¿Cantar más fuerte? ¿Más suave? ¿Qué sería mejor? Espera, ¿nuestros brazos acaba de tocarse? ¿Fue a propósito? ¿Qué podría significar?
¿Mientras se leían las Escrituras, usted debatía, debo sostener mi Biblia para que leamos juntos? ¿Qué pasa si mi brazo empieza a temblar? ¿Sería eso raro? ¿Debería inclinarme hacia él/ella? ¿Estoy avanzando muy rápido? Mientras el pastor oraba, usted se inclinó para sentir la fragancia de su cabello. O miró hacia abajo para ver si sus zapatos eran elegantes y notables. ¡Y a lo largo de toda la reunión estaba completamente distraído! Por eso los puritanos solían dividir sus servicios. Los hombres debían sentarse a un lado de la iglesia y las mujeres se sentaban en el lado opuesto. ¿Alguna vez ha intentado escuchar la palabra de Dios predicada al estar sentado al lado de una mujer que huele fantástico? No es fácil. Así que, mientras que el noviazgo puede ser divertido, es distracción. Así Dios, en su misericordia, nos ha dado un don llamado vida soltera. ¿Por qué? Porque quiere nuestra atención. Él quiere garantizar una devoción sin distracciones al Señor. Colosenses 1:16 explica que estamos hechos “por medio de él y para él”. Agustín dijo: “Estamos inquietos hasta que nuestro corazón encuentra su descanso en ti” 4. El tiempo es corto. Nuestra relación con Dios importa mucho más que cualquier otra cosa en esta vida. Por esto Dios ordena una vida de soltero para que podamos concentrarnos completamente en Aquel por quien y para quien fuimos hechos.
Sin embargo, algunos de ustedes pueden decir: “Bueno, Ben, no lo entiendo. ¿Por qué tengo que estar soltero para dedicarme a Dios? ¡Mi esposa y yo a buscaremos al Señor juntos! ¡Le dedicaremos a nuestro primogénito si él me mostrara a la persona elegida para mí!” Bien, regresemos a 1 Corintios 7:32-34, Pablo dijo: “Yo preferiría que estuvieran libres de preocupaciones. El soltero se preocupa de las cosas del Señor y de cómo agradarlo. Pero el casado se preocupa de las cosas de este mundo y de cómo agradar a su esposa; sus intereses están divididos”. Pablo estaba defendiendo la soltería porque da al soltero una libertad de las angustias y las tensiones del matrimonio. El hombre casado se preocupa por agradar a su mujer y sus intereses están divididos. Ahora algunos de ustedes escuchan esto y piensan, ¡por favor!, ¿mi esposa? ¡Ben, esa exactamente es la clase de distracción en la que quiero participar! Déjenme decirles algo: va a haber cosas que hacen a tu esposa feliz que nada tienen que ver con las cosas que usted disfruta.
Para muchos de ustedes, en cuanto el noviazgo se pone serio, ella va a tener algunas ideas sobre las opciones del vestuario de usted. Para algunos de ustedes, esto será una mejora que aceptarán. Para otros, pronto comenzarán a vestir mucho más lindo de lo que nunca antes imaginaron. No sólo eso, sino que ahora cada día de fiesta va a requerir mucho planeamiento, creatividad e inversiones financieras para encontrar nuevas formas para decirle cuánto se interesa por ella.
Entonces cuando usted se compromete, comienza a pasar interminables días de elegir colchas, fundas, cojines, arreglos florales, platos, cubiertos, elementos de cocina e individuales para la mesa. Y durante horas su dulce pronto a ser esposa le va mirar y preguntar, “¿prefieres este diseño o este? ¿Este plato o ese? ¿Éste o aquél?” Y usted desesperadamente intentará concentrarse mentalmente y emocionalmente, pero una voz interior le estará gritando, ¡no me importa! ¡Que alguien me ayude!
