Y esto es especialmente cierto cuando personas que normalmente se odian y se matarían si pudieran, como aquellas que provienen de naciones con historia de guerras, pueden mostrar que se aman gracias al amor de Dios en Cristo. En 1994, durante el genocidio de Ruanda, un grupo de estudiantes del movimiento ifes de esa nación, que provenían de las tribus de los hutu y los tutsi, permanecieron unidos a pesar de las advertencias para que se separasen. En círculo y tomados de las manos oraban juntos diciendo: «Vivimos juntos, unidos por Cristo, y moriremos juntos si es necesario». Y así sucedió para muchos de ellos. Pero solo el evangelio del amor de Dios puede hacer que exista ese tipo de amor. Vemos ese evangelio cuando un judío mesiánico israelí y un creyente cristiano palestino pueden abrazarse y compartir una plataforma internacional (en el Congreso de Lausana de 2010, en Ciudad del Cabo). Dios mismo se hace visible cuando los hijos de Dios se aman, aunque el mundo les diga que hagan lo contrario.
Unos años atrás, las sociedades ateas del Reino Unido pagaron para colocar un cartel publicitario en los famosos buses rojos de Londres. El cartel decía: «Es probable que no haya un Dios, así que deja de preocuparte y disfruta de la vida». Hay muchos cristianos en Londres. En teoría, una persona que no es cristiana, al leer el cartel debería poder decir: «No es cierto que Dios no existe, porque conozco a Sara y Nirmala y a Sam y Ajith, y todos ellos son cristianos, y Dios obviamente es real y vive en medio de ellos».
Se supone que debemos ser pruebas vivas de la existencia de un Dios vivo. Nadie puede ver a Dios. Pero la gente nos puede ver a nosotros. Y cuando nos amamos los unos a los otros, lo que ven es el amor de Dios.
Todo esto quizá suene muy positivo, y lo es. Pero también necesitamos hacer una pausa y reflexionar acerca de los efectos negativos cuando ocurre lo contrario, cuando los cristianos no se aman o no quieren amarse los unos a los otros, y en cambio encuentran toda clase de excusas para no obedecer el mandamiento de Jesús, y no muestran ninguna evidencia del primer fruto del Espíritu.
Según Juan, cuando aquellos que dicen ser cristianos no demuestran evidencias de este tipo de amor, amor como el de Dios y como el de Cristo, y que el Espíritu produce, entonces:
• ponen en duda si realmente han nacido de nuevo (1Jn 4.7);
• muestran que realmente no conocen a Dios (1Jn 4.8);
• están despreciando la cruz de Cristo, al vivir como si no tuviera nada que enseñarnos (1Jn 4.9-10);
• peor aún, mantienen a Dios invisible (1Jn 4.12). Esconden el amor de Dios. Ocultan al Dios que es amor, al Dios que no puede ser visto pero que anhela ser visto por medio de nosotros.
Así que, por todas estas razones, aquellas personas en realidad obstaculizan la misión de Dios e impiden que otros entren al reino de Dios, de la misma manera en que lo hicieron aquellos que se resistieron y rechazaron a Jesús en las historias de los Evangelios.
Cuando los cristianos no se aman los unos a los otros, no solo es trágico, es tóxico. Es venenoso y letal. Frustra la razón misma de nuestra existencia. Nuestra misión es ser discípulos y hacer discípulos, compartir y vivir las buenas noticias del evangelio del amor de Dios, y mostrar cómo transforma nuestras propias vidas y relaciones.
Bueno, todo ello proviene de la primera carta de Juan. Pero a manera de conclusión, podemos volver al propio Jesús para una reflexión final.
4. El amor mutuo es evidencia de Jesús
Jesús dijo: «Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros. De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros» (Jn 13.34-35).
Cuando los cristianos se aman mutuamente, demuestran a quién pertenecen. Señalan a los demás el camino a Cristo. El amor cristiano es increíblemente transformador, y en muchos contextos es tan asombroso y contracultural que solo puede ser la obra de Cristo, el poder del evangelio, el fruto del Espíritu.
¡Que fruto tan vital es este amor! Es absolutamente primordial y principal. Cuando los cristianos se aman unos a otros,
• demuestran que tienen vida eterna
• demuestran que tienen una fe que salva
• demuestran que Dios es real
• demuestran que son verdaderos seguidores de Cristo
Pero cuando no aman… bueno ¿qué demuestra esto?
Preguntas para la reflexión personal o en grupo
1) ¿Qué historias bíblicas podrías usar que ilustren el tema del amor?
2) ¿Qué ejemplos de tu propia historia o contexto ilustran el poder del amor como evidencia de la verdad del evangelio (por ejemplo, la reconciliación entre enemigos)?
3) Si tuvieras que predicar o enseñar sobre el amor como el fruto del Espíritu de Dios, ¿qué tipo de reacción esperarías en tu iglesia o comunidad? ¿Que evidencia hay, ya sea de la presencia o la ausencia de tal amor?
3Mt 22.37-40, que cita a Dt 6.5 y Lv 19.18.
Конец ознакомительного фрагмента.
Текст предоставлен ООО «ЛитРес».
Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.
Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.