La llevó a su casa, donde la dejó llorando abrazada a sus hijos, mientras él iba a preparar una cierva que la reina madre cenó con el mismo apetito que si de la reina joven se tratara. La ogresa pensaba contarle a su hijo, al regreso, que los lobos furiosos se habían comido a su mujer y a sus hijos.
Una noche que andaba dando vueltas por los patios y los corrales, olfateando en busca de carne fresca, oyó llorar a Día, a quien su madre retaba, y también la voz de Aurora.
La ogresa reconoció por la voz a la reina y a sus hijos y, enojada por haber sido engañada, a la mañana siguiente y con una voz terrible, ordenó que trajeran al medio del patio un gigantesco tonel que mandó llenar de sapos, víboras, culebras y serpientes, para que fueran arrojados en ella la reina y sus hijos, junto con el cocinero, su mujer y su criada, todos con las manos atadas a la espalda.
Ya estaban todos allí y los verdugos se disponían a echarlos en el tonel.
En ese momento, el rey, a quien nadie esperaba tan pronto, preguntó qué significaba ese horrible espectáculo. Nadie se atrevía a aclarárselo, hasta que la ogresa, enfurecida por lo que estaba pasando, dio un gran salto y se tiró de cabeza al tonel: fue inmediatamente devorada por las espantosas alimañas que había hecho meter adentro.
El rey no dejó de sentir pena, pues era su madre; pero pronto se consoló con Talía, su hermosa mujer, y sus niños.
Quizás, alguna vez, también tuviste miedo, como la Bella Durmiente; te atemorizaste por algo que pensabas que podía pasar; te asustaste porque te quedaste solo un ratito; a lo mejor hasta te aterrorizaste porque no te gusta la oscuridad y justo escuchaste un ruido. O sentiste miedo de que algo no te saliera o de no poder terminarlo a tiempo; o de que te mordiera un perro...
A veces, uno tiene tanto miedo que hasta llora o tiembla. Si tuviste miedo, ¿qué hiciste? ¿A quién pediste ayuda en ese momento o después? Porque por acá no hay hadas, pero siempre alguien está cerca: solo hay que mirar con atención para ver quién puede darnos una mano, un consejo, sugerirnos qué hacer para prevenir los temores, para vencer el miedo.
¿Está mal tener miedo?, ¿hay que avergonzarse cuando uno siente temor? No, todos tuvimos miedo alguna vez. Todos los adultos se atemorizaron cuando escucharon la maldición del hada enojada; la anciana que hilaba en la rueca se asustó cuando la princesa se pinchó la mano con el huso y ¿qué hizo?: pidió socorro. El príncipe, que era valiente, tuvo su poquito de miedo al atravesar los matorrales espinosos, pero se animó a seguir adelante venciendo su temor, porque quería llegar al castillo de la princesa. Muchos valientes han tenido miedo o miedazo o miedito. Valentía y miedo no son opuestos. ¿Y si les preguntas a los adultos que conoces a qué le tienen o tuvieron miedo?
Lo principal es que tratemos de darnos cuenta de qué cosas nos atemorizan y busquemos ayuda para que no nos vuelva a pasar: así nos sentiremos mejor.
Конец ознакомительного фрагмента.
Текст предоставлен ООО «ЛитРес».
Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.
Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.