Entonces cuando usted se casa, se da cuenta de que ahora debe gastar miles de dólares de su propio dinero en cosas que nunca pensó en pagar: un refrigerador nuevo, una nueva lavadora y secadora, sofás, asientos, mesitas y una amplia variedad de productos de limpieza. Luego descubrirá que cuando llegue el momento de pagar el seguro de salud, no es un juego de simple adición. Las parejas casadas deben pagar más. ¡Ya no es 1 +1 = 2, es 1+1= 10! Vas a necesitar un segundo empleo. Luego cuando llegue a casa de ese trabajo, agotado, tendrá la esperanza de simplemente venir a casa, derrumbarse en el sofá y mirar tranquilamente la televisión. ¡Piense de nuevo! Ella va a sentarse a su lado y le preguntará: “¿Cómo fue tu día?” Y un rápido “bien” no será suficiente. Ella va a querer información, detalles, detalles, y después ella va a querer compartir los detalles de su día con usted, y usted va a tener que apagar el televisor y escucharla, cuidando de mantener el contacto con los ojos de ella y darle afirmaciones comprensivas como, “también me sentiría molesto si ella me dijera eso”.
Y va a mirar y darse cuenta de por qué todos los hombres casados que usted conoce se ven tan cansados. Sus responsabilidades financieras, emocionales y sociales han aumentado exponencialmente. Por ello sus niveles de testosterona han bajado y están perdiendo el pelo (me dicen). Ahora nada de esto es malo, pero es pesado y muy estresante. Es mucho para manejar y producirá mucha distracción.
¡Muchachas, es lo mismo para ustedes! Pablo continuó diciendo: “La mujer no casada, lo mismo que la joven soltera, se preocupa de las cosas del Señor; se afana por consagrarse al Señor tanto en cuerpo como en espíritu. Pero la casada se preocupa de las cosas de este mundo y de cómo agradar a su esposo” (v. 34). Van a haber toda clase de cosas que complace a su esposo que no son cosas que nunca ha tenido que pensar antes, preocuparse, o interesarse.
Habrá cosas que su mamá hizo por él que ahora él pensará que usted lo hará, como limpiar la casa o cocinar el desayuno. Usted va a pensar, oh, no. Hacemos eso juntos . Probablemente él estará cómodo con un nivel de limpieza que para usted es totalmente inaceptable. Vaya a mirar en el apartamento de un hombre ahora mismo. Usted tendrá que cuidar de la casa y él solamente va a querer sentarse en el sofá y jugar videojuegos.
Por lo cual va a cuestionar, “¿podemos apagarlo durante un segundo para hablar acerca del tema de que mis padres vienen este fin de semana? “¿Vamos a hacer algunos planes?”
Y es probable que él le responda, “oh, está bien”.
Luego usted dirá algo como, “oh no, algo estresante me sucedió hoy y se supone que eres mi mejor amigo, mi alma gemela y que procesa conmigo”.
Finalmente llamará su atención, y empezará a contar un problema muy real y muy grave y él solamente la va a mirar, tragando saliva y parpadeando.
Entonces usted pensará, no creo que él me entiende .
Permítame decirle ahora: él no la entiende.
Lo cual significa que vas a tener que ingeniárselas para vivir con una persona enorme, peluda, y confundida.
Cuando los niños están de por medio usted entra a un nuevo universo de obligación. ¡Ahora tiene que mantener a los pequeños seres humanos! Recuerdo cuando era joven y soltero, decidí ir a un retiro de fin de semana con unas parejas de casados de mi iglesia. Así que empaqué algo de ropa en una mochila, la eché en el asiento trasero de mi automóvil y dije, “vamos”. Pero no salimos. Por las siguientes varias horas esperé mientras ellos cargaban su camioneta con todo tipo de equipos diseñados para contener, alimentar y entretener a sus hijos pequeños.
Después cargamos un remolque. ¡Tomó mucho tiempo! Todo el tiempo los niños estaban hambrientos, cansados, irritados y llorando. Recuerdo ver a mis amigos casados y pensar, están agobiados. ¡Todo lleva tanto tiempo! En ese momento me di cuenta de la energía disponible para mí en mi soltería. Podría seguir a la tienda Starbucks para comprar café ahora mismo si quería. No tengo que preguntar a alguien. No tenía que hacer planes. Sólo podía ir, gastar algo de dinero y beber un café con leche, en cualquier momento. Espontáneamente. No es así para los casados. Hay muchos detalles que atender y evaluar, personas para considerar. Es agotador y requiere mucho tiempo.
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