre en el cielo, y las poderosas obras del Espíritu de Dios en nuestros corazones.
La predicación pastoral nos debe dar a todos una comprensión más completa del evangelio y profundizar nuestro amor de manera que estemos ansiosos por compartirlo con otros.
Un conocimiento práctico de la Biblia
La predicación pastoral debe ayudar al pueblo de Dios a desarrollar un conocimiento práctico de la Biblia. Esto se aplica no solo a pastores trabajando en centros urbanos sino también a aquellos cuyas congregaciones están en aldeas rurales.
Aunque nos referimos a la Biblia como un libro, es más como una biblioteca con sesenta y seis libros. Por supuesto, algunos de los libros son muy cortos, pero cuando los lees, pronto descubrirás que contienen una riqueza de material. Son como leche condensada, ¡que empaca mucha bondad en una lata pequeña! Así es la Biblia. Al meditar en ella, descubrimos que su contenido puede llenar las más grandes bibliotecas en el mundo.
Los Cristianos necesitan tener un conocimiento práctico de esta biblioteca de libros de manera que ellos puedan hacer buen uso de él cuando necesiten conocer la mente de Dios con respecto a situaciones que puedan estar enfrentando. Esto no es tan sencillo como pudiera sonar ya que la Biblia contiene muchos tipos diferentes de escritura. Están los libros históricos, libros de sabiduría poética, libros proféticos y libros que son esencialmente cartas escritas a varias iglesias e individuos. Y los libros están organizados en dos secciones principales, llamadas el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. El Antiguo Testamento apunta hacia la primera venida de Jesús, y el Nuevo Testamento nos habla sobre Su primera venida y apunta hacia Su segunda venida. La predicación pastoral debe ayudar a los creyentes a encontrar su camino a través del laberinto para que donde sea que ellos se encuentren en la Biblia no se pierdan sino tomen lecciones apropiadas para su propio crecimiento y madurez. Ellos van a aprender a hacer esto mientras escuchar la buena predicación pastoral que respete los contextos en los cuales los textos son encontrados.
A pesar de que la Biblia tiene tantas secciones diferentes, es esencialmente un libro porque tiene un tema; es decir, la obra salvadora de Dios a través de Cristo Jesús. Los creyentes necesitan ser ayudados a tener una interpretación Cristo céntrica de la Biblia. Jesús una vez desafío a Sus adversarios durante Sus días en la tierra, diciendo, “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí” (Juan 5:39). Él estaba diciéndoles que la Biblia entera se trataba sobre Él.
Él hizo la misma observación a Sus propios discípulos después de Su resurrección, cuando les abrió Sus mentes para que ellos pudieran entender las Escrituras. Comenzando con aquellos a quienes conoció en el camino a Emaús (Lucas 24:13–27), y después con los otros (Lucas 24:36–49), Jesús enseñó que las Escrituras hablaban de Él desde la primer página hasta la última. Ahora, si eso era cierto del Antiguo Testamento (que es al que Jesús estaba haciendo referencia), ¿cuánto más debería ser verdad sobre el Nuevo Testamento, el cual fue escrito en respuesta a Su primera venida? Así que, la buena predicación pastoral debe ser Cristo céntrica, revelando a Cristo Jesús en el mensaje de la Biblia entera.
Una apreciación de sana doctrina
La predicación pastoral debe ayudar a los creyentes a obtener una apreciación de todo el consejo de Dios. Observa como el Apóstol Pablo describió su ministerio en Éfeso cuando hablaba con los ancianos de la iglesia allí: “Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios” (Hechos 20:26–27). Él debió haber dicho esto con un sentido de gratitud por un ministerio exitoso.
¿A qué se refería Pablo con “todo el consejo de Dios”? Él debía haberse estado refiriendo a todas las verdades que Dios ha revelado en la Escritura – verdades que son dulces y aquellas que son amargas debido a nuestra mundanalidad, verdades que están de moda y aquellas que son desagradables. Es por eso que el Apóstol Pablo habló en términos de “no he rehuido”. Los predicadores frecuentemente rehúsan hablar sobre verdades bíblicas que las personas no quieren escuchar. Pero los predicadores que no proclaman la verdad entera producen Cristianos sesgados y horneados a medas quienes fracasan en vivir vidas que glorifiquen a Dios.
Otra forma de ver esto implica usar una frase más moderna. La predicación pastoral debe impartir teología sistemática sana al pueblo de Dios. Esto no quiere decir que los pastores deben enseñar doctrina como se hace en las escuelas Bíblicas. Más bien, este entendimiento sistemático de la verdad de Dios debe surgir al ellos predicar a través de varios pasajes de la Biblia. Debe haber un énfasis doctrinal de manera que el pueblo de Dios desarrolle un punto de vista bíblico de Dios, la Creación, los seres humanos, la historia, el pecado, la redención en Cristo, la salvación aplicada por el Espíritu Santo, la iglesia, el estado, las misiones, la segunda venida de Cristo, etc. Aunque estos pudieran parecer ser temas separados, los creyentes deben conocer cómo se interrelacionan y combinan para formar una realidad. La predicación pastoral ayuda a los creyentes a desarrollar una cosmovisión bíblica, centrada en Dios y saturada por el evangelio.
El Apóstol Pablo explicó que era por esto que Cristo Jesús dio predicadores y maestros a la iglesia. Vimos en el último capítulo que “él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:11–13). Observa que estos dones de predicación y enseñanza fueron dados para traer a los creyentes a “la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios”.
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