Este libro ha sido seleccionado en el concurso de Publicaciones Académicas de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
Vicerrectoría académica
SERIE ARBITRADA
© Eduardo Cavieres Figueroa, 2020
OCTUBRE 2019: Contextos y responsabilidades políticas y sociales (1998–2019 y más…)
Registro de Propiedad Intelectual Nº 2020-A-532
ISBN: 978-956-17-0855-6 (Edición rústica)
ISBN: 978-956-17-0856-3 (Edición lujo)
ISBN: 978-956-17-0891-4 (Edición digital)
Derechos Reservados
Ediciones Universitarias de Valparaíso
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
Calle Doce de Febrero 21, Valparaíso
Mail: euvsa@pucv.cl
www.euv.cl
Diseño: Paulina Segura P.
Corrección de pruebas: Osvaldo Oliva P.
Diagramación digital: Camila Vásquez A.
HECHO EN CHILE
ÍNDICE
Introducción
Los dilemas actuales: ¿superar el pasado o construir el futuro?
1. Chile no es una sociedad aislada
2. Hace sólo 30 años
3. El dilema economía política: igualdad sin democracia, democracia con igualdad
Sintetizando y mirando hacia adelante
Movimiento social: sin historia y sin memoria
1. 1989: el comienzo de una esperanza frustrada. La economía sobre las personas
2. América Latina y Chile en el mundo ficticio del progreso para todos
3. La memoria perdida y los movimientos sociales
Sintetizando y mirando hacia adelante
Educación, ciudadanía y política: el proyecto de todos y no de algunos
1. La educación pública: la más mencionada y la más olvidada
2. Educación y ciudadanía
3. Educación, ciudadanía y política
Sintetizando y mirando hacia adelante
Siempre algo más. Comentarios y reflexiones en suspenso…
1. Nadie quiere mirar a su entorno
2. ¿Y quién dirige qué y a quién? Un parlamento y una política desprestigiada y oportunista
3. Chile necesita pensarse a sí mismo…
Fuentes y Bibliografía
A mis nietos(as):
Para que sigan sus convicciones, con conocimiento del mundo en que viven, con fundamentos, miradas amplias y solidarias y un verdadero sentido de la dignidad personal y la de los demás.
INTRODUCCIÓN
Los días lunes 14 y martes 15 de octubre del 2019, como parte importante del Programa Universitario de Estudios Hispano-chilenos, programa a cargo del a su vez Programa de Estudios Iberoamericanos (PEI*sur) de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y del Instituto Universitario de Investigación en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Alcalá, España, celebramos en Valparaíso, el IV Coloquio anual de académicos de ambas universidades (más invitados) que, en esta oportunidad se centró en la reflexión y análisis del tema Historia y Prospectiva, un coloquio interdisciplinario con participación de historiadores, economistas, filósofos, y otras ciencias sociales y de las ciencias más exactas. Por cierto, el centro de los debates fue el pensar las últimas décadas del siglo XX, de sus avances, logros y también de sus deudas y aumentos de las frustraciones sociales por condiciones de vida, temor hacia la vejez, aumento constante de sus expectativas, desencanto con la política e incluso con la democracia, etc., etc. A partir de ello, se incorporaron a la discusión los más recientes factores de transformación producidos a nivel de los cambios demográficos, la aceleración de la tecnología, el surgimiento de la inteligencia artificial y sus efectos sobre el mercado laboral tradicional, la rápida y considerable influencia de la economía china sobre el sistema económico mundial, y otros temas relacionados al medio ambiente, la agricultura, el sentido de la urbanización. Con este complejo set de datos, ideas, consideraciones analíticas, el propósito era pensar lo que venía en adelante.
Se trataba de que el objetivo central del coloquio requería en primer lugar de especificar lo que entendíamos por prospectiva que, obviamente, no era adivinar el mañana, la próxima década o más allá, sino el relacionar los tiempos históricos, pasado-presente y futuro, en un solo continuo sin hacer cortes cronológicos sin sentido ni historicidad posible. Por el contrario, la idea de que la historia se está haciendo, la que incorpora lo que ya está sucediendo, nos puso en diversas variables y actitudes: pesimistas por el fracaso de los procesos que venían aconteciendo desde la última década del siglo XX; optimistas, por la recurrencia a la inevitabilidad de la historia que tiene sus propios movimientos y que, en más de alguna ocasión en el pasado, ha permitido ver con confianza un mundo que se pensaba estaba perdido irremediablemente. Sabemos, en todo caso, que incluso aquello es reversible. Por ello mismo, y ante la contradicción capital de nuestros tiempos en que, por un lado las estadísticas señalan los grandes avances en la vida material con retroceso de los niveles de pobreza en muchas sociedades del mundo, con accesos nunca conocidos al crédito y al consumo, con una base educacional que se acerca a lo universal, con un impresionante aumento de las esperanzas de vida a pesar de las deficiencias de los servicios públicos de salud, etc. etc., por otro lado, cada vez aumentan más los sectores informales de cada sociedad, el descontento se hace más visible, surgen nuevos sectores de clases medias desprotegidas, la educación pierde su significado de formación para la vida y de ascenso social. Bastaba un rápido recorrido por Chile, América Latina, Europa, Asia, África, para darse cuenta que a pesar de los logros, no todo marchaba y que, a lo menos, el futuro inmediato seguía siendo incierto, preocupante y de cada vez más inseguridad (de todos tipos) para las grandes mayorías de las sociedades. Cada cual, e incluso reconocibles en grandes áreas, con sus propios conflictos.
Así entonces, las preguntas quedaron flotando e inquietando nuestras mentes. ¿Se podía seguir confiando en las capacidades médicas de la economía? En las últimas décadas, los economistas se habían posesionado de las respuestas para todo y a todo nivel. El crecimiento económico, como índice, se había apoderado de todos sus esfuerzos, a veces con éxito; las más de las veces, sólo sosteniendo el sistema. El índice de crecimiento económico terminó olvidando el de desarrollo social. Se aceptaba, pero no gustaba. Si no eran los economistas, las culpas estaban en los empresarios o en las grandes cadenas de mercados, retails, etc., especialmente si en ellas estaban los capitalistas nacionales u occidentales en general. No ha existido aún una apreciación negativa al cómo los capitales y mercaderías chinas han irrumpido por todas partes. Está bien, las grandes inversiones en infraestructura o industrias nacionales pueden estar un poco alejadas de los ciudadanos o consumidores locales, pero no las tiendas y negocios surtidos que han desplazado, cada vez más visiblemente, al comercio al detalle, de clase media, que fue característica principal de las principales calles y avenidas de las ciudades del mundo occidental.
¿Se podía seguir confiando en la política como sistema base del liberalismo democrático que había alcanzado bastante legitimidad en el occidente de los últimos 200 años? Igualmente, a nivel mundial, particularmente —otra vez— en el mundo occidental, los políticos o representantes de los partidos políticos, participantes de los gobiernos y parlamentos, después de haber alcanzado grandes victorias y haber prometido un mundo más igualitario y democrático (la construcción de la Unión Europea; la caída del muro de Berlín; las transiciones a la democracia en América Latina) rápidamente comenzaron a caer en el desprestigio y en la pérdida de confianza ciudadana. Se convirtieron en causa pérdida y en un sector desacreditado. Consecuentemente, los entonces ciudadanos se alejaron de las urnas y toda la historia, de más de una centuria, de luchas a veces heroicas por el voto universal, se perdió en la indiferencia electoral y en el aumento de los porcentajes de abstención que no sólo comenzó a superar a quienes votaban sino que además, idea de los propios políticos en ejercicio fundamentándose en la naturaleza del liberalismo, la situación se legitimó al aprobarse leyes sobre sufragios voluntarios.
